A pesar de los vaivenes económicos que caracterizan a la Argentina, nuestro país sigue siendo un nido de ideas y proyectos innovadores. Si bien los últimos años no fueron sencillos, eso no frenó a muchos entusiastas a lanzarse a la aventura de crear su propio negocio.
Alguna vez Steve Jobs dijo: "Estoy convencido de que la perseverancia es lo que separa a los emprendedores exitosos de los no exitosos”. Esta frase, que fue ganando popularidad con el tiempo, encierra a la perfección lo que significa sumergirse en el mundo del emprendedurismo acá, en la Argentina. Sin perseverancia, constancia y determinación, posiblemente muchos de los grandes empresarios que hoy conocemos se hubiesen quedado en el camino.
Por eso hoy, en el Día Mundial del Emprendedurismo y a modo de celebración, dialogamos con ocho emprendedores argentinos que cuentan su experiencia en primera persona: ¿Qué los llevó a iniciar su negocio? ¿Cuáles fueron sus primeros grandes clientes? ¿Qué perspectiva tienen para este año?
Los comienzos como emprendedor
Jeremy Kraayenbrink, cofundador de Un Mate, cuenta que la idea original de emprender, salir de la relación de dependencia y tener algo propio surgió a partir de varios viajes que habían hecho al terminar la facultad, en los que hacían Work and Travel. “Haciendo de remís en bicicleta, seis veces por semana, doce horas por día, me di cuenta que en base a cómo trabajaba, cómo me vendía y cuál era mi relación con el público y los clientes, podía hacer una diferencia en comparación con amigos que trabajaban en hoteles o en otros lugares, donde el sueldo era fijo y perdían un poco de emoción”.
“A mí siempre me atrajo la adrenalina de no saber qué pasa”, reconoce, “y también soy una persona muy organizada; por lo cual tener esa adrenalina me ayuda a planificar mucho e intentar que las cosas pasen”, añade.
Tomás Giovanetti, reconocido por fundar el corporate gaming TGA Entertainment, comenta que decidió emprender el día que dejó de perseguir su sueño de ser tenista profesional. “Competí mucho, llegué a jugar ITF, que son los International Tennis Federation, y más o menos a los 16 me di cuenta que el tenis no era lo mío, que realmente era muy difícil llegar. Requiere un montón de habilidades y capacidades que claramente yo no tenía”. Sin embargo, Giovanetti, fundador y CEO de TGA, no se quedó en la frustración y se abocó a su otra pasión: el gaming. “Empecé a desarrollar un videojuego llamado You Deserve, que fue el primero con un foco muy claro que era concientizar acerca del bullying, y hoy básicamente mantenemos el mismo concepto, que es utilizar al juego como un puente de comunicación para transmitir conceptos”, desliza.
Matías Massotti, cofundador de Cruz Medial y Go Doctor, relata que antes de lanzar sus negocios trabajó en McDonald's a los 16 años, fue vendedor en una empresa y también pasó por un banco. “¿Cómo decidí emprender? Fue en el momento en el que a mí me echan de mi casa y, al mismo tiempo, tenía problemas por todos lados. Ahí fue donde dije que lo único que podía hacer era esperar algo de mí y depender de mí. Entonces, decidí emprender: arrancamos en la terraza de un fast food, en donde empecé a tener a mis primeros colaboradores que eran amigos o personas con las que había trabajado. Les conté la idea de lo que quería lograr, que tenía que ver con un servicio de salud accesible a las personas en Latinoamérica, creando Cruz Medical (B2C). Teníamos que ir los fines de semana y era el único lugar donde podíamos estar emprendiendo así, con lapicera, papel y haciendo llamados de ventas con nuestros celulares”.
“Después, empecé a interiorizarme en el mundo de la salud, me asocié con gente que es de este ambiente y sabe, como médicos y demás, y creé Go Doctor, un servicio de telemedicina que conecta médicos con pacientes en menos de cinco minutos, las 24 horas, durante todos los 365 días del año”, agrega.
