Su amor por el arte nació en la disquería de su papá. Como en muchas grandes historias de emprendedores, su pasión se gestó en la infancia. Roberto “Kuky” Pumar, CEO de Leader Entertainment Group, reservaba parte de sus fines de semana para escuchar las novedades musicales que su “viejo” le traía. “Así veíamos qué es lo que funcionaba”, cuenta en conversación con Forbes Argentina. Aquella etapa le permitió improvisar una universidad de todos los catálogos y géneros musicales.
Y después aprendió a conectar con la gente. “Empecé a ir al local a ayudarlo y entendí lo que la gente sentía con la música que me pedían”, recuerda Pumar. “En ese momento, usaba esa lectura sólo para pensar qué otro disco le podía ofrecer para que sigan comprando. Lo que no me di cuenta era que este ejercicio me iba a enseñar a analizar tendencias de gustos musicales”, revela.
Pumar estuvo detrás de artistas como Ricky Maravilla, Leo Mattioli, Los Palmeras y Gilda, que marcaron un hito en la historia popular argentina. Y fue testigo de la evolución de la música. También trabajó con Juan Carlos Baglietto, Lito Vitale, Patricia Sosa, Valeria Lynch, Hilda Lizarazu y Dyango. Pasó la era de la bailanta, los shows en vivo, el casete, del CD, los DVD, YouTube y el streaming. Y su negocio, al igual que la tecnología, también evolucionó.
Hoy su empresa administra más de 80 canales de YouTube. Su canal, El reino infantil, ya cuenta con casi 59 millones de suscriptores en todo el mundo, superó los números de un viejo conocido: Walt Disney Company.
En un mano a mano con Forbes Argentina, el empresario conversa sobre sus orígenes, cómo fue cambiando su modelo de negocio, el impacto de la tecnología y cómo YouTube y las redes sociales llegaron para cambiar todo.
¿Qué fue Ricky Maravilla en tu vida y en tu carrera?
Ricky Maravilla fue el primer gran éxito del año 89' y parte de esa vanguardia de artistas de bailanta (Alcides, Lía Crucet, Los Dados Negros, Grupo Sombras) que conformaron una movida tropical en toda la Argentina y tuvo una década inolvidable, con fenómenos como Gilda, Ráfaga, Leo Mattioli, Amar Azul, Los Palmeras, que se transformaron, no solo en clásicos, sino en catálogo referente para las generaciones de artistas nuevos.
¿Qué otras leyendas artísticas de Argentina te tocó producir?
Hubo un momento, al comienzo de los 2000, que la venta de CD`s y DVD' se desplomó por la moda de descargar canciones en los ordenadores, y producir era casi imposible. Allí comenzó una nueva forma en que los artistas financiaban las grabaciones y los productores hacíamos el marketing y la distribución. Fueron momentos de mucho desconcierto y experimentación. Se arrimaron a Leader artistas geniales como Juan Carlos Baglietto, Lito Vitale, Patricia Sosa, Valeria Lynch, Hilda Lizarazu y Dyango.
¿Hubo alguno de estos artistas que te haya sorprendido desde lo humano? ¿Quién y por qué?
La relación entre artista y productor siempre ha sido difícil de llevar adelante, pero en el fondo todos sabemos que el artista es el creador que muchas veces no sabe, o no tiene el tiempo, para hacer de su arte un éxito, y que nos necesitamos mutuamente. Este año cumplimos 40 años como discográfica y, si tengo que dar dos casos de relación impecable, fueron Gilda y La Konga. La Konga estuvo toda su carrera en Leader y, por muchos años, vendían muy poco. Pero eran tan buena gente que no podíamos darle la libertad contractual. Nunca pensamos que podían, después de 18 años, transformarse en un éxito tan grande y merecido.
Después pasaste a generar contenido para chicos. ¿Qué viste para apostar por este segmento?
Las canciones para niños siempre fueron un éxito muy grande, pero quienes generaban los éxitos eran los canales de televisión. Como no había radio para niños, ese era el medio que hacía de “Gaby Fofó y Miliki”, Reina Reech, Flavia Palmiero, Panam, el Topo Gigio, las Trillizas de Oro, Carlitos Balá, los grandes éxitos infantiles. Con la llegada de las redes, vimos que las nuevas generaciones eran el 80% de los jóvenes y, fundamentalmente, viendo videoclips musicales. Nosotros deducimos que los más pequeños de ese segmento iban a copiar a sus hermanos, pero vimos que no había videos de las canciones infantiles.
