Edgardo Vázquez conoce la industria farmacéutica como pocos, tras más de 24 años de experiencia. Contador público por la Universidad Católica Argentina (UCA), con un Máster en Administración de IAE Business School, ocupa la posición de gerente general de Laboratorios Bagó desde diciembre de 2018. Tenemos la suerte de estar en un sector que por lo menos tuvo continuidad, asegura el número uno del laboratorio que tiene tres plantas industriales en el país y desarrolla productos innovadores que se exportan a más de 50 países.
¿A qué desafíos te enfrentaste para sostener la empresa y la operación?
La industria nunca paró. Hay modelos de negocios que desaparecieron; el nuestro sigue estando presente. Eso no nos generó un interrogante más. La industria nacional estuvo enfocada: producir y garantizar el abastecimiento. Muchos de nuestros productos tienen insumos importados, y a la Argentina dejaron de venir vuelos. La primera necesidad fue cómo garantizábamos el abastecimiento.
¿No hubo problemas de importación desde el acceso a dólares?
No, olvidate. El tema era que el producto llegara. Porque los aviones dejaron de venir y arriba viene gente, abajo vienen productos. Dejamos de tener vuelos con la India, con China, se cerraron los principales mercados proveedores.
¿Y cómo hicieron?
La gente del área de logística trabajó muy fuerte, tratando de que esos vuelos llegaran. Los productos iban del sudeste asiático a Europa, de Europa a Estados Unidos, de Estados Unidos a Colombia, Colombia-Uruguay-Argentina y llegaban. Eso implicó mayores costos, mayor tiempo de trabajo, pero lo importante era garantizar los productos
¿Fue difícil mantener la motivación entre tanta incertidumbre?
Tuvimos que ir aprendiendo. Hicimos un comité de crisis para analizar qué cosas nos estaban pasando, en materia de abastecimiento y los colaboradores. Y también al paciente. Ahí detectamos que no podían tener una receta en papel y trabajamos con los colegios farmacéuticos para que aceptaran las recetas por WhatsApp. Tuvimos que ser un poco más flexibles con el marco regulatorio.
¿Qué lecciones de liderazgo te dejó?
Nos permitió humanizar. De pronto te convertiste en una persona más integrada dentro de la organización, que tiene las mismas dificultades y procesos que todos los empleados. Te hizo mucho más cercano, con el accionista y los clientes.
¿Qué panorama económico ves para este año?
En Argentina, la industria farmacéutica es un mercado atomizado y de alta competencia, donde las empresas buscan diferenciarse, generando productos de alta calidad y al más bajo costo posible. Para 2021/2022 nuestro objetivo es impulsar el portafolio de productos con lanzamientos y alianzas, para seguir innovando en productos que contribuyan a mejorar la salud de la comunidad de un modo ético y sustentable. En este sentido, el grupo Bagó invertirá US$ 17 millones en los próximos dos años para lanzar nuevos productos y ampliar plantas de producción.
¿Cómo impacta la inflación?
Argentina atraviesa un proceso inflacionario desde hace más de una década y eso dificulta planificar a largo plazo. En el caso de los productos farmacéuticos, no son productos de oportunidad y hay validaciones que tardan entre 24 y 36 meses, por lo que las decisiones de inversión requieren entornos estables que brinden previsibilidad a largo plazo. Laboratorios Bagó invierte constantemente para fortalecer su producción local y lograr una escala que le permita disminuir la influencia del contexto macro en el precio