A Eduardo Bereterbide le brilla la mirada. El brillo aparece cuando habla de los complicados casos legales que resuelve a clientes de todo el mundo, pero sobre todo cuando se lanza a explicar el que es su gran proyecto, su gran realidad: Lawyers Polo, una organización que reúne a abogados que juegan al polo.

Todos los años, esos abogados llegan desde los más diversos puntos del planeta para medirse taco en mano en algún club de alto nivel, pero también para debatir temas clave de la actualidad y ayudar a niños de las comunidades locales, salirse del lujo de esos clubes de polo y dejar una huella importante.

"En Bangkok se juega de noche, porque hace mucho calor, y con canchas iluminadas. Pero a metros de las canchas había situaciones de mucha pobreza y de mucha prostitución infantil. Eso me dejó pensando acerca de cómo podíamos estar nosotros disfrutando el país y los niños, que son los dueños del país, pasando por un tormento espantoso. Fue entonces que decidimos impulsar en cada lugar al que fuéramos proyectos educativos y de apoyo a la niñez", explica Bereterbide a Forbes Argentina.

Bereterbide, de 44 años, es argentino, pero vive hace años en París, donde está establecido con su familia. Especialista en arbitraje internacional, se maneja con fluidez total en español, inglés y francés. Su visión del mundo es 360: pocos asuntos le resultan ajenos, es un argentino global. Y Lawyers Polo refleja esa personalidad.

"Es una asociación de abogados que juegan al polo. Sin estatutos ni reglas, es una agrupación de gente que se reúne una vez por año en un lugar distinto del mundo para jugar al polo, encontrarse, discutir ideas, proyectos, eventuales negocios, compartir casos jurídicos y ayudar a los demás. Es un lugar de encuentro de gente que comparte la pasión por el derecho y el polo, pero que también comparte la generosidad: ayudar a niños, fundamentalmente. Y gente que también comparte curiosidad por aprender temas nuevos, conocer nuevos países, nuevas culturas. Discutir cualquier tema: política, historia, arte. polo, derecho, lo que sea".

La conversación discurre en la azotea del Molitor Hotel, en París. Bereterbide se entusiasma. "Un requisito formal para ser miembro de Lawyers Polo es que esa persona tenga una vinculación con el mundo del derecho y del polo. Y el requisito material es que sea buena gente, queremos personas curiosas e interesantes. Gente que tenga una historia para contar, algo para decir. Porque les gusta la ópera, o porque escribieron un libro, o porque tienen un proyecto de negocio interesante".

El de "Lawyers Polo" es un grupo influyente, pero pequeño. "En nuestro network debe haber unas 300 personas distribuidas alrededor del mundo, 300 abogados que juegan al polo. Pero por la escasez de caballos y de canchas estamos haciendo torneos de diez equipos, lo que ya es muchísimo. Cuarenta jugadores, si a eso le sumas parientes, amigos, gente que sigue Lawyers Polo sin ser abogados o jugar. Vienen a Bangkok o a Florencia para participar de los eventos, las discusiones, las charlas, los cócteles. Ese grupo en su conjunto, al que llamó el petit comité de Lawyers Polo somos 100 o 150 personas, no más".

Canadienses, estadounidenses, colombianos, chilenos, argentinos, venezolanos, británicos, austríacos, franceses, alemanes, eslovacos, suizos, indios, sudafricanos, singapurenses... La lista de nacionalidades está en crecimiento.

Aunque en términos deportivos el torneo debe ser definido como de bajo handicap, el nivel es alto, explica Bereterbide.

"Son aproximadamente cinco goles por equipo. Pero cómo hacemos hincapié en acceder a las mejores canchas en los lugares donde jugamos, y también a los mejores caballos, el nivel deportivo es alto dentro del bajo handicap. Ponemos mucho trabajo en conseguir lo mejor, también los mejores referís, para que sea el mejor nivel posible dentro del mundo amateur".

"Nos importa mucho la calidad deportiva, no queremos que los objetivos de networking conviertan al polo en una excusa. Nos lo tomamos muy en serio. Además hacemos networking, claro. Hay otros eventos en el mundo en los que el polo es una excusa, son eventos sociales, en nuestro caso no: buscamos la mayor calidad posible en el aspecto deportivo".

Los tres pilares de Lawyers Polo son "el polo, el networking y los proyectos de ayuda al prójimo, vinculados a la educación y a la niñez".

"Cuando lo fundamos en 2008 la idea era generar un espacio de encuentro de todo el mundo para compartir casos, para generar contactos. Hay muchos abogados que hacen negocios más allá del derecho, que tienen start-ups, y Lawyers Polo sirve para vincularlos y para que consigan inversores y accionistas para sus proyectos. Un abogado de Perú termina jugando en Francia gracias a gente que conoció en Lawyers Polo. Nuestro networking no es solo de negocios, es para hacer deporte y para fines benéficos".

Hay momentos, mientras desgrana detalles de su creación, en los que Bereterbide parece asombrarse por lo hecho, por los meandros del río que navegó hasta llegar al 22 de julio de este 2024, próxima edición de Lawyers Polo, en el Villa a Sesta Polo Club, en las afueras de la ciudad italiana de Siena, en la Toscana.

"En mi posición de liderazgo guío al grupo. Cuando lo creé, muchos me decían que tenía que sumar a gente con mucho dinero y ofrecerles fiesta y champagne para que se diviertan. Hubiese sido un camino, pero optamos por otro: juntar a gente que comparta el polo y el derecho, pero guiando al grupo para que se supere en sus valores humanos, no pasar al lado de situaciones de injusticia y pobreza extrema sin inmutarse. Intentar ayudar. Seguimos organizando fiestas, pero es una diversión sana. El líder puede decidir que la gente viene a divertirse y punto o a divertirse y ayudar. Y eso incluye las charlas sobre política o economía para ver hacia dónde va el mundo. Dedicamos siempre una tarde con speakers del más alto nivel. Hemos tenido a un asesor de Barack Obama, a economistas de mucho renombre. Uno puede esforzarse por ayudar, o puede no hacerlo. Nosotros lo hacemos".

El networking, dice Bereterbide, no tiene porqué ser "serio y aburrido", no hay porqué pagar el peaje del power point hasta que llegue el coffee break.

"No, acá jugamos al polo en lugares lindos, con rica comida y haciendo deporte. Eso genera más espacios para la creatividad y el debate".

Ni hablar de si ese networking se produce en Argentina, como sucedió en 2022, con el Teatro Colón como escenario de la recepción. 

"Argentina es, por lejos, el mejor país del mundo en cuanto a polo. Jugar en Argentina fue un gran momento de Lawyers Polo", dice el abogado antes de dejar claro algo: Lawyers Polo no es, de ninguna manera, solo para hombres.

"Tememos entre un 15 y un 20 por ciento de mujeres en cada encuentro y jugando al polo. Son equipos mixtos, jugamos con y contra hombres, con y contra mujeres".