El boom de inversiones está tiñendo de verde al mercado energético. Los planes del Gobierno, inversiones multimillonarias y los big players de las energías renovables.
Después de 20 años de demora, por falta de financiamiento y planificación, finalmente en Argentina las renovables llegaron para quedarse y transformar la matriz energética y los negocios en el rubro. Un cambio que, además, traerá aparejado el desarrollo tecnológico con el acento en la sustentabilidad y la ecología.
Las potencialidades del país quedaron evidenciadas en la reciente apertura de ofertas por el tercer tramo de proyectos contemplados en el Plan RenovAR, que surge de la implementación de la Ley de Energías Renovables, sancionada a fines de 2015, la cual trazó un claro horizonte: en 2025, el 20% de la matriz eléctrica tendrá que abastecerse con las renovables. Para lograr ese objetivo, se necesitarán más de US$ 15.000 millones en inversiones.
La Ronda 2 del RenovAR dio señales vigorosas y orientadas claramente a ese objetivo: el Gobierno recibió 228 ofertas por la generación de 9.403 MW, ocho veces más que los 1.200 MW requeridos inicialmente, y que totalizaban una inversión de US$ 11.000 millones.
La composición de las ofertas dejó en claro el perfil del mercado local: hubo 99 proyectos de tecnología solar por 5.290 MW; 58 de eólica por 3.818 MW; 32 de biogás por 60 MW; 20 de biomasa por 188 MW; 15 de pequeños aprovechamientos hídricos por 32 MW y 4 de biogás de relleno sanitario por 15 MW.
De Norte a Sur
Otro dato importante es que las iniciativas se distribuyeron equitativamente en 21 provincias, algo que refuerza el carácter federal de las renovables, sobre todo teniendo en cuenta las potencialidades de regiones como la Patagonia y el NOA.
Desde el Ejecutivo, confirman que la adjudicación de proyectos se anunciará el 29 de noviembre, a partir de lo cual se abre un plazo para la firma de contratos hasta el 15 de mayo de 2018. En este sentido, el precio de referencia que fijó la cartera energética en cada tecnología es de US$ 56,25 por MWh para eólica, US$ 57,04 para solar; US$ 110 para biomasa; US$ 160 para biogás; US$ 130 para biogás de rellenos sanitarios y US$ 105 para pequeños aprovechamientos hídricos.
Los precios que está obteniendo la Argentina resultan cuatro veces más baratos que los que pagaba el Estado a fines de 2015. Toda una señal.
En Energía, explican el crecimiento de las ofertas no solo por el atractivo del país en materia de energía solar y eólica, que son la mayoría de los proyectos, sino también por la firma de una garantía de inversiones con el Banco Mundial, que se conoció en agosto de este año.
Desde la cartera que comanda Juan José Aranguren, destacan que el éxito del RenovAR representa una renovada confianza en el país y asegura un adecuado nivel de competencia que redundará en una baja del costo medio del sistema de generación eléctrica.
Amplia convocatoria
El interés de las empresas estuvo repartido entre importantes grupos y también pequeñas y medianas empresas. En el segmento de energía eólica, entre las que presentaron ofertas se encuentran grandes grupos como Aluar, Enel, Aes, Genneia, Petroquímica Comodoro, Invap, MSU Energy, YPF Energía Eléctrica, General Electric, Pampa o Pan American Energy.
En el caso de la tecnología solar, la que despertó el mayor interés de los oferentes por cantidad de proyectos y potencia, se encuentran empresas como Neoen, Canadian Solar, Martifer Renewables, Akuo Energy, Akuo Energy, Colway, además de otras locales como Aceitera General Deheza Energía, Latinoamericana Energía, Isla Power, Corven Motors, Aes o Genneia.
Los magros resultados en política de renovables hasta 2016 hicieron que nuestro país tenga hoy apenas el 2% de su matriz energética asociada a estas tecnologías. La tendencia comenzó a virar el 25 de julio de 2016, cuando se lanzó la Ronda 1 de inversiones del Plan RenovAR.
La cronología histórica que trazan en el Ministerio de Energía marca que entonces se adjudicaron 29 proyectos. Fue un comienzo más que auspicioso, que tuvo su continuidad con la Ronda 1.5, el 11 de noviembre del mismo año, cuando se adjudicaron otras 30 iniciativas del sector privado.
Entre ambas rondas de ofertas, se comprometieron proyectos por US$ 4.000 millones de dólares, que podrían abastecer a 4 millones de hogares y reducir en 5 millones de toneladas las emisiones de CO2.