Melanie Wolman, cofundadora de The Food Market, cuenta que conoció a su actual socia (Nadia) en un viaje de emprendedores en Israel. “Tuvimos diez días de high tech y volvimos fascinadas. Veníamos de este mundo en donde mentoreábamos en un centro cultural, pero no tan adentro como en este viaje. Recuerdo que dijimos que queríamos tener un emprendimiento que genere impacto, y así fue como nació The Food Market".
A su vez, Wolman reconoce que su gen emprendedor viene de familia: ya mientras estudiaba dos carreras al mismo tiempo incursionó en un emprendimiento pastelero y de indumentaria, a los cuales no pudo dedicarles las horas que le hubiese gustado. Además, relata que previamente 'se sacó el gusto' de trabajar para una multinacional, aunque admite que se “sentía muy monótona” haciéndolo.
En sintonía con Wolman, Matías Lonardi, creador de Treggo, describe que el emprendedurismo fue algo que vivió y experimentó también desde chico, con su padre, quien construyó su propia compañía. Por eso, ante la pregunta, responde: “Ya lo llevaba en mi ADN”. Haciendo memoria de sus comienzos, Lonardi recuerda que a su primer socio lo conoció como si fuera una 'cita a ciegas': “Yo me había anotado en un evento que él daba y donde daría una charla, pero luego no asistí. Después, me buscó de manera privada, creo que por Facebook, y me preguntó por qué no había participado en su charla”.
“Yo ni siquiera tenía un registro de quién era, porque uno a veces se anota en cosas a las que después no va. Pero bueno, en definitiva nos juntamos a tomar un café en el Alto Palermo, en el Starbucks, y desde ahí pegamos afinidad. Él me compartió un poco su idea también de construir como un Uber de motos, a mí me parecía algo interesante, lo exploramos y nos embarcamos”, relata Lonardi.
Por su parte, Gabriel Pablo Marcolongo, fundador de Incluyeme, sostiene que fue por conocer en carne propia las realidades de las personas con discapacidad y su dificultad a la hora de conseguir empleo que decidió crear esta plataforma. “La idea surgió porque mi papá tiene una discapacidad, es ciego de un ojo y posee un 50% del resto visual del otro ojo. Cuando era más chico, me tocó ver las dificultades que él tenía para poder conseguir trabajo aún pese a tener estudios universitarios y título de posgrado. Eso me motivó a analizar qué números estaban vinculados a lo que era empleo y discapacidad. Me encontré con que 3 de cada 4 personas con discapacidad no tienen empleo y no es solo en Argentina, sino en todo América Latina. Así que, el hecho de convertirme en emprendedor fue claramente buscando una solución a este problema”.
También, Max Jara, cofundador de Jara Taller de Pelo, un espacio holístico pensado para que las mujeres encuentren un lugar cómodo, dinámico, relajante y amplio a la hora de realizar tratamientos de cuidado y belleza en el pelo, describe que junto a Juan Crotti, después de varios años de relación en los que cada uno se encontraba enfocado en sus actividades, uno siendo abogado y trabajando en el ámbito del derecho empresarial y administrativo, y otro dedicado al rubro de la belleza, con un estudio armado en el barrio de Las Cañitas; es que decidieron unir sus conocimientos y habilidades para formar la unión perfecta entre empresarios y emprendedores.
“Con la convicción de crear un concepto único y necesario para los tiempos que corrían (etapa pre pandemia), la formación de Jara Taller de pelo se desarrolla en plena pandemia, desafiandonos a pensar aún más qué ofrecer, enfocados en las necesidades de las usuarias de peluquería, sumándole valor a no solo un espacio pensado al detalle sino también una experiencia revolucionaria para el mundo y mercado de la peluquería en nuestro país”, cuenta.
En línea con sus colegas, Nicolás Schirmer, CEO de Hardem, marca de anteojos de sol, comenta que ya desde chico era emprendedor y siempre buscó la independencia económica. “En el 2005, cuando todavía no existía el concepto de showroom, comencé mi propio espacio multimarca en el que vendía ropa y todo tipo de accesorios en el garage de mi casa”, repasa.
