Jonathan Atilio Cacciapuoti tiene 28 años, es de Villa Martelli y trabajó absolutamente de todo antes de abocarse al 100% en Choolf. Vivió un tiempo de la música haciendo temporada en Gesell y tocando la guitarra en la línea del Subte D, colocó membranas, pasó por un taller mecánico y hasta probó en el mundo de la peluquería. Como era de esperarse, a Jonathan no le gustan las etiquetas y así lo demuestra cuando dice que no pertenece a "un rubro definido”. Su historial lo avala.
Después de largos años probando e insistiendo con su idea, y de darse la cabeza contra la pared en más de una oportunidad, esas cosas del destino llevaron a que fuera en pandemia que su emprendimiento de pan de pancho doble y súper pancho simple con canaleta, tomaran conocimiento público y llegaran a oídos de todos los argentinos. Tal es así que su historia se volvió viral en las redes sociales y llegó a los portales más conocidos de los Estados Unidos.
Jonathan destaca en esta entrevista con Forbes Argentina la “perseverancia” y el “propósito” como dos cuestiones fundamentales a la hora de emprender. No le gustan las excusas y es por eso que cuando habla de Choolf no se detiene en "lo difícil que es la Argentina" sino en todas oportunidades y herramientas que ésta ofrece. Tampoco le gusta hablar o responder las preguntas desde el lugar del 'club de los emprendedores jóvenes', porque considera que a veces se deja de lado a miles de personas de más de 50 años que tienen ganas de iniciar un proyecto propio y no reciben el mismo apoyo o empuje que ellos.
Forbes: ¿Cómo fue que nació la idea del pancho doble?
El pan de pancho doble surgió a la salida de un boliche en Costa Salguero. Quería comerme dos panchos pero no quería tanta miga. Entonces me acerqué a los puestos de costanera y le pedí al vendedor si le podía poner dos salchichas al pancho. Me dijo que no. Yo quería que me cobre dos panchos y que le ponga dos salchichas a un pan. Esto fue hace unos diez años aproximadamente
De ahí surgió la idea, que se fue prolongando en el tiempo hasta que un día llego a Retiro porque me tenía que tomar el tren para volver a mi casa, y quería comerme dos panchos y tomarme una coca. Y era muy problemático subirme al tren con dos panchos separados, una coca, y con la otra mano tenerme en el tren. En ese momento me acordé del episodio a la salida del boliche. Ya era la segunda situación que me pasaba con el pancho doble. Ahí puse manos a la obra.
Forbes: ¿Y después vino el pan de súper pancho con Canaleta?
Así es... el pan de pancho con canaleta, que no hace falta usar el cuchillo para abrirlo. La idea surgió yendo a trabajar al Lollapalloza a vender panchos. Ese fin de semana se habían vendido como 30.000 panchos. En un momento como que me estaba ahogando atendiendo a tanta gente y voy para atrás a tomar un poco de aire. Ahí veo que había cinco chicos que fueron solamente contratados para cortar el pan. Por persona casi cortaron 5.000 panes en un fin de semana. Una locura. Los chicos se cortaban la mano, la pila de panes se mezclaban con los que no estaban cortados o se rompían. Y en ese momento me pasó algo parecido a lo del tren. Fue como 'che con esto tengo que hacer algo'. Llegó el lunes y patenté la idea.
Forbes: ¿Buscás todo el tiempo oportunidades?
No sé si me considero una persona que busca oportunidades todo el tiempo, pero sí busco cosas para mejorar y no solamente en el rubro panificado sino en otros también. Tengo otros inventos. Pero no lo veo como buscar oportunidades para que surja un negocio, sino que me gusta observar, interpretar, inventar, me gustan los procesos creativos. Ya sea artísticamente o en el rubro de los panes. Lo que sea.
Forbes: ¿En qué trabajabas antes de meterte de lleno con esto?
Trabajé absolutamente de todo... menos piloto de avión hice de todo (risas). Coloqué membranas en los techos, viví de la música casi dos años haciendo música callejera, tuve una pizzería, una empresa de folletos, trabajé en el rubro de peluquería; hice albañilería; trabajé en un taller mecánico. Me considero una persona que estuvo mucho tiempo en un montón de cosas, ahí, buscando. No tengo un rubro definido.
Forbes: ¿Hace cuánto venías trabajando en este proyecto?
A ver... trabajé en esto desde que surgió la idea. Hace unos nueve o diez años más o menos. Pero de capitalizarlo hará un año y medio.
Forbes: ¿Tuviste que asociarte con otras personas para darle vida a Choolf?
Sí, ahora estoy asociado con Gerónimo, Agustín y Walter Gerdin, que es el papá y los dos hijos. Son amigos de toda la vida. Tuve que asociarme con ellos para montar la fábrica y hacer todo el desarrollo. Yo tenía la idea, venía desarrollando esto hace un montón pero necesitaba un socio capitalista. Y ahí surgió que la familia de ellos estaba interesada y nos asociamos para continuar con el proyecto.
