Desde su fundación en 2013, SmartDrink se propuso desafiar las convenciones del sector de bebidas premium al combinar tecnología e innovación en un formato accesible. Esta startup argentina, creada por Patricio Folatelli y dos hermanos Sebastián y Tomás, desarrolló cápsulas para coctelería, inspiradas en el modelo de las cápsulas de café, con el objetivo de democratizar el acceso a tragos de calidad profesional.
SmartDrink comenzó con una inversión inicial respaldada por fondos propios e inversores ángeles. Este capital permitió a la empresa desarrollar su tecnología patentada en más de 80 países y crear un sistema de franquicias accesibles. Actualmente, la compañía produce más de 500.000 cápsulas anuales, con capacidad de ampliación a medida que incrementan las franquicias y acuerdos con locales gastronómicos.
La propuesta de SmartDrink radica en su capacidad para simplificar procesos complejos. Sus cápsulas contienen concentrados que, al mezclarse con agua y hielo, permiten preparar tragos como mojitos o negronis en segundos, sin necesidad de conocimiento previo en mixología. Además, no requiere una máquina para funcionar. El sistema incluye cápsulas herméticas que pueden ser utilizadas en cualquier coctelera común o recipiente con tapa. Es suficiente volcar el contenido de la cápsula en el recipiente y diluirlo con dos cápsulas de agua, agregar mucho hielo y batir.
Este año, la empresa lanzará un nuevo producto: cócteles tirados en formato Bag-in-Box de 3 litros. Este sistema, diseñado para bares, restaurantes y hoteles, permite al negocio reducir costos, optimizar tiempos y servir tragos de manera uniforme. La mayor inversión inicial se destinó a desarrollar una línea de llenado especializada, cuyo alto costo se suma al stock necesario de materiales como bolsas, válvulas y cajas, representando una inversión aproximada de US$ 300.000, sin incluir campañas publicitarias, activaciones y estrategias de marketing para su introducción en el mercado.
"Además, el formato Bag-in-Box refuerza el compromiso de la marca con la sostenibilidad, minimizando el uso de plásticos y reduciendo el impacto ambiental en comparación con los envases tradicionales", aseguran desde la compañía.
Con operaciones consolidadas en Argentina, Chile y México, SmartDrink busca ampliar su presencia en mercados internacionales. La estrategia incluye la creación de mini fábricas de envasado en locales gastronómicos para optimizar la distribución.
"El 2024 fue clave para desarrollar nuevas estrategias que permitirán incorporar nuevos canales de distribución en 2025, como kioscos, hoteles, locales gastronómicos, almacenes y otros puntos de venta, ampliando nuestra presencia en el mercado", agregan.
Crecimiento basado en microfranquicias
Desde 2015, SmartDrink viene promoviendo un modelo de microfranquicias (sin local físico) que permite a emprendedores acceder al negocio con una inversión inicial de US$ 2.000. La firma lleva otorgadas casi 140 microfranquicias en Argentina, lo que representa un ingreso de unos US$ 268.000 por este concepto.
Las microfranquicias operan en tres canales principales: comercios minoristas (almacenes, kioscos, minimarkets, vinotecas y otros puntos de venta similares), gastronomía (bares y restaurantes, ayudándolos a controlar el stock) y cliente final.
El modelo de negocio ofrece soporte integral a los emprendedores, incluyendo gestión de redes, materiales promocionales y contenido exclusivo. Esta red se complementa con canales de venta directa al consumidor y alianzas con locales gastronómicos.
SmartDrink proyecta cerrar 2025 con una facturación de al menos US$ 2,5 millones, impulsada por la expansión de su red de franquicias y la adopción de sus productos en nuevos puntos de venta como kioscos y hoteles. En Chile, la empresa cerró un contrato de distribución para vender 350.000 unidades de cápsulas en los próximos tres años. Cada cápsula se comercializa a US$ 6, lo que proyecta una facturación de US$ 2,1 millones en ese período. En México, la estrategia es aún más ambiciosa. La empresa produce los envases en el país y otorga exclusivas de distribución a nivel estatal. Cada uno de los 32 estados debe comprometerse a adquirir un mínimo de 10.000 cápsulas mensuales, lo que equivale a 3,84 millones de cápsulas anuales a nivel nacional. Al precio de US$ 6 por cápsula, México se posiciona como el mercado más lucrativo, con una facturación anual proyectada de US$ 23,04 millones. Paralelamente, busca expandirse hacia Europa y otros países de América Latina.