Simpleat, la compañía argentina especializada en la venta de comidas envasadas al vacío y congeladas saludables, encabeza una movida solidaria de cara a un nuevo aniversario de la independencia: hasta el 9 de julio inclusive, por cada plato de locro vendido, la empresa donará dos platos a comedores de la red de Nilus. El objetivo propuesto es poder colaborar con 10.000 platos destinados a comunidades vulnerables.
La firma, fundada por Tomás Iakub y Kenneth Sly en 2018 que hoy emplea a más de 30 personas y que abrió operaciones en México, lleva desarrolladas varias acciones para colaborar con diferentes proyectos sociales.
En esta ocasión, anunció que duplicará en donaciones la cantidad de locros que venda. Y lo hará de la mano de Nilus, una firma que desarrolla tecnología para facilitar la distribución de alimentos sanos en comunidades de bajos ingresos, conectando de manera directa a productores de alimentos con comedores sociales y redes de venta comunitaria.
"A nuestra misión de comer rico y saludable, sumamos la de ayudar: desde que nació Simpleat buscamos la manera de generar un impacto positivo en la sociedad. Tanto en 2019 como en 2020 realizamos campañas para colaborar con comunidades vulnerables a través de la capacitación, el apoyo logístico y la alianza con referentes de la gastronomía. En la misma línea, ahora decidimos volver a lanzar nuestro locro solidario, esta vez trabajando junto a la red de comedores de Nilus", comentó a través de un comunicado Iakub, cofundador & CEO de Simpleat, quien fue reconocido como uno de los diez jóvenes sobresalientes de Argentina TOP 10 Young Persons en 2019.
El locro, que está disponible por tiempo limitado, es rico en fibras y en proteínas, y see elabora sin conservantes ni aditivos, y entre sus ingredientes cuenta con falda, chorizo colorado, roastbeef, bondiola, zapallo anco cabutia, morrón rojo, porotos pallares, patitas de cerdo, cebolla, apio, maíz blanco, panceta ahumada, rabo, pimentón, ají molido, comino molido.
Desarrollo emprendedor
Hace un par de años, cuando todavía eran estudiantes y trabajaban en firmas multinacionales, Iakub y Sky tuvieron una visión clara: "La gente tiene menos tiempo libre y quiere comer mejor", se plantearon. Así fue cómo decidieron volcarse a generar una propuesta práctica de comida casera congelada con entrega a domicilio sin intermediarios.
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Simpleat, que en 2020 creció 400% en ventas comparado con el año anterior, ofrece más de 40 recetas de líneas diseñadas por nutricionistas y chefs (fitness y saludables byMegatlon, opciones gourmet y vegetarianas, y próximamente un desarrollo propio plant-based). La comida está lista para comer después de colocarla en una olla con agua hirviendo durante tan solo 15 minutos, manteniendo su sabor y los nutrientes de los alimentos sin utilizar aditivos ni conservantes.
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La compañía brinda una experiencia de compra online simple y rápida. A través de su tienda online, el consumidor puede realizar su pedido y recibirlo a domicilio en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, 11 puntos de retiro ubicados en las zonas de mayor densidad, además de una sede física en el Mercado de Belgrano.
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En abril, la firma había anunciado una US$ 125.000 en equipamientos y tecnología para cortar cintas del centro de distribución en Belgrano, una planta de planta de más de 1000 m2. A fin del año pasado, había cerrado una ronda de inversión por US$ 600.000.
Entre las firmas que concretaron la inyección de capitales externos se encuentra el fondo latinoamericano Alaya Capital con fuerte presencia en Chile, el fondo mexicano NOA Capital, el fondo argentino Glocal AgriFoodTech e inversores privados como Guilherme Bonifacio, cofundador de Mercê do Bairro y iFood, la plataforma de delivery más grande de Brasil, y Diego Libanio, cofundador de ZeDelivery y Mercê do Bairro (Brasil).
Iakub (27) es licenciado en Economía Empresarial por la Universidad Torcuato Di Tella, trabajó en un área disruptiva en AB InBev y tuvo su primera empresa a los 19 años; mientras que Sly (29) licenciado en Administración de Empresas por la Universidad de San Andrés, se desarrolló en Deloitte y tuvo su primer emprendimiento de comidas a los 23 años.
