Forbes Argentina
EDUCACION-EJECUTIVA-ilustración-P.-Blasberg-2
Negocios
Share

27 Agosto de 2018 14.29

La educación ejecutiva está atravesada por varias tendencias que impulsan modificaciones en la forma de enseñar y atraer alumnos a las aulas. La oferta de las principales b-schools.

La transformación digital, las nuevas generaciones, las expectativas y los desafíos del liderazgo dicen presente en las aulas. Es que la constante innovación en materia tecnológica, el entorno económico y la demanda del mercado de profesionales “todo terreno” transforman la manera de enseñar y, también, de captar alumnos a las aulas. “Las escuelas de negocios son una caja de resonancia de la política y economía de un país”, asegura Paula Rodríguez Etchard, directora comercial del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral. Sin embargo, desde las distintas universidades coinciden en que el impacto ?todavíá no se sintió. “La demanda creció un 30% en 2018. Las condiciones de hacer negocios cambiaron: la apertura económica, los profesionales que se demandan y las capacidades que necesitan mejorar para manejarse en contextos globalizados impulsan a la educación ejecutiva”, asegura Héctor Dama, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad del Salvador (USAL).

Ariel Urcola, director del Centro de Educación Ejecutiva de la Universidad de San Andrés ?que tiene entre 30 y 40 programas abiertos y 70 programas in company por añó, destaca que se profundiza la búsqueda de temas muy puntuales. La palabra clave es transformación, en el sentido más amplio. “Buscan capacidad de adaptarse, no solo desde lo tecnológico, sino desde el liderazgo y la comunicación. Gana terreno el concepto de life long learning: la capacitación es constante y contínua”, dice. La Escuela de Negocios de la Udesa busca posicionarse como la “universidad de los emprendedores”. Es por eso que Alejandro Mashad, exdirector de Endeavor, está a cargo del Centro de Entrepreneurship, que tiene cuatro patas: contenidos académicos en grado y MBA, apoyo a start ups a través de una incubadora, intrapreneurships en el mundo corporativo (recientemente lanzó el programa Ventures Academy) y la organización de eventos de cultura emprendedora. “Esperamos que el centro pueda crecer y tomar protagonismo en el ecosistema”, destaca Mashad.

“Los entornos VICA ?más volátil, incierto, complejo y ambiguó obligan a las escuelas de negocios a adaptarse. La currícula debe ser algo troncal, con la parte perdurable y atemporal, pero hay que dejar un espacio para lo nuevo, lo trending”, explica Jorge Barrientos, decano de la Escuela de Negocios de la Universidad de Belgrano (UB). Así, las b-school se esfuerzan por innovar y estar a la vanguardia para no perder llegada. 

Carlos Sicurello, secretario de Posgrado de UADE Business School, explica que hay fuerzas que están transformando la educación: la forma de hacer negocios, la tecnología y la parte más social. “Para estar a la par de la demanda de las organizaciones tenemos que movernos muy rápidamente, ser flexibles e innovadores”, enfatiza. 

Así las escuelas buscan mantenerse activas a los cambios. “Hay una tendencia a programas más cortos y específicos: en vez de hacer una maestría, hacen más programas cortos”, añade el ejecutivo de UADE. En este sentido, Néstor Vázquez, vicerrector de Innovación, Investigación y Posgrados de la Universidad Siglo 21, amplía: “Hay una doble demanda: la del profesional que busca un diferencial para ser atractivo y las empresas. Lo más requerido es la capacitación de los mandos medios y competencias de liderazgo”. 

Una de las tendencias que destacan los número uno de las b-school es la alta valoración que tiene la experiencia práctica. Las compañías y los alumnos en general demandan la transferencia del aula a su día a día profesional de forma inmediata. Las metodologías más tradicionales (como el pitching) pierden relevancia, si no se las acompaña con metodologías creativas, como el learning by doing. En este sentido, Sebastián Cortese, director ejecutivo de Programas Abiertos del ITBA, explica que la idea de los programas de educación ejecutiva es que la gente salga sabiendo hacer algo. “Que haya practicado lo que aprendió. Que sepa el cómo y lo haya ejecutado, con un docente como tutor”, asegura.

