Con apenas 39 años y una fortuna de US$ 4.800 millones, Frank Wang es uno de los emprendedores más innovadores y misteriosos del mundo. Fundó DJI en 2006, en su dormi de la Universidad de Hong Kong, y formó un ejército de nerds que supo combinar robótica, inteligencia artificial, aerodinámica y tecnología audiovisual como muy pocos en esta era. No da entrevistas desde 2016, y los pocos que lo frecuentan confiesan que lo único que le interesa es la tecnología. El espíritu competitivo que se respira en los headquarters de la compañía en la pujante Shenzhen, al sur de China, está plasmado en las batallas de RoboMasters. Wang concibió esta competencia para estudiantes de robótica de todo el mundo (donde robots de cuatro ruedas se destruyen entre sí) para detectar talentos y para potenciar su marca: la élite de la robótica está en DJI.
El hit
La línea de drones Phantom fue la punta de lanza de la conquista aérea de DJI. Además del costo, la clave del éxito fue su “usabilidad” y las mejoras en latencia (el retardo de la red). Pero lo que la diferenció realmente fue la nitidez de la cámara de comando del Phantom 3, un salto definitorio en el desarrollo de los drones. La línea Mavic, más compacta y más veloz, también vendió millones de unidades. Y, según voceros de DJI, Mavic Air 2 es el mejor drone que la compañía haya construido.
La guerra
Las escaramuzas comerciales entre Estados Unidos y China tienen en el fondo una disputa por el control de las patentes y las tecnologías que dominarán el futuro. Igual que Huaweii, DJI quedó en la mira de la Casa Blanca y sufrió la suba de los aranceles de importación. Así y todo, DJI controla casi el 77% del mercado de drones en Estados Unidos, pero sus competidores están recibiendo el apoyo de departamentos de policía, bomberos, petroleras y distintas compañías persuadidas por el “Buy American”. Para el Estado chino, DaJiang Innovation es un activo fundamental. Por ejemplo, la cuarentena más estricta del mundo, en Wuhan, tuvo el soporte de cientos de DJI Inspire, equipados con parlantes para alertarles a los ciudadanos que se mantuvieran en sus casas.
Campo visual
El mercado de drones para el agro alcanzaría los US$ 1.000 millones para 2024, apenas 8 años después de que DJI presentara su primer producto para el sector. Los drones son herramientas claves para la “agricultura de precisión”: el uso de datos y tecnología para una producción más eficiente y sustentable. Además de su uso para aplicar fertilizantes o pesticidas, los drones se utilizan como banderilleros digitales, monitoreo de siembra, control de malezas, o para seguimiento del ganado. Los usos profesionales de los drones no paran de crecer y diversificarse: minería, oil&gas, industria, logística. El futuro está en el aire