ExxonMobil avanza en su proyecto de captura de carbono: ¿Qué significa para el futuro energético?
ExxonMobil refuerza sus esfuerzos en captura de carbono con nuevas alianzas y expansión en el Golfo de México: apunta a liderar la transición energética sostenible.

ExxonMobil sigue avanzando en sus planes de captura y almacenamiento de carbono con un par de anuncios importantes esta semana. 

Dan Ammann, presidente de la unidad de negocio Low Carbon Solutions de la compañía, difundió en sus redes sociales información relacionada con un acuerdo con el proyecto New Generation Gas Gathering (NG3), que se encuentra en construcción en Luisiana, Estados Unidos. Se convertirá en el último de una serie de grandes emisores de CO2 que proporcionarán volúmenes para ser inyectados en el almacenamiento subterráneo gestionado por ExxonMobil. 

Operado por M6 Midstream, el sistema NG3 podrá trasladar una cantidad prevista de 1.700 millones de pies cúbicos (bcf) de gas al día desde los pozos de la región de Haynesville Shale, en el noroeste del estado, hasta las instalaciones de la costa del Golfo.

 

 

Las asociaciones de ExxonMobil 

 

Ammann dijo que el acuerdo con NG3 es la quinta alianza para captura y almacenamiento de carbono que ExxonMobil realizó con grandes emisores, incluidos los acuerdos anteriores con Nucor Steel, la empresa química Linde y CF Industries. También señaló que el acuerdo con NG3 es el primero en el que participa una empresa de recolección de gas natural, y eleva el total de CO2 que se prevé almacenar para los clientes a 6,7 millones de toneladas métricas anuales.

Además, la firma anunció esta semana que llegó a un acuerdo con la Oficina General de Tierras de Texas para alquilar 271.000 acres en aguas estatales del Golfo de México que se sumarán a su capacidad ya existente de almacenar volúmenes masivos de dióxido de carbono en formaciones subterráneas profundas.

En una entrevista, Ammann me dijo que la empresa considera esta superficie como "la mayor y más atractiva desde el punto de vista geológico" disponible a lo largo de la costa del Golfo. 

 

Como se muestra en el mapa, la gran extensión de acres también tiene la ventaja de encontrarse directamente adyacente al sistema de recolección de CO2 adquirido por ExxonMobil en su compra de Denbury Resources por 4.900 millones de dólares en julio de 2013. La empresa anunció que se trata del mayor sistema de tuberías dedicado al CO2 de Estados Unidos, lo que permite a ExxonMobil estar en una situación única para ejecutar un proyecto de esta magnitud relacionado con la captura y almacenamiento de carbono.

La concesión de permisos para este sector y otros proyectos relacionados con la energía es un complejo conjunto de desafíos tanto a nivel estatal como federal en Estados Unidos. Cuando se le pregunta por ellos, Ammann afirma: "El principal desafío en el que estamos trabajando ahora mismo son los permisos de inyección de clase 6 relacionados con la propia inyección de CO2. Así que estamos trabajando con la EPA (Environmental Protection Agency) en Texas y Mississippi, así como con el Departamento de Recursos Naturales de Luisiana, que tiene la primacía en esos permisos".

Aunque tanto Texas como MisisipI solicitaron hace tiempo la primacía en los permisos de inyección de clase 6, la Agencia de protección ambiental tardó en conceder esas peticiones. Para el Estado de Texas, los pagos del arrendamiento y otros ingresos de este acuerdo con ExxonMobil beneficiarán directamente al Fondo Escolar Permanente del Estado, administrado por la Oficina General de Tierras. 

 

Dawn Buckingham, comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, declaró: "Como administradora de 13 millones de acres de tierras estatales ricas en energía, me enorgullece asociarme con ExxonMobil para utilizar las tierras estatales en soluciones innovadoras que puedan ayudar a garantizar la producción futura de energía. Estoy encantada de que los ingresos de este arrendamiento se destinen a beneficiar a nuestro gran estado junto con nuestros escolares de Texas".

Críticos de la industria del petróleo, el gas en general y de la captura y almacenamiento de carbono en particular, sostienen que se trata de una tecnología "no probada" a pesar de las décadas de éxito demostrado en la zona por ExxonMobil. Otros con frecuencia hacen saltar las alarmas sobre el potencial de fuga del CO2 de vuelta a la atmósfera.

"Lo más improtante en lo que nos centramos es en asegurarnos de que el CO2 se almacena de forma segura y protegida", afirma Ammann ante las acusaciones, señalando los meses de análisis previos que la empresa realiza para comprender la geología del subsuelo y asegurarse de que la formación es segura desde el punto de vista geológico. 

 

"Sumamos pozos de monitorización alrededor de los de inyección para controlar cómo se comporta la formación", dijo el ejecutivo. "Obviamente, antes incluso de llegar al punto de inyección, trabajamos con las agencias de protección a través del proceso de concesión de permisos de clase 6 para que puedan revisar y comprender el enfoque que estamos adoptando", agregaron desde la compañía.

Llevar a cabo los análisis previos de la formación se convertirá ahora en el siguiente paso para Ammann y su equipo en relación con la superficie marina recién arrendada. Sin embargo, Ammann espera que las primeras inyecciones de CO2 relacionadas con las emisiones del cliente inicial del proyecto, CF Industries, en formaciones de almacenamiento en tierra se produzcan en la primera mitad de 2025, aguardando la aprobación final de los permisos de inyección de clase 6 necesarios.

"Estamos entusiasmados", dijo el presidente de Low Carbon Solutions de Exxon. Es fácil ver por qué.

Nota publicada en Forbes US.