Entonces empezamos a hacer animación acompañando el argumento de las canciones. Poco a poco, mirando el éxito de algunas canciones y analizando los datos de consumo de las plataformas, entendimos dos grandes fenómenos. El primero es que las canciones antiguas como “La Gallina Turuleca”, “La Vaca Lola”, “El auto de papá” o las canciones de María Elena Walsh iban a ser muy festejada por los padres y abuelos que nunca habían visto su video clip, y se iba a producir un fenómeno familiar con los niños muy emocionante.
El segundo fenómeno es que buscamos a las creadores de canciones infantiles más grandes de la Argentina, que son el dúo “Tiempo de Sol” (Cecilia Rogier y Eduardo “Chacho” Marceillac), para que traigan su repertorio y compusieran canciones nuevas para “El Reino Infantil”, “La Granja de Zenón”, y más. Así llegó “Bartolito”, “El auto bochinchero”, “Soy una serpiente", y muchas más.
Con tantos años en la industria, pasaste por todos los tipos de formatos habido y por haber: cassettes, CDs, DVD, youtube, streaming. Suponiendo que nos referimos a cada uno de estos formatos como si fuesen era o épocas. Te pregunto, ¿qué pautas te marcan que está terminando una época y está empezando otra?
Cada aparición de esos formatos produjo que la gente volviera a comprarse su música preferida en ese nuevo formato, y así se producían picos de venta en la industria con la nueva venta de los viejos catálogos ya autorizados. La gran revolución la produjo el streaming y permitió a cualquier ser humano acceder a todas las canciones del mundo (más de 60 millones de canciones) pagando nueve dólares (en el mundo) y menos de dos dólares en la Argentina. Menos de la mitad del valor de un CD en la antigüedad. Música para todos y todas.
"Hoy se publican más de 700 horas de video por minuto en YouTube y los que llegan al éxito son menos que la probabilidad de que un esperma se encuentre con un óvulo"
En cuanto a las pautas de cambio, el 2000 trajo la revolución digital y con ello una evolución tecnológica y social de redes que nadie tiene el poder de controlar. Hoy creo que la inteligencia artificial va a producir rápidamente cambios revolucionarios que van a afectar la ocupación laboral, el aprendizaje y muchas cosas más. Es un momento en que deberíamos tener dirigentes y políticos pensando mucho en esto y dejando el Twitter de lado.
¿Hubo algún cambio de época que haya afectado mucho a tu negocio?
Sí, muchísimos. Los primeros me angustiaban pero, con el tiempo, me di cuenta que, si estaba en esa posición, dirigiendo personas y una empresa, era para algo. Y en 40 años nos transformarnos en expertos en la Argentina. Seguro esa gimnasia de crisis nos llevó, en el 2005, a desarrollar nuestro departamento digital y lograr lo inigualable: nos convertirnos en el canal número 1 del mundo en español y en el número 13 más visto en todos los idiomas desde que se creó YouTube. Ese fue el momento más importante de nuestra historia.
¿Cómo fue que llegaste a YouTube? ¿Cuál fue tu primer proyecto?
En las redes era el lugar donde nos pirateaban la música, pero entendí que era el nuevo ámbito donde se iba a potenciar la promoción y la comunicación musical en el mundo. Ninguna de esas empresas grandes iban a subir contenidos piratas. En algún momento, todo se iba a legalizar y esas empresas tendrían que pagarle a los creadores por sus contenidos. YouTube empezó a pagarlos en el 2009, y ahí entendimos definitivamente que era el fin del soporte físico (CD - DVD) y pusimos toda la inversión en el área digital. En dos años cambiamos el 80% de las posiciones de trabajo e hicimos una estructura totalmente nueva operativa.
¿Qué otras cosas has generado para YouTube?
Hicimos muchas pruebas de contenidos en los primeros años. Un canal de autoayuda con Bernardo Stamateas, Fitness con Cinthia Fernandez, el canal de Peter Capusotto, el canal de Martin Bossi. Sin embargo, con el tiempo nos dimos cuenta que estas grandes figuras a nivel local no podíamos internacionalizarlas como a los contenidos infantiles.
El costo de los buenos analistas digitales es muy alto para recuperarlo con la monetización de las plataformas. También desarrollamos el canal de Cumbiatube, con nuestros fonogramas propios. Tiene 4 millones de suscriptores, pero también es un éxito básicamente del cono sur de América. Administramos más de 80 canales, algunos propios y otros de terceros que confían que nosotros los podemos hacer mejor que ellos mismos.