Forbes: ¿Cuánto y en qué tuviste que invertir para llevar adelante el emprendimiento?
Sinceramente, para la fábrica tuvimos que poner US$ 23.000. Hace como seis meses que arrancamos con la fábrica y todo este estallido que fue muy de golpe. Pero previamente, en todos los años que yo vengo con esto, sinceramente perdí la cuenta. Fueron años probando moldes, masas, yendo de un lado para el otro, visitando fábricas. Honestamente, perdí la cantidad de plata que puse pero fue mucha. Lo iba costeando con los trabajos que tenía.
Forbes: ¿Están exportando afuera?
No estamos exportando todavía, solamente nos estamos moviendo adentro de Argentina. Pero la idea es licenciar las patentes para el exterior.
Forbes: ¿Qué es lo más duro de ser emprendedor en Argentina?
Para mí, la pregunta sería qué es lo más duro de ser emprendedor, Pero bueno, una limitación en Argentina te puedo decir que son los impuestos, pero después hay un montón de herramientas acá en el país. El tema es que te pueden dar muchas herramientas, pero si no tenés un trabajo previo para ver claro el objetivo de donde querés ir, por qué querés hacer lo que estás haciendo y un montón de preguntas que tenés que hacerte, se hace difícil emprender.
Forbes: En tu caso personal, ¿te costó mucho llevarlo a la realidad? ¿Por qué?
Sí, me costó llevarlo a la realidad porque siempre tuve como trabajos muy de "changas" por lo general. Lo que más o menos agarraba de plata lo iba metiendo. Capaz frenaba dos o tres meses porque me frustraba ir a panaderías a las que no les interesaba lo que yo llevaba como idea, o que los lugares que sí me atendían y me escuchaban me quieran cobrar tres veces más porque era un trabajo que no les traía nadie.
Forbes: ¿Y en cuanto al proceso interno?
Lo que más me costó fue creer en mí y la perseverancia de no tener resultados y aún así seguir, insistir. Y esto lo pude hacer por tener un propósito claro. El poder persistir en el tiempo... que es una de las falencias que veo hoy. Tampoco yo tenía muchos conocimientos en estos rubros. Tuve que ir aprendiendo en el medio. No conocía ni las metalúrgicas ni las panaderías. Era ir, meter la mano, ensuciarme, salir, meterme de nuevo y trabajar mucho la frustración.
Forbes: ¿Qué les aconsejarías a los emprendedores jóvenes?
Uno consejo tiene que ver con el propósito por el cual están haciendo lo que hacen. Que primero se pregunten por qué tienen ese propósito. ¿Es solo hacer plata? Yo creo que si el objetivo se frena en ganar plata, no sé si habrá algo más para mover, tiene que haber otro horizonte.
Después, algo que tuve que aprender en este proceso fue a manejarme con la opinión ajena. Empezar a filtrar opiniones. Porque cuando tenés un problema son todos empresarios del rubro que estés haciendo u opinan de por qué querés hacer eso. A mí muchas veces me tomaron de vago por ejemplo. Pero bueno, a mí me gusta desarrollar mis ideas y en ese camino hay veces que hay una prosperidad económica buenísima y otras que la pasás mal, pero no por eso tenía que ir a buscar un trabajo como todo el mundo. Eso me hacía chocar mucho.
¿Contaste con muchas herramientas en el camino?
Bueno, otro punto importante es no limitarse por no tener herramientas. Yo estuve mucho tiempo juntando peso por peso para hacer algo y no me quedaba en mi casa quejándome. Todo lo que tenés, ese abanico de herramientas que tenés al alcance de tu mano, hay que usarlas al 100%. Algo va a suceder. Hay que persistir, pero no desde la terquedad sino desde el lado del propósito.
¿A qué te referís con el propósito?
A ver... para mi es importante que el emprendedor entienda que el dinero es un medio y no un fin para concretar el propósito por el cual están emprendiendo. Obviamente que se necesita la plata, se necesita el dinero para moverse, pero que no se motiven solo para ganar más plata. Para mí es algo muy prehistórico ponerse un negocio solo para ganar plata y plata. Si estamos buscando un verdadero desarrollo como emprendedor se tienen que meter en la cabeza en que el dinero es un medio.
¿Y a los emprendedores de más 50, qué mensaje les podrías dejar?
Hay gente mayor que tiene más de 50 años que tiene un emprendimiento. El mismo mensaje se lo digo a la gente mayor. No solo hay que apoyar a los jóvenes emprendedores, sino también a la gente grande que quizás está hace más de 30 años en un trabajo donde no es feliz y postergó un montón de proyectos. ¿Y no los vamos apoyar porque no son jóvenes?