Ramiro San Pedro comenzó su carrera en la industria de la perfumería y la cosmética hace más de 30 años. Fue agente de ventas de Revlon, se asoció con Karina Rabolini para su línea de belleza y también vivió algunos años en Estados Unidos. Cuando volvió a la Argentina, en 2014, decidió fundar su propia compañía con pocos empleados y marcas que no fueran licenciadas.

Con una inversión inicial de US$ 75.000, proveniente de ahorros personales y el apoyo de cuatro inversores más, fundó Craftmen, una empresa nacional que tiene tres líneas de perfumes y planea lanzar una cuarta marca en 2025. En los últimos años, la compañía se consolidó como una de las empresas líderes del sector en la Argentina y cerró 2023 con una facturación anual de $ 800 millones.

La compañía, que está a pasos de certificarse como Empresa B gracias a un cambio integral en su procedimiento, etiquetas y otras renovaciones, propone frascos 100% reciclados con fórmulas sin parabenos que no están testeadas en animales. Con esto en vista, Craftmen proyecta una facturación de $ 2.300 millones para el cierre de 2024.

Además, la empresa cerró negocios con Chile, exporta sus productos a Estados Unidos, Uruguay y Paraguay, y está en tratativas con otros dos países de la región. “Nuestras tres marcas son súper exportables desde el punto de vista estético. Además, el packaging de las fragancias tiene un QR que redirige a nuestros clientes a una película del producto, que está locutada en francés y cuenta con subtítulos. Todas las líneas son artesanales desde la producción, de ahí el nombre Craftmen, que es una mala traducción de artesano”, detalla San Pedro, CEO de la empresa y el único de los socios que está en la gestión operativa.

Aromas en la sangre

El primer hijo de Craftmen fue Bless, una marca con ocho tipos de fragancias que viene en un envase de 50 ml. “Se trata de una esencia actual que representa toda la paleta olfativa -comenta San Pedro-. Después le siguió Épica (Maison de Grasse), una línea más upscale y estética, cuyas cajas muestran diferentes imágenes de la ciudad de Grasse, la cuna de la perfumería”. Según el experto, mientras que la primera fragancia es una línea más “americana” con mucho color y destinada a un público más juvenil y con menor poder adquisitivo, Épica es una opción un poco más costosa, que cuenta con seis fragancias masculinas y seis femeninas, y está dirigida a un consumidor de entre 30 y 35 años. 

Marchand D´Aromes, la tercera marca, se lanzó en septiembre de 2020 y es una línea que incluye perfumería fina masculina y femenina, cremas corporales, home spray y difusores de varillas. Además, cuenta con un packaging hecho a partir de papeles y cartulinas de bosques gestionados de forma sustentable. “Todas nuestras marcas se inspiran en perfumes de Francia, que es la cuna de las fragancias”, destaca el CEO.

En septiembre de 2023, la empresa inauguró su primer local Petite Maison en Alparamis, Olivos, con una inversión de $ 5 millones. El espacio fue diseñado para ofrecer una experiencia inmersiva, que transporta a los clientes a París y deleita la vista, el olfato, el tacto, el gusto y el oído, en todas sus dimensiones. “Cada detalle del local fue pensado e inspirado en la esencia de la marca, para que cada cliente viva una experiencia única”, comenta San Pedro.

Para que la ambientación fuera lo más parecido a un “rincón parisino”, el artista plástico Diego Raimondo pintó un mural de la Torre Eiffel e intervino las paredes y los muebles del local, donde también se instalaron 150 leds de última generación. Por otra parte, se creó un espacio para la recolección de envases vacíos de PET para su posterior reciclaje, que les brinda a los clientes un descuento para compras futuras. “Para fines de este año, esperamos desembarcar con espacios similares en shoppings y locales exclusivos de decoración”, agrega San Pedro.

Marca de excelencia

En la actualidad, la empresa tiene 12 empleados directos, que fueron contratados de forma minuciosa por San Pedro: “Somos 12 personas brillantes que nos conocemos de memoria. Desarrollamos una manera de trabajo muy dinámica entre todos. Además, le ponemos el alma a nuestro trabajo para crear líneas únicas con características que no tiene ninguna otra marca del país. Nuestra estrategia es cuidar el producto a morir”.

Si bien la compañía no posee inversión externa, San Pedro reconoce que seguramente necesitará otros capitales cuando sus productos desembarquen en países más grandes o cuando quieran fabricar en el exterior. Hasta la fecha, las tres líneas de Craftmen se comercializan en locales de perfumería y cosmética de todo el país, y en tiendas de decoración como Morph y Landmark. “Últimamente, me están pidiendo productos como almohadones o jaboneras que puedan acompañar nuestras fragancias. Por eso, estoy realizando diferentes viajes para sumar decoración liviana a nuestra oferta”, adelanta. 

La empresa también está explorando nuevas líneas de productos. En este contexto, planea lanzar una cuarta marca el próximo año y San Pedro ya tiene en mente por lo menos cuatro nuevas líneas que están en proceso de desarrollo: “Tengo las imágenes, los dibujos, el logo, la tipografía de las letras y el look and feel”. 

Los desafíos constantes y la sinergia laboral convocan permanentemente a San Pedro y su equipo para llevar los productos de Craftmen a nuevos horizontes, siempre con la visión de ofrecer la mejor alternativa para sus clientes: “Vivo pensando en nuevas líneas de perfumería para lo que sea y sueño con una patisserie junto a la Petite Maison”. Eso refleja su pasión por una industria que lo formó y su determinación para seguir innovando y creciendo.