¿Hace cuánto hacés El reino infantil? ¿Cuál creés que fue la clave de su éxito a nivel mundial?
Desde el 2007 veníamos haciendo contenidos de videos animados. Primero empezamos con las canciones de Maria Elena Walsh, después La Granja de Zenón y, en el 2011, nos dimos cuenta que teníamos muchas canciones infantiles pero que no debíamos mezclarlas con otros contenidos no adecuados para niños. Así fue que creamos El Reino Infantil, un canal curado estrictamente para niños en el cual los padres pueden confiar en los valores y las características cuidadas de nuestros videos. El éxito tiene que ver con eso: estudiar la audiencia, los cambios culturales y sociales tanto en los niños como en los padres, entender el hoy y el mañana, invertir cada día más para mantener el liderazgo.
¿En qué momento te diste cuenta que iba a ser algo grande?
Hubo muchos momentos que nos mostraban que podíamos hacer algo enorme, pero cuando YouTube nos empezó a pagar por las vistas en el 2011 fue un momento que hacía realidad una forma nueva de monetizar nuestras creaciones. Nos animamos a desarrollar muchos negocios: invertir en viajes por las ferias vitales del mundo para conseguir ese liderazgo que pretendíamos en áreas donde nunca habíamos hecho nada, licencia en Las Vegas, juguetes en Hong Kong, New York City, Nieremberg; y más de 100 series distintas. Desde hace tiempo estoy la mitad de mi tiempo en el exterior capacitándome para ser una empresa de nivel global.
Hoy creo que somos el 30% de lo que podemos hacer. Somos una empresa especial que necesitamos muchos socios estratégicos en cada negocio y en cada país para lograr ese desarrollo que los grandes estudios (Disney, Nickelodeon, Warner) logran con mega estructuras e inversiones que no están a nuestro alcance. Nosotros nos ponemos el evangelio bajo el brazo y salimos a golpear puertas.
¿Cuántos ingresos genera El reino infantil?
Somos una empresa que no cotiza en bolsa. Por lo tanto, no hacemos públicas nuestras ventas ni en dónde invertimos ni cuánto ganamos. Nuestro objetivo está mucho más allá de las ganancias. No podemos generar pérdidas porque nos autofinanciamos, pero necesitamos mucha inversión de terceros para lograr lo que buscamos. Y no me refiero a vender parte de la empresa, pues ya rechacé y agradecí más de 10 ofertas de compra. Me refiero a empresas que les interese invertir en parques de diversiones para niños o miles de negocios que aún nos faltan desarrollar y que los millones de fans de La Vaca Lola, Bartolito y Zenón están esperando disfrutar.
¿Cuánto sale hacer un contenido infantil de ese calibre?
Hay distintas calidades y presupuestos. Cuando empezamos, podríamos gastar 1000 dólares por video, hoy podemos gastar entre 3000 y 30 mil por canción de dos minutos.
¿Qué pensás del streaming?
Que es maravilloso. Permite al individuo crear su propio contenido, publicarlo, hacerlo famoso sin intermediarios. Para lograr algo grande de verdad uno luego necesita de una cantidad de colaboradores muy capaces, muy caros, muy inteligentes, y que sepan lo que el creador no sabe ahora. Hoy se publican más de 700 horas de video por minuto en YouTube y los que llegan al éxito son menos que la probabilidad de que un esperma se encuentre con un óvulo.
"En dos años cambiamos al 80% de las posiciones de trabajo e hicimos una estructura totalmente nueva operativa”
Todos los creadores tienen que tener derecho a ser vistos y escuchados por una persona, por miles o por millones. Sin embargo, nosotros como productora no podemos invertir en todos los artistas, pero sí podemos analizar métricas y estudiar contenido en la web para llevarlo a un mejor resultado. En cuanto al contenido de plataformas, eso también es un condicionante que hay que observar.
¿Dónde creés que estará el futuro del entretenimiento para chicos?
Aspiro a que esté en la multiplataforma, y eso quiere decir un mix de tecnología con naturaleza y mucha familia, mucho amor. Con los niños de hoy, nativos digitales, es absurdo pensar negarles el acceso al móvil, pero sí el control parental debe poner límites al tiempo en pantalla. Era inevitable en momentos de pandemia aumentar ese tiempo, pero también es vital determinar sacar al niño a la plaza, jugar al fútbol, darle un abrazo, divertimos en familia. Tenemos una serie que se llama la familia Blue que se centra en las relaciones familiares, la felicidad y los berrinches, la crónica diaria del hogar.