- ¿Cómo se lidera una compañía en un entorno tan volátil e incierto?
- Argentina tiene una maestría. Estoy en Bagó, una compañía que hace 90 años está en un país que no se caracterizó por ser estable. Tenemos presencia en 25 países, exportamos a tres continentes. Sin embargo, cuando te encontrás con muchos desafíos, lo mejor que puede hacer una organización es mirar para adentro, entender cuáles son las capacidades y fortalezas que tiene, focalizarse, invertir, pensar en el futuro, en cómo poder seguir mejorando la propuesta de valor para sus pacientes, consumidores y quienes trabajan dentro de la organización. Y ahí es donde nos concentramos. La pandemia nos dio un gran momento de introspección a todas las organizaciones, nos desafió en multiplicidad de aspectos, y tuvimos que poner innovación, perseverancia y resiliencia para salir adelante. Pensar que vamos a tener un mundo más estable es parte del pasado.
- ¿Cómo es la agenda de corto y largo plazo?
- Para desarrollar un producto tenemos que dedicarle 3, 4 o 5 años, con lo cual las decisiones no las tomamos pensando en lo que está pasando hoy. Lo que tenés que ver es qué necesita tu cliente, el paciente, enfocarte, poner a la organización a trabajar más allá del ruido constante -importaciones, la inflación, un mercado laboral muy limitado-. Bueno, ¿cuáles son las fortalezas? Enfoquémonos ahí para hacer la diferencia.
- ¿Cómo trabajan el propósito en Bagó, una empresa de salud?
- El propósito y la vinculación de propósito con lo que hacés es muy claro: estás mejorando la calidad de vida de la gente. Quizás el desafío es la magnitud de la organización, porque tenemos una planta en La Rioja, otra en La Plata, representantes en toda la Argentina, presencia en toda Latinoamérica, entonces el reto es cómo lográs que ese propósito se convierta en el día a día de las personas. Ahí hicimos bastantes actividades. Primero, vincular lo que le está pasando al paciente que está siendo tratado, eso es bastante ilustrativo para que el resto de la organización vea cómo le mejorás la calidad de vida a la gente, si no, no deja de ser la venta de un medicamento, una transacción comercial. La gente, sobre todo joven, realmente quiere trabajar en un laboratorio. Quizás el desafío como líder es llevarlo a cada rincón de la organización, que la persona que está en un proceso productivo se sienta parte de lo mismo que aquel que tiene la posibilidad de estar más cerca de un médico o un farmacéutico.
- ¿Cómo lo hicieron?
Trabajamos mucho con alineación, compartir momentos, con darle la posibilidad a la gente de participar en espacios donde habitualmente su trabajo no le permitiría hacerlo. Es todo un desafío para una empresa familiar que venía con una manera estructurada de trabajo poder entender que tenemos que hacer las cosas de una manera distinta. Tenés una cultura muy arraigada que tiene que evolucionar, que tiene que crecer, que tiene que desarrollarse, pero siempre el propósito estuvo presente: mejorar la calidad de vida de los argentinos.