Argentina tiene una cantidad de condiciones necesarias pero no suficientes para ser un país próspero. Con esta frase, Ignacio Noel, presidente de Sociedad Comercial del Plata y Morixe, analiza la coyuntura y los desafíos que la macro le presenta no solo al mundo de los negocios sino también a la sociedad.
- ¿Qué te preocupa de la macro?
- Lo que más me preocupa de la Argentina es que es un país que vive fuera de la ley y esto es consentido, y en algunos casos promovido, por el Estado. Soy de los que creen -se puede demostrar- que los grandes países tienen Estados que funcionan. No creo en las sociedades o las propuestas de sociedades sin Estado. EE.UU. o Europa son lugares donde los Estados funcionan. Pero en Argentina hoy violar la ley significa que el Estado te apoya. Basta citar como ejemplos lo que ocurre con los mapuches en el sur, con las tomas de los colegios (que es otro nivel de violencia, pero es una violación de las normas) o el reciente problema sindical del sector de neumáticos. Las leyes son muy claras en Argentina: todo eso no puede pasar, sin embargo pasa.
La Argentina, al borde de la dolarización
- ¿Cómo ves las medidas que impulsa el Gobierno para poder aliviar la falta de dólares?
- En Argentina en 1931 se creó la primera Comisión de Control de Cambio. A partir de ese momento, ya sea con gobiernos promercado o proestado, hemos tenido un sistema de dólar artificialmente bajo que ha castigado a los sectores que generan dólares, principalmente el campo. Se establecieron mecanismos para transferir esos dólares muy por debajo del precio de mercado a sectores que no los generan, con lo cual después de 90 años de hacer eso lo que más creció fue la demanda de dólares y lo que menos creció fue la generación. Sube cuando suben los precios internacionales, pero no creció para abastecer la economía. Es como que a un equipo de fútbol que hace el gol lo mandes al banco. A los que exportan y generan dólares se los sacamos para dárselos a las armadurías de teléfonos celulares sin impuestos.
- Cuando mirás para adelante, ¿qué mirás?
- Argentina tiene una cantidad de condiciones necesarias pero no suficientes para ser un país próspero. Si mirás 1983 (para tomar desde la fecha en que hay gobiernos elegidos por los argentinos) a hoy con datos del Banco Mundial, el ingreso per cápita de Uruguay se multiplicó por diez en dólares; el de Argentina, por tres. Uruguay es Entre Ríos con otro marco institucional: no tiene petróleo, no tiene gas, no es mejor ni peor en términos agronómicos, pero está del otro lado. Lo mismo si te comparás con Chile, que probablemente sea algo parecido a Mendoza o a Cuyo. ¿Qué es lo que pasa? Hay arriba del territorio argentino, por decirlo, que son los malos gobiernos de muchísimos años, no exclusivamente de la actualidad, un sistema que no genera riqueza, genera pobres.
- ¿Hay una corriente en la sociedad que piensa que el empresario es culpable hasta que se demuestre lo contrario?
- Hay de todo. Pero yo creo que la gente no come vidrio. ¿Cómo puede ser que resulta que todos los malos empresarios están en Argentina y los buenos están en los otros países? Está claro que el problema de la inflación (que normalmente es por lo que se culpa a los empresarios) es un problema, por un lado, de cambio de precios internacionales -las leyes económicas uno no las puede evitar, que pase lo que deba pasar- y, por otro lado, un déficit fiscal monumental que se cubre con emisión monetaria. Entonces esto ya se sabe por qué es.