Presente y futuro
Son los mejores años que ha tenido Argentina en materia de renovables, sentencia el diputado nacional Juan Carlos Villalonga, exdirector de Greenpeace e impulsor de cuanta iniciativa haya en este campo. Argentina tiene uno de los mejores recursos, tanto en eólica como en solar, y un potencial de desarrollo importantísimo. Lo que está ocurriendo es algo que muestra síntomas de mucho vigor y mucho dinamismo, agrega.
A pesar de que se lamenta por el tiempo perdido que redundó en una demora imperdonable, Villalonga es optimista y cree que se va a cumplir con la ambiciosa meta de llegar a comprometer el 20% de la matriz generada por energías renovables: Creo que es perfectamente posible. El desarrollo se está dando a una velocidad que es difícil superar porque hay cuestiones logísticas que lo impiden.
Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), pondera que haya, quizá por primera vez en el rubro, un Estado que garantiza las reglas de juego a mediano y largo plazo. Se destacan las garantías del Banco Mundial y las facilidades para acceder al financiamiento que plantea el pliego de licitación, además de los beneficios fiscales e impositivos que otorgó el Poder Ejecutivo, detalla.
En CADER, miden el boom por el surgimiento de nuevos proveedores (hoy tienen registrados más de 350 compañías en el rubro), que a su vez multiplican los puestos de trabajo y que, en definitiva, hacen un aporte no solo económico (la generación de energía a bajo precio) sino fundamentalmente ecológico: la emisión de las renovables es neutra.
Los problemas de financiamiento
Sin embargo, todavía subsisten algunos problemas de financiamiento. Así lo explica el economista y socio de Invertax, una firma uruguaya que se especializa en soluciones en materia de inversiones, en los campos de Corporate Finance, Private Equity e International Bidding.
Los inversores aún no encuentran eco en la banca internacional para financiar sus proyectos bajo modalidad de Project Finance, es decir, contra los recursos que el mismo proyecto genere, en lugar de comprometer los recursos del balance del inversor. Es claro que el inversor se siente cómodo con asumir el riesgo en Argentina, pero la banca internacional aún no.
Invertax desarrolló una plataforma multiemisión que permite listar en bolsa de forma rápida, segura y económica, proyectos de generación de energía, para financiar tanto su tramo de equity como de deuda senior y subordinada.
La solución permite estructurar la emisión de títulos de deuda, equity y productos híbridos, sobre proyectos de generación de energía y cualquier otro tipo de activo financiero o de la economía real. Mediante el proceso de securitización, el activo subyacente (el proyecto de generación) es listado en bolsa, normalmente en Europa, accediendo a los mercados financieros globales, mediante un mecanismo similar a un IPO para los casos de equity o de project bond para los casos de deuda, explica Cabrera.
A pesar de estos contratiempos, está más que claro que Argentina encontró el camino hacia el desarrollo de las renovables.
De hecho, se registró un fuerte avance durante el último año en el ranking de países más atractivos, publicado en octubre, para invertir en este tipo de energías (Recai, por su sigla en inglés), elaborado por la consultora británica E&Y. Nuestro país superó a Brasil en la materia, a la vez que se acercó a México y Chile, al situarse en el puesto 11°. En el ranking de 2015, ni siquiera figuraba.
Villalonga enfatiza que ahora el desafío es mantener este ritmo y que el país debe encarar de manera seria la transición energética. Claramente tenemos que ir hacia mitad de siglo a tener al sector energético con emisiones neutras, ambiciona.
Para lograr este objetivo, las renovables tienen que ir teniendo cada vez más un protagonismo central y deberán crecer ininterrumpidamente.
Esto obliga a pensar con qué tecnología convencional acompañás este proceso: hidroeléctrica, gas, combustibles importados, carbón, nuclear. Es un dilema que hay que resolver. El mundo está yendo hacia las energías más flexibles, gas e hidroeléctrica, que son las que mejor acompañan, explica el diputado de Cambiemos.
El otro segmento que completa el círculo virtuoso que está atravesando el mercado es la Ley de Generación Distribuida, que está por aprobarse en el Congreso de la Nación y que va a crear todo otro segmento de las energías renovables: la generación de usuarios residenciales, pymes, comercios e instituciones sociales.
Pequeños y medianos generadores que podrán instalar equipos solares, eólicos, biogás y biomasa para subirse a la ola verde de la energía limpia, no contaminante, donde la economía y la ecología van de la mano sin pelearse.
Por Franco Spinetta