En un contexto de desafíos globales y cambios climáticos, José Chediack, fundador y presidente de Grupo Phrónesis, paraguas bajo el cual se encuentra SolFrut -empresa argentina que produce, industrializa y comercializa alimentos-, reflexionó sobre la trayectoria de la firma y su impacto en la industria olivícola de Argentina. "Creemos en la fortaleza de Argentina como país", afirmó Chediack en el marco de un encuentro con periodistas, sintetizando el espíritu de la compañía.
Desde su fundación en 1995 y el lanzamiento de la marca Oliovita en 1999, la empresa busca diferenciarse en un mercado altamente competitivo. “Cuando uno entrega un commodity, está entregando un estándar y, en definitiva, yo tenía una vocación de hacer algo en donde pudiera integrar la cadena de valor y, además, pudiéramos distinguirnos. Ahí arrancó el proyecot de SolFrut”, agregó Chediack. Este esfuerzo se refleja en los casi 250 premios recibidos por Oliovita, que representa el 12% del aceite de oliva virgen extra que se consume en Argentina y pertenece al top 3 de las marcas más vendidas.
“Tenemos las condiciones para manejar la fruta, poder manejar distintas variedades, momentos óptimos de cosecha, sistemas de procesamiento de cada una de las variedades en los momentos oportunos del filtrado y de la guarda de ese aceite en determinadas condiciones y obviamente el fraccionado”, añadió.
La clave de Oliovita radica en su control absoluto de la cadena de valor, desde la plantación hasta la mesa del consumidor. "Somos la compañía líder en olivicultura en Argentina", destacó Chediack y subrayó que SolFrut maneja toda la cadena de producción, lo que permite garantizar la calidad y autenticidad de sus productos.
La olivicultura a nivel mundial está atravesando un momento de precios exceptionalmente altos. "El precio más alto que yo había conocido fue en 1995, cuando una tonelada de aceite de oliva valía en el orden de US$ 5000. Después de eso, los rangos, los cuales se han movido, ha sido entre US$ 2000 y US$ 4.000 la tonelada. Estamos hace dos años con aceites del orden de los US$ 8000 la tonelada", subrayó.
¿Qué razones lo explican? "España, el líder mundial, produce 1.500.000 toneladas de aceite de oliva por año, el 50% del aceite de oliva del mundo, viene de dos campañas terriblemente malas y esto es básicamente por efecto de la sequía. Con esta situación y con la demanda mundial, los precios empezaron a subir y en este contexto Argentina no produce más de 30.000 a 40.000 toneladas por año. Nuestra planta está preparada para producir entre 4000 y 6000 toneladas de aceite de oliva por año. El 50% del total del aceite de oliva en Argentina se elabora en la provincia de San Juan y de ese 50%, del 90% se produce en un solo departamento, que es Sarmiento", dijo.
Como vemos, la industria olivícola no está exenta de los desafíos del cambio climático. Consciente de este panorama, SolFrut, que integra tres fincas olivícolas, un viñedo, una bodega, una industria productora de alimentos saludables y una planta de elaboración de aceite de oliva, se halla en la búsqueda de nuevas zonas para la plantación de olivares en alturas que permitan un mejor rango térmico, asegurando así la calidad del aceite producido. "El aumento de temperaturas nos está generando un desafío técnico importante", dijo Chediack. La empresa se enfrenta a la disminución de nieve en la cordillera, lo que impacta directamente en la disponibilidad de agua para el riego, una problemática que afecta no solo a Argentina, sino a productores de todo el mundo.
En las fincas de SolFrut, en San Juan y La Rioja, al pie de la cordillera de los Andes, se cultiva una amplia gama de variedades del olivo, para desarrollar los distintos varietales y blends de la marca. Oliovita cuenta con cuatro líneas de productos: los blends Clásico y Mediterráneo, los varietales Arbequina, Changlot y Coratina, el Edición Limitada (orgánico) y el premium blend, Aprile, que expresa el sabor distintivo de las olivas tempranas cosechadas en las noches de abril.
En términos de expansión, SolFrut no se limita al aceite de oliva. La empresa diversificó su producción, incluyendo ahora productos relacionados con la dieta mediterránea, como acetos balsámicos. Además, apuesta por las economías regionales como el pistacho. "Estamos apostando a la agricultura y a otras economías regionales", enfatiza Chediack, señalando que, a pesar de las dificultades, SolFrut sigue adelante con una visión a largo plazo.
A nivel internacional, SolFrut exporta principalmente a Estados Unidos, donde la demanda de aceite de oliva creció significativamente. Hoy, ese mercado consume anualmente unas 400.000 toneladas de aceite de oliva por año.
Con la reciente inauguración de una nueva planta en Sarmiento (San Juan) con una capacidad de molienda de más de 45 millones de kilos de fruta en los 60 días que dura la campaña, la empresa se prepara para enfrentar los desafíos del mercado global.
En la actualidad se envasan 3.850.000 de botellas de aceites de oliva por año, en distintos formatos, que son comercializadas en el mercado interno y de exportación, así como la provisión de graneles a los mercados más exigentes del mundo. Una de cada cinco botellas de aceite de oliva que se
consumen en Argentina es producida por SolFrut, que cuenta con 2.000 hectáreas implantadas con olivos y este año totalizará las 900 hectáreas de pistachos plantados.
En lo que es industria, este año está trabajando en la ampliación y construcción de la nueva nave de fraccionado, con seis veces la capacidad que tienen el momento, con una inversión en el orden de los US$ 10 millones, que se inaugurará en 2025.
Grupo Phrónesis, conformado por las empresas SolFrut, Teknofood, NutriSantiago y NutriCorrientes, entre otras, concentra sus principales actividades en las economías regionales. El Grupo cuenta con marcas propias y produce productos para marcas de terceros para las principales empresas del país.