“Buscan herramientas para poder aplicarlas. Tienen una necesidad específica que resolver y buscan un programa que les dé herramientas”, coincide Gabriel Foglia, decano de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo (UP). Y, en este sentido, los profesores son un diferencial. “Los practitioners ganan cada vez más peso: quieren que los entiendan y que estén en el día a día de los negocios”, añade. 

Con este tipo de demanda, lo que cambia no son solo los contenidos sino las metodologías de enseñanza y aprendizaje. Un tema core para las escuelas son las propuestas metodológicas y creativas. “Fuimos pioneros en el método del caso y hoy tenemos simulaciones de negocios ?con un simulador propió, hackatones y case in point. El aula es el caso en vivo y funciona como framework”, cuenta Rodríguez Etchard, del IAE, que tiene una oferta de 50 programas focalizados por año. En la Ucema, Gabriel Romano, director de Educación Ejecutiva, cuenta que utilizan técnicas innovadoras. “Gamification y Open Spaces son muy valiosos para los alumnos”, destaca. Como novedad, la universidad inauguró la Escuela de Negocios, que engloba algunas maestrías y los programas de educación ejecutiva. “Hubo un cambio de paradigma y se busca trabajar con una mirada más innovadora y disruptiva”, destaca. 

Uno de los grandes focos de la educación ejecutiva es también el networking que se genera en el aula. Daniel González Isolio, director del MBA de la Udesa, explica que desde la escuela se apoyan en la educación personalizada y networking. Así, la entidad definió tres objetivos: la visión de negocios, el desarrollo de la carrera profesional y el desarrollo del emprendedor. “Trabajamos en talleres de autoconocimiento, en el plan de carrera, para empoderarlos, ayudarlos a que se conozcan mejor y también en actividades de storytelling para potenciar sus logros”, explica. 

Las reuniones previas a ingresar a un curso también son claves. Barrientos, de la UB, cuenta que una de las principales inquietudes de los alumnos es cómo impacta en la empleabilidad. “Preguntan si se puede anticipar el recupero de la inversión. Buscan y valoran la currícula flexible y les importa mucho el faculty, quién dará las clases”, explica. En esto coinciden en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). “Esperamos que vengan en busca de enfrentar un desafío intelectual fuerte, una experiencia de aprendizaje intensa y desafiante”, dice Nicolás Merener, decano de la Escuela de Negocios. Así, aspira a que la mitad de las materias tengan profesores con fuerte impronta de investigación, y la otra mitad, practitioners. “En ese equilibrio nos gusta operar: no es un empate, es un complemento”, asegura. 

Otra tendencia es la demanda sobre el aprendizaje personalizado, a medida. “Esto se daba en los incompany, pero se da en los abiertos. Estamos trabajando en que el alumno haga su plan a medida”, cuentan en UADE. Así, se trabaja en el desarrollo conjunto, donde visualicen su futuro y con una currícula modular flexible elijan a dónde quieren ir. 

Así, la USAL también adoptó su currícula: invirtió el orden de los MBA tradicionales, que tienen un año general de management y un segundo de especialización. “Acreditamos en Coneau las especializaciones y maestrías, y si un profesional quiere tomar una especialización en el primer año de carrera y luego tomar el ciclo de management, entonces tienen título de especialistas y después pueden hacer un año de management”, explica Dama. La propuesta está asentada en dos pilares: aptitud y acompañar en el largo plazo a los graduados de manera que puedan ensanchar sus bandas de competencias. “Debemos fortalecer sus capacidades profesionales, dar conocimiento y compartir experiencias para que se entusiasmen con los contenidos”, destaca. 

