Gabriela Renaudo cuenta con más de 25 años de experiencia en el mercado de banca comercial y pagos electrónicos y digitales en Argentina y en Latinoamérica. Asumió como CEO de Visa Argentina y la Región Cono Sur (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia) cuando la empresa abrió la oficina local. “Las pymes en esta segunda ola -ni que hablar de la primera- tuvieron un impacto muy fuerte. Creo que es una urgencia ayudar en la transformación digital a las pymes”, asegura.
¿Qué es lo que ves de tus clientes del segmento pyme?
La situación es preocupante. Siendo las pymes un factor tan clave para el desarrollo sostenible y de largo plazo, creo que lo que vemos es dos grupos grandes, con una crisis general. No sabemos hacia dónde vamos con certeza, pero hay algo que sí sabemos: la tecnología es un factor clave para cualquier empresa que quiera sobrevivir en este nuevo contexto. Aquellas que adaptaron esa tecnología a sus procesos han tenido una mayor capacidad de resiliencia. Como país, nos toca seguir trabajando en todo lo que es el acceso al crédito, en revisar la estructura impositiva de nuestras pymes y poner los incentivos correctos.
¿Cómo impactó esta segunda ola en el negocio?
Vivimos una fuerte transformación digital que para nosotros era un objetivo desde el día uno en el país, pero se aceleró con la pandemia. Había que seguir trabajando en esa transformación digital que se estaba dando, esa adopción de la tecnología que la gente estaba teniendo en su vida, donde mucho pasaba por el teléfono. Hubo un fuerte crecimiento del e-commerce, en evitar el contacto en el punto de venta y el uso del efectivo. Hubo un progreso que es importante para el país. Pero también aparecieron nuevas formas de pago a través del celular.
¿Y cómo prepararon al equipo para eso?
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Desde el primer momento preparamos a los equipos para que eso que nosotros esperábamos en tres o cinco años pudiera darse en 2020. Fue un desafío (y lo sigue siendo) mantener ese norte como líderes, y llevar esa motivación siempre a los equipos.
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En el caso puntual del negocio, hubo superposiciones de cuestiones regulatorias que plantearon un tremendo desafío?
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Siempre tener el regulador promoviendo nuevas formas de pago para nosotros es interesante. Vemos que es un país donde realmente hay mucho trabajo en tratar de buscar soluciones alternativas para darle al cliente esa posibilidad de no usar el efectivo. Así que ha sido un año intenso en ese aspecto y trabajamos cerca de los reguladores para tratar de colaborar en esa línea, en tratar de minimizar el uso de efectivo. Y sobre todo en cómo ayudar y trabajar juntos en que más gente acceda a una economía formal y digital.
¿Qué panorama económico ven para 2021 y 2022?
La pandemia impactó prácticamente en todas las industrias, y por lo tanto, en la economía. Creo que debemos tener muy presente a las Pymes, que son el motor de las economías de los países. Debemos enfocarnos para ayudar a recuperarse. Son más de la mitad de los puestos de trabajo formal de la región y son las más afectadas por la pandemia. Para lograr eso, la innovación y digitalización de este sector son factores mandatorios en ese proceso de recuperación.
Deberemos revisar el marco impositivo que impacta al comercio al recibir pago electrónicos y digitales versus el efectivo. Creemos que aquellas políticas públicas que incentiven a comercios y consumidores a usar y aceptar medios de pago electrónicos y digitales serán clave para la economía y para promover la inclusión financiera y formalización, también para mejorar la productividad, e inclusive generar posibles ahorros de costos y mayor recaudación fiscal para los gobiernos.
