Adam Neumann le acaba declarar la guerra a SoftBank. La noche del lunes, el cofundador y ex CEO de WeWork presentó una demanda contra el conglomerado fundado por Masayoshi Son, que alguna vez fue su principal promotor, ante el Tribunal de Equidad de Delaware.
Así, Neumann se metió en una escaramuza legal que comenzó el mes pasado, cuando un comité especial de la junta de la empresa presentó una demanda parecida en representación de The We Company. La demanda de Neumann contiene una moción para combinar las dos.
El litigio es la primera revelación de las intenciones de Neumann desde que lo echaron del cargo de CEO en septiembre tras la cancelación de la oferta pública inicial de la empresa. La demanda, impensable hace seis meses, es el último giro de un drama que consumió a la empresa.
El eje de la disputa es la decisión tomada por SoftBank el 1 de abril de abandonar sus planes para adquirir US$ 3.000 millones en acciones de WeWork a inversores minoritarios. Esta oferta formaba parte de un paquete de rescate otorgado a WeWork en octubre, después del fracaso de la IPO. Al cancelarse, Neumann no pudo vender hasta US$ 970 millones en acciones suyas.
En la demanda se acusa a SoftBank de tomar medidas para socavar el acuerdo a partir de diciembre de 2019, cuando impidió un cierre de posición en opciones de la división china de WeWork, un prerrequisito de la oferta.
Tras obtener el control de WeWork y la junta, SBG y SBVF incumplieron su promesa de pagar por los beneficios que ya habían percibido, reza el documento, en referencia a SoftBank Group y su Vision Fund. En la demanda se alega como motivo la situación financiera en deterioro de SoftBank.
El director del departamento jurídico de SoftBank, Rob Townsend, afirmó que las demandas no tienen mérito y declaró que en los términos de nuestro acuerdo, firmado por Adam Neumann, SoftBank no tenía ninguna obligación de concluir la oferta de adquisición de acciones en la cual Neumann ?el principal beneficiarió trató de vender casi US$ 1.000 millones en acciones.
Romance turbulento
Las dos empresas vivieron un romance turbulento. En marzo de 2017, SoftBank invirtió US$ 3.000 millones en WeWork tras una reunión de 12 minutos entre Son y Neumann, que fundó la empresa con Miguel McKelvery en 2010. En enero de 2019, el conglomerado de inversión encabezó otras dos rondas de financiamiento, con las cuales WeWork quedó tasada en US$ 47.000 millones, y la participación de Neumann, en US$ 4.000 millones, y así se financió la expansión insostenible ?y veloz? de la empresa.
Miguel y vos no están lo suficientemente locos, le dijo Son a Neumann cuando SoftBank hizo su primera inversión.
En septiembre, la junta de WeWork echó a Neumann, que había estado al frente de la empresa cuando acumuló una montaña de pérdidas y no logró hacer la IPO, lo que expuso grandes problemas de gobernanza corporativa. Una nota del Wall Street Journal que reveló el consumo de marihuana y otras acciones cuestionables de Neumann fue la gota de que rebasó el vaso.
Ante la necesidad de capital, la junta de WeWork votó aceptar el rescate de SoftBank en vez de un paquete de deuda de US$ 5.000 millones de JPMorgan. El acuerdo con SoftBank ofrecía la misma suma de deuda corporativa que el del banco, pero era mucho más favorable para Neumann por la oferta de adquisición de acciones, US$ 180 millones en honorarios por consultoría y una línea de crédito de US$ 500 millones para pagar otras deudas.
Neumann no habla en público desde que lo echaron y pasó buena parte de los últimos meses en Israel, donde se crio. En Nueva York, un ejército de ejecutivos, entre ellos el presidente ejecutivo de WeWork, Marcelo Claure, que también es director de operaciones de SoftBank, trató de estabilizar a WeWork. La empresa echó a más de 2.650 empleados, muchos de ellos la semana pasada, y vendió empresas y edificios adquiridos en las épocas de vacas gordas.
Para mediados de marzo, cuando el brote de coronavirus empezó a tomar un envión devastador y dejó vacíos muchos de los edificios de WeWork, Son notificó a los inversores que SoftBank tenía fundamentos para renegociar la oferta; señaló condiciones incumplidas, como las investigaciones en curso de WeWork por los entes reguladores y la no consolidación de su división china. A minutos de cumplirse el plazo hasta el 1 de abril, SoftBank informó a los inversores que no procedería con la adquisición de acciones.
Autora: Samantha Sharf