Pero su sueño siempre fue tener una marca propia. Y en esa búsqueda, relata que durante mucho tiempo le llamó la atención las formas en las que el público consumía accesorios de lujo. “No buscan únicamente satisfacer la necesidad de tener un accesorio, sino que lo ven como un reflejo de su identidad en la moda, un estilo propio y, por qué no, una demostración de su nivel socioeconómico también”, dice.
“Con los anteojos comenzaba a pasar lo mismo. Detectaba que el lente dejaba de ser considerado como un objeto técnico de uso y que comenzaba a ser un accesorio coleccionable, algo que ocupaba un rol clave en la moda de las personas", profundiza. Así es como Hardem da sus primeros pasos en 2015 y, a finales de 2016, presenta su primera colección.
El primer gran cliente
Kraayenbrink (Un Mate) recuerda que al iniciarse como emprendedor comenzó a escribirles (junto a sus socios) a todas las embajadas argentinas en el mundo para ofrecerles productos orgánicos, “hasta que un polaco, eventualmente, nos preguntó directamente si conseguíamos mates”. Allí vieron el potencial: “Era un producto artesanal que quienes lo fabricaban tal vez no sabían de comercio exterior, de logística, de comunicación, o quizás no querían tener esa pata, y además trabajaban más por encargo. Entonces, cumplimos con ese pedido y después ya nos volvimos a contactar con las embajadas diciendo que teníamos experiencia vendiendo mates. Eso hizo que empecemos a vender a cada vez más países”. Primero fue Polonia, luego Inglaterra, EE.UU., Canadá, Taiwán, Sudáfrica y Lituania. “Hoy estamos haciendo envíos puerta a puerta de clientes Business to Consumer a todo el mundo a través de una plataforma que se llama Pampa Direct, en la que la gente puede comprar un solo mate y le llega a cualquier parte. De esta manera llegamos a países como Arabia Saudita o incluso Rusia".
Giovanetti (TGA Entertainment) expone que el primer gran cliente de su empresa, que tiene dos modelos de negocios, Branding Games (videojuegos publicitarios) y Training Games, (juegos de capacitación y formación); fue Nestlé, en Chile, con el que desarrollaron un juego para promocionar una marca de helados que se lanzaba. “Tuvo casi 250.000 usuarios”, detalla.
Massotti (Cruz Medial y Go Doctor) dice que si bien hubo varios clientes que llegaron en simultáneo a Go Doctor, “el más relevante fue el de Naciones Unidas, cuando firmamos con ellos para darle el servicio de medicina para toda Latinoamérica y el Caribe. Después, montones de empresas que, simplemente, van haciendo que vos puedas tener recursos, seguir invirtiendo y así sucesivamente”.
A su vez, Wolman (The Food Market) explica que su marca si bien nació siendo B2C (consumidor final) y vendiendo online, con el tiempo encontró su espacio B2B: “Hoy les vendemos a grandes compañías y, sin dudas, eso fue un gran salto”, asegura. “Hace un tiempo, Bagó nos compró más de 10.000 cajas de fin de año. También tuvimos de cliente a Facebook, por ejemplo, y hoy tenemos a Google”.
“En lo que tiene que ver con el consumidor final, lo bueno fue ir viendo cómo nos fueron validando, se hicieron Food Market Lovers y pasaron a formar parte de nuestra comunidad”, añade.
Por su parte, Lonardi (Treggo) indicó que su primer cliente grande fue uno de los principales retail de farmacias de acá de la Argentina. “Lo buscábamos hace un año y medio, nos habíamos juntado más de una vez, lo cual fue bastante complejo y una odisea. Quizás, no estábamos preparados para tomarlo, pero de alguna manera nos decidimos a avanzar y tomar el riesgo de que podíamos cumplir con los niveles de servicio que buscaba”, se sinceró.
“Mirando para atrás, después de haber operado con depósitos, con tecnología y demás, era una locura lo que hacíamos a nivel operativo, pero bueno, pudimos cumplir y ese