A diferencia de lo que les tocó vivir a otras industrias, Kimberly-Clark nunca paró. Por ser una compañía que comercializa productos que responden a necesidades de higiene, tuvo que enfrentar el doble desafío: una nueva modalidad operativa y un aumento de demanda. Tuvimos que responder a lo que el consumidor nos pedía, pero en un contexto totalmente nuevo, distinto y desconocido, explica Federico Calello, VP de Kimberly-Clark para Latinoamérica Sur
¿Qué balance hacés del último año?
Al principio entramos muy rápido en el modo crisis, y eso fue muy bueno. Pero, con el paso de los meses, la preocupación fue cómo sostenemos el nivel de energía y de compromiso de la gente. Trabajamos para que entendieran que el mundo cambió, que cada tres meses te plantea un contexto totalmente distinto.
¿Y cómo se vivió eso?
Si nosotros y nuestra gente en lo cultural no entiende que cada tres meses las cosas van a cambiar y no abraza ese cambio, esa rigidez va en contra de cualquier situación de cambio que necesitábamos. Tenemos que estar preparados para algo que no sabemos si va a pasar, pero sabemos que va a ser distinto. Además, entramos en modo crisis y la crisis pasó a ser casi permanente. Entonces tuvimos que adaptar la forma de trabajo.
¿Cuáles son las reglas de oro que están aplicando en Kimberly-Clark?
Que cada persona tenga el empowerment de entender si tiene que participar o no de una reunión o un proceso. Y tenga la capacidad de elegir. Culturalmente tenemos que ser flexibles. La otra cuestión es la agenda, la guía de nuestro tiempo. Ahí tenemos que poner todo: cuestiones personales y laborales.
Hay cambios que ya venían, como la transformación digital?
Todo esto nos trajo un pedacito del futuro, nos lo adelantó, nos lo mostró, para entender qué de eso podíamos elegir y qué aplicar. Ahora tenemos la gran capacidad y la oportunidad de reinventarnos. Desde el punto de vista corporativo, de repensar algunas misiones y propósitos de las compañías. Desde el punto de vista laboral es cómo balanceamos mucho mejor el equilibrio entre lo que le dedicamos al trabajo y la vida personal.
En lo económico, cómo potenciamos un montón de agentes que pueden generar valor y que de pronto hoy las economías no están aprovechando. Tenemos la capacidad de repensar un montón de cosas y rearmar y reinventar algo mejor.
¿Y cómo va a ser?
Yo creo que es como nosotros queramos y diseñemos que sea. Ese es justamente el rol de los líderes; y el de la humanidad es participar activamente en ese cambio.
¿Una compañía como KC deja margen para reinventar ese futuro en los líderes de los distintos países?
Totalmente. Una vez que uno sale resiliente de estas situaciones, tenemos la posibilidad de tener compañías que sean más humanas, más empáticas?
¿Qué panorama económico ves para 2021 y 2022?
El 2021 comenzó con un impacto considerable en el consumo durante el 1° semestre, a raíz de una inflación que viene por encima de la actualización de los salarios, algo que sucede casi todos los años. Este año, la pandemia agregó algunos impactos adicionales. En los segundos semestres, en especial los años impares electorales, ese proceso se comienza a revertir, lo cual permite recuperar algo el consumo. Para el 2022 todavía hay dudas, en especial en cuanto a cómo seguirá evolucionando la pandemia y con qué poder de incentivos a la economía contará el gobierno.
¿Qué inflación prevén en su budget?
Según las estimaciones que recibimos estaría por encima del 40% para este año y distintos escenarios para 2022.