Su abuelo Luis, un inmigrante italiano llegado de Sorrento que abrió su primera heladería artesanal en La Plata durante la década del 50, la vocación y la pasión por emprender. De su padre, que también se dedicó al rubro (fue, de hecho, uno de los socios fundadores de Freddo), aprendió el oficio. Y juntos, hace poco más de 20 años, crearon Volta, la cadena de heladerías que hoy se sigue reinventando.
En una charla con Forbes, Leandro Aversa, presidente de Volta, comparte su experiencia y visión sobre la empresa que desarrolla y produce sus propios chocolates, helados y productos de pastelería y supo mantener su esencia artesanal a lo largo del tiempo. La compañía, fundada en 2002, con 45 puntos de venta y una planta en Barracas, planea seguir expandiéndose.
Seguimos creciendo, acomodándonos a la realidad de hoy, en donde también trabajamos mucho con todos nuestros proveedores; pudimos conseguir que no nos aumenten los precios entonces, por ende, nosotros tampoco, cuenta Aversa, al frente de la empresa desde 2017.
Para este año, proyecta abrir tres nuevas sucursales, dos de los cuales estarán en la Ciudad de Buenos Aires y el tercero, en Ezeiza, provincia de Buenos Aires.
En términos de expansión, también se encuentra reabriendo un local en Punta del Este, Uruguay, mientras analiza otras propuestas tanto en la región como en Europa. "Son escenarios que estamos puliendo. Hay muchas opciones y formatos para poder desembarcar en un país; estamos viendo de qué manera", adelanta Aversa.
Tal como destaca el directivo, la firma elige un crecimiento controlado y sostenible. "No buscamos tener 80 o 100 sucursales. Queremos mantener la calidad y la parte artesanal de nuestros productos", dice Aversa, quien recuerda acompañar de chico a su padre a la heladería. "Mi papá me enseñó que nada viene de arriba, que hay que trabajar para que las cosas sucedan", comenta, recordando cómo pelaba frutillas y participaba en los procesos de elaboración desde niño.
A lo largo de estos años, Volta trabajó para reinventarse en diversas oportunidades. Uno de los puntos de inflexión fue cuando Aversa, en 2013, apostó al crecimiento a través del sistema de franchising. Pero, también lo hizo de la mano de líneas de nuevas líneas de productos, como helados keto y veganos, atenta a las demandas del mercado. Estas líneas no solo son fruto de un trabajo en equipo con nutricionistas e ingenieros, sino que también representan un esfuerzo por mantener altos estándares de sabor y salud. "Nos llevó 8 meses desarrollar cada línea, asegurándonos de que cada producto fuera tan bueno y rico como los helados tradicionales", explica.
El gusto más vendido en Volta es el dulce de leche, seguido por dulce de leche granizado, chocolate con almendras, chocolate y vainilla.
Como número uno de una empresa en un país con grandes altibajos, Aversa trabaja con dos o tres escenarios, el proyectado y un par más. "Y sobre eso, vas viendo los primeros meses y, en relación a los históricos de otros años, cómo se va dando y cómo afecta el tema del clima porque cada punto que cambia la temperatura es un porcentaje de venta que te incide. Hasta un punto vendés más y, después de un determinado punto, vas a empezar a vender menos: cuando hace mucho calor, la gente se guarda en la casa y se queda tomando agua", dice. La temperatura de picos de consumo, indica, es entre los 20 y los 25 grados. Hay un norte, pero hay que estar muy encima del negocio, comparte Aversa, quien agrega que la compañía se encuentra una constante evolución y se prepara para desarrollar nuevas líneas de producto y sabores que respondan a las demandas de sus clientes.
Volta nació en plena crisis económica, en un contexto de poca inversión y muchos locales cerrados. Somos muy conscientes de que dependemos de nuestro propio trabajo y de la habilidad de adaptarnos a lo que sucede y al mercado. Como en todos los momentos de crisis que hubo en el país, creemos que, una vez más, se va acomodar. La Argentina tiene muchas oportunidades. Mi familia vino acá y vino sin nada, y en ese sentido estamos muy agradecidos y creemos que, si laburás, en algún momento los resultados llegan, concluye.