NUEVOS TEMAS Y PROGRAMAS 

En cuanto a temáticas, la tecnología y la innovación impulsan la demanda y la oferta de nuevos programas. El liderazgo adaptativo y la constante búsqueda por mejorar las habilidades blandas se mantienen como lo más demandado, tanto por profesionales como por empresas. Sin embargo, suman presencia en las currículas temas de transformación y disrupción digital, innovación y agile management. En el IAE, por caso, lanzaron programas como Mentalidad Digital, BEAT, Encontrá tu pulso digital y el taller de innovación, Creative Lab, entre otros. 

En este sentido, además de su buque insignia, la Maestría en Dirección Estratégica y Tecnológica, el ITBA lanzó una serie de programas en respuesta a las demandas actuales. Una diplomatura en Criptoeconomías, Finanzas en Energías Renovables y la diplomatura en People Analytics. “Este año, también hicimos el laboratorio de machine learning, un curso que trata de una temática muy actual como procesos y automatización”, enfatiza Cortese. 

Algo que menciona Silvina Miceli, coordinadora de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica Argentina (UCA), es que también se crean cada vez más programas que apuntan a nichos y capacitación específica. “Notamos que es muy valorado cuando los cursos son customizados. Un programa de management es general. Pero es bienvenido cuando está customizado en un sector”, cuenta. Por caso, la escuela lanzó Energy Business Management, un programa customizado al sector. “No es un programa de desarrollo gerencial general: el cuerpo de profesores está formado por gente de la industria”, explica. También, lanzó un programa de Transformación Digital Gerencial, destinado a CTO, CFO y todas las primeras líneas de una organización. 

Merener, de la UTDT, cuenta que la gran novedad de este año es la primera cohorte de la Maestría de Management y Analytics, con 65 alumnos. “Tenemos graduados de una variedad de carreras pero con apetito por habilidades tecnológicas, con profesores de primerísimo nivel en temas de analytics”, destaca sobre el programa que se suma a la oferta de MBA, EMBA, entre otros de la b-school. 

Y la tecnología se aplica también en la modalidad de dictado de los programas. Así, el aprendizaje online y blended gana terreno. Para las escuelas implica dominar y comprender un nuevo ecosistema, integrado por una plataforma de gestión del aprendizaje de manera online, docentes que tienen que impartir la enseñanza con esta modalidad y un sistema de seguimiento del aprendizaje que permita mejorarlo y evaluarlo. El IAE tiene un acuerdo con Coursera y, desde 2017, lanzó unos nueve programas online, de los cuales siete son desarrollados por la Universidad Austral y dos por la b-school. 

La UADE, por su parte, tiene un MBA blended. Son dos años de cursada en los que se asiste a la universidad solo cinco veces: al inicio del programa y al finalizar cada cuatrimestre. “En esas oportunidades trabajamos en la integración y hacemos actividades lúdicas: juegos, rastis, y esto permite integrarse, conocerse y preparar a los equipos. Esta integración es muy importante. Porque cuando nos encontramos en instancias presenciales se presentan los trabajos”, asegura Sicurello.

En la UCA, lanzaron la modalidad virtual sincrónica. “Nos permite ofrecer educación a todo el país y atiende la necesidad de adaptarse a los requerimientos de tiempo de las personas. Uno se conecta tal día, a tal horario, y tiene la clase como si fuera presencial. El profesor da la clase, puede pasar powerpoints, puede hacer preguntas. Y estamos teniendo muchos interesados en esta modalidad”, explica Miceli. 

En el caso de la USAL, tampoco se quieren quedar afuera de esta tendencia. “Estamos introduciendo la virtualidad, con mayor interacción y clases dadas virtualmente por docentes desde el exterior”, destaca Dama. Se trata de un tema core para la universidad, ya que tiene un acuerdo para el MBA con la Universidad Deusto, a través del cual más del 20% de las horas de clase las dan profesores de esta universidad. 

10