Mauricio Braia es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y vegetariano. Durante años, estuvo acostumbrado a leer las etiquetas de los productos alimenticios, hábito que derivó en preocupación por el uso de colorantes, especialmente por los problemas ambientales y de salud que generan. Esta preocupación lo llevó al laboratorio, en el que desarrolló una serie de colorantes naturales a base de hongos.
El enfoque científico de Braia se centró en la creación de biofábricas fúngicas para producir moléculas pequeñas, como son los colorantes alimenticios, de manera más eficiente. Por esta propuesta innovadora, fue invitado en 2018 a una presentación ante empresarios y allí conoció a Ricky Cassini, licenciado en Ciencias Económicas y hoy su cofundador en Michroma.
La empresa nació gracias a que GRIDX, company builder de base científica, los preseleccionó entre 800 proyectos para ser parte de un programa de aceleración de cuatro meses. Allí fueron elegidos entre los mejores 10 y recibieron su inversión inicial de US$ 200.000.
"En junio de 2019 viajamos a San Francisco para presentar la idea al ecosistema emprendedor de Silicon Valley y entramos en contacto con IndieBio, la aceleradora de biotecnología más grande del mundo, que se interesó en el proyecto y nos invitó a su programa de aceleración. Eso nos llevó a mudarnos a San Francisco", relata Cassini, quien hoy es uno de los "30 Under 30" elegidos por Forbes Estados Unidos.
"Combinando una cepa única de hongos con fermentación de precisión, somos capaces de producir moléculas complejas de alto valor con rendimientos elevados nunca antes vistos en la industria de la biotecnología", describe Cassini y destaca que Michroma es pionera en el avance disruptivo que hay en la industria de ingredientes con colorantes de alto rendimiento elaborados a partir de hongos.
"Debido a la creciente demanda del mercado por ingredientes más saludables y sostenibles, comenzamos desarrollando un novedoso colorante rojo llamado Red+, resistente a la temperatura y estable en todo el espectro de pH de los alimentos", relata y aclara que, actualmente, el portfolio de productos empieza con los colores cálidos, que representan el 90% del mercado alimentario. También incluye otros colores y sabores que se venderán combinados, lo que permitirá ofrecer soluciones integradas a las empresas.
"El desafío principal es cambiar la percepción de algunos inversores sobre la capacidad de desarrollo tecnológico en nuestro país. Creemos firmemente que podemos demostrar a los inversores que en Argentina no solo podemos igualar, sino superar los estándares tecnológicos internacionales", afirma Cassini, quien describe que en Michroma ya trabajan 30 personas desde Argentina (Buenos Aires y Rosario) y Estados Unidos (San Francisco).
Tras prototipar con las principales empresas de alimentos del mundo, hoy se encuentran negociando acuerdos para Red+ con proveedores de ingredientes para su distribución mundial. "También presentaremos peticiones de aditivos colorantes a la FDA y la EFSA mientras continuamos nuestro camino hacia producir a escala industrial", afirma.
Para Cassini, si bien firmaron cartas de intención con múltiples distribuidores de ingredientes y empresas de consumo masivo, y también ganaron el premio al "Ingrediente más Innovador para Alimentos o Bebidas" otorgado por Fi Global, el mayor hito de Michroma fue haber cerrado la ronda semilla más importante de Latinoamérica en biotecnología por US$ 6,4 millones.
"Queremos cambiar la narrativa y convencer a los inversores de que en nuestro país se puede confiar, invertir, y que nuestros profesionales tienen la capacidad de crear tecnologías de vanguardia, incluso superando a otros lugares", concluye.