Se podría describir a TikTok como un depósito de contenidos enlatados para mezclar con los videos que graban los usuarios. Se trata de una máquina generadora de memes virales que hace que el usuario se sienta como una estrella de rock, e incluso se la usó para coordinar protestas contra Donald Trump: usuarios de TikTok le arruinaron su primer mitin electoral después del brote de COVID-19 la semana pasada en Tulsa.
Hace un año, publiqué una nota en Forbes en la que criticaba a TikTok por no hacerse cargo de diversos abusos cometidos en la aplicación. Desde entonces, el Ejército de EE.UU. le prohibió usarla a su personal y la describe como una amenaza para la ciberseguridad. Una empresa de ciberseguridad israelí, Check Point, la investigó y concluyó que tiene puertas traseras (backdoors), importantes vulnerabilidades y problemas de seguridad. El Gobierno de EE.UU. también la está investigando. Por su parte, el CEO y cofundador de Reddit, Steve Huffman, la calificó de “aplicación básicamente parasitaria que siempre está escuchando” y desaconsejó instalarla por tratarse de un “spyware”. Varias agrupaciones de defensa de los derechos del niño afirman que plantea un riesgo claro para los menores de edad. Apple declaró que pescó a TikTok usando mecanismos de captura de portapapeles para espiar a millones de usuarios.
Otras investigaciones revelan que sus estándares de censura de contenidos los define el Gobierno chino y son claramente discriminatorios. Un experto en ciberseguridad que utilizó ingeniería inversa en la aplicación advirtió a la gente que no la use. En pocas palabras, es fácil encontrar indicios del carácter problemático de TikTok. Con todo, esa bomba de tiempo sigue prosperando.
Filosofía peligrosa
TikTok es una empresa muy irresponsable, deliberadamente peligrosa, cuya filosofía se centra en capturar sin parar todo tipo de datos de los usuarios es el tipo de aplicación que uno podría esperar de una empresa china que opera en China y hace algunos cambios cosméticos para adaptarla a Occidente (si es que los hace), sin modificar los criterios y filosofía que aplica en China. En pocas palabras, no es recomendable para niños ni adultos, sobre todo por su siniestro sistema de recomendación de contenidos. Y ahora está oculta detrás de la benevolente figura de un CEO de Occidente que trabajó en Disney.
Todas las herramientas se pueden adaptar para usarse con casi cualquier cosa. Muchos chicos y no tan chicos que usan TikTok hoy la consideran divertida, una moda, una forma de expresarse o hasta una forma de militancia. Pero no es eso, por lo menos no de verdad. Es deliberadamente peligrosa. Es la aplicación de la filosofía china en internet "queremos ver todo, saber todo, analizar todo sin límites" a un Occidente donde por lo visto, estamos tratando de ponerle algunos límites a eso. Tardamos muchos años en reconocer lo que es Facebook y tratar de ponerlo en su lugar con boicots. Ahora deberíamos intervenir para frenar a TikTok y sus actividades malintencionadas.
No tengo nada contra China, país al que estudio con atención. Tampoco tengo intereses en competidores de TikTok. TikTok no se puede arreglar: sus problemas residen en su propia concepción y su cultura. Mi consejo es evitarla como la plaga. No digan que no les avisé.
Autor: Enrique Dans
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