Malcom Rendle, entonces un joven de 26 años, salió a correr por el vial costero del Río de la Plata y se sorprendió con una triste imagen: la marea baja dejaba ver acumulaciones de plástico entre la espuma de la orilla y la tierra negra de la costa platense. A partir de ese momento se propuso generar un cambio, al emprender un negocio sustentable. En 2017, con una inversión inicial de US$ 20.000 para el desarrollo del proyecto, puso en marcha Bond, una firma con la que convierte botellas de plástico en lentes de sol y de lectura.
"Al ver que el producto tenía muy buena salida, se realizó un aporte de capital adicional de US$ 180.000 destinado a mejorar procesos, capital de trabajo, estructura y marketing", comparte Rendle en diálogo con Forbes, al frente del emprendimiento que emplea a 17 personas.
La compañía, que busca generar un vínculo entre la comunidad y el medio ambiente, ya cuenta con 160 modelos de lentes de sol y de lectura. “Las gafas nos parecían un símbolo para empezar a ver las cosas de otra manera. Desarrollamos un producto que generara cero desperdicios en un proceso 100% circular”, cuenta Rendle.
Con una botella de plástico se puede fabricar un par de anteojos: para obtener el material, Bond organiza recolecciones de desechos en la vera del Río de la Plata, además de recibir plástico en sus puntos de venta como forma de pago de sus productos. El plástico es triturado, lavado y transformado en pellets que luego, con un proceso de inyección, ingresa en las matrices que fabrican marcos de gafas de sol o lectura 100% sustentables con una leyenda en las patillas que explica al usuario su origen.
"En los primeros 45 días vendimos 103 unidades, lo que nos sacó de eje totalmente. Y desde ahí empezamos a tener consultas de ópticas y ya llegamos a todo el país. La nueva generación, cada vez más consciente o interesada en el cuidado del medioambiente, recibió el producto y se involucró con la idea de la marca", comparte, al recordar los primeros días del emprendimiento.
Hasta el momento, Bond lleva reciclados 35.000 kilos de plástico. “Si solo recolectáramos el material necesario para elaborar nuestros productos, nos quedaríamos con un sabor amargo. Desde el comienzo nos enfocamos en reciclar la mayor cantidad de desechos posibles”, cuenta Rendle.
La firma opera a través de la tienda online, tiene presencia en más de 400 ópticas de todo el país y a través de su local, Casa Bond, en San Isidro. Pero también apuesta al exterior: "A comienzos de 2021 proyectamos cerrar el año con 80.000 gafas para abastecer tanto al mercado local como internacional y por ahora, los objetivos se vienen cumpliendo. Ya desembarcamos en Panamá, Chile, Uruguay, Costa Rica, Paraguay y próximos a cerrar acuerdos comerciales en Alemania, España, Holanda y México".
En una nueva etapa de expansión, apuntando siempre a no generar desperdicios, Bond desarrolló la unidad BONDEco. Las gafas son fabricadas con plástico 100% reciclado, y a su vez pueden volver a reciclarse. Después de 10 ciclos, el material comienza a perder cualidades para este tipo de productos, pero puede aprovecharse para elaborar camperas, desarrolladas dentro de la línea BOND Wear. Pero esa etapa también tiene una caducidad.
Asimismo, la compañía lanzó un nuevo terrazo para decoración y obras. “La política de la empresa es y será siempre no generar desperdicios. Ese fue el puntapié para incursionar en el segmento de decoración y construcción con el terrazo sustentable: esta novedad, que reemplaza el mármol por todo tipo de plástico triturado, puede ser utilizado como revestimiento de paredes, mesadas y pisos, entre otras superficies”, dice Rendle.
Para elaborar terrazo sustentable, se utilizan aproximadamente 10 kilos de plástico reciclado por metro cuadrado del producto final. De esta manera, se reemplaza la carga de mármol del terrazo tradicional por el plástico que Bond recolecta y tritura.
El objetivo de cara a 2023 es triplicar los volúmenes de fabricación dentro de la unidad Eyewear y comenzar el proceso de expansión del resto de las unidades de negocio.
Antes de fundar Bond, Rendle fue socio en una agencia de sports MKT fundada en 2012, mientras estudiaba Administración. En 2014 comenzó a incursionar en el rubro de indumentaria técnica de ski y snowboard, y fundó la marca Slide. Viajó mucho a ferias internacionales para interiorizarse en el rubro y las últimas tecnologías, entre ellas la Ispo München, de Alemania, lo que le permitió generar mucho networking con laboratorios y fábricas japonesas donde terminaron fabricando. "Hoy en día la empresa sigue vigente, uniformando a escuelas de Ski del Cerro Catedral, entre otras", cierra.