Maillol SA tiene un plan para seguir operando Rodizio Costanera y presentó ante la justicia un proyecto junto a un grupo inversor. La sociedad, cuya concesión para explotar el predio se venció en agosto pasado y se encuentra en concurso preventivo desde octubre de 2018, tiene la intención de reperfilar el local gastronómico y el clásico nombre del restaurant no sería de la partida.
Desde 1992 manejaba este negocio a través de un contrato de concesión con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuya última renovación se había producido en 2015 y por el cual pagaba un canon mensual de $ 279.865. En 2019 esta cifra se actualizó a más de $ 596.000 por mes, la compañía dejó de abonarlo y hasta agosto de 2020 debía $ 3,1 millones por esto. A ello se le suman acreencias comerciales por $ 17,3 millones e impositivas por $ 4,2 millones.
Aunque la empresa, dirigida por Ana Tonin y Juan Toselli, expresó haber intentado contactarse con el gobierno porteño para extender la concesión, no podría participar hasta no cancelar su deuda. Ya está iniciado el proceso de licitación y habrá novedades a fines de enero, cuentan desde la Dirección General de Concesiones y Permisos de la Ciudad, en diálogo con Forbes Argentina. Pero la sociedad aguarda un guiño judicial que le permita continuar al mando, aunque varios de los actores involucrados descartan que esto pueda suceder.
Si bien los problemas económicos de la sociedad anteceden a la pandemia, la misma sí agravó su situación. Rodizio Costanera permaneció cerrado durante toda la cuarentena, no se movió con delivery debido a su ubicación alejada ni tampoco colocó mesas al aire libre. En noviembre los 60 empleados tomaron el local, ya que la firma, aunque recibió ATP entre abril y agosto, no pagó su parte, que supera los $ 9,2 millones, entre salarios, aportes y contribuciones.
Asimismo tiene una deuda bancaria de $ 3,5 millones con el Banco Supervielle en situación 4 (con alto riesgo de insolvencia), según el Banco Central.
En la causa concursal, que se tramita en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial nº 31, Maillol SA presentó el 20 de noviembre un proyecto comercial, además de solicitar la prórroga del período de exclusividad hasta marzo de 2021. El nuevo plan cuenta con un grupo inversor ligado al negocio gastronómico: Geada SA. Esta sociedad se encargaría de gerenciar el proyecto y aportaría una inversión de $ 113,9 millones en dos años para las reformas y mejoras edilicias necesarias.
Según detalla la empresa, Geada SA maneja varios locales gastronómicos y bailables en Argentina, Uruguay y EE.UU., entre ellos están Enero Costanera, Rock & Ribs, Morena, Burger Joint, JET, Novecento Miami y Jack Daniels Bar Punta del Este.
La idea, explican en su presentación, es cambiar el perfil del local y convertirlo en un bar con gastronomía y cocktails de autor ya que hoy el restaurante se encuentra emplazado en el Distrito Joven, aprobado en abril de 2018, y el negocio actual no encaja. El nuevo proyecto se llamaría Flamingo, mantendría los puestos de trabajo y proyecta emplear más de 100 personas con una tasa interna de retorno del 40%. Para esto solicitan una concesión de 10 años más dos años de gracia.
Detrás de Geada se encuentran Juan Manuel Pereira, quien figura como presidente, y Eugenio Christian Klein y Rodrigo José Sueiro como accionistas. Estos últimos dos nombres también manejan la sociedad Distrito Costanera SRL, que se adjudicó en agosto la licitación realizada por el GCBA del espacio 9 (926,8 metros cuadrados) de Distrito Joven. Este lote está ubicado enfrente de la zona que ocupa actualmente Rodizio Costanera y por esto pagará un canon inicial mensual de $ 605.000. Involucra una parte del predio donde está el restaurante, dicen desde la Dirección General de Concesiones y Permisos de GCBA.
Distrito Costanera SRL fue creada en diciembre de 2019 por Klein, Sueiro y Armando Marcelo Armesto, empresario detrás de las discotecas Le Brique y Dixit, ambas de Villa Gesell. Sueiro y Klein también son accionistas de Delmalobo SA, que forma parte del consorcio Estación Rosedal SA, nueva concesionaria del ex Paseo de la Infanta (N.d.R: conformada por varios que solían subalquilarle sus locales a Panter SRL) desde diciembre de 2019. Ahí operan el smokehouse Rock & Ribs.
Sin embargo, el plan de Rodizio tuvo un revés luego de que el juzgado rechazara su pedido de organizar una audiencia con la sindicatura, UTHGRA, el comité de acreedores y las partes interesadas. A pesar de su apelación, la justicia volvió a denegar su solicitud, aunque sí extendió el período de exclusividad. En la causa, Maillol SA asegura tener conformidad con un grupo de acreedores por $ 5,6 millones, por lo que le faltaría acordar con un poco más de $ 1,1 millones.
No tiene chances, absolutamente ninguna, sentencia Humberto Ballhorst, secretario de UTHGRA en CABA. Y desarrolla: Lo que hicieron fue una movida desesperada, pero el establecimiento ya lo perdieron. Les dimos muchas posibilidades hace cuatro meses para que armen otra sociedad y que Rodizio siga y nunca trajo a nadie.
El local hoy continúa ocupado por sus trabajadores que preparan algunos platos y los venden, generalmente los fines de semana, para poder generar algún tipo de ingreso. Todos los días aparece alguien intentando cobrar alguna deuda. Muchas son personas que señaron para hacer alguna fiesta o cumpleaños en el restaurant y que después no se hicieron pero nadie les devolvió esa plata, apunta el dirigente gremial. Por el momento, el plan de reconversión pareciera ser más un manotazo de ahogado que un proyecto factible. Al menos con Maillol a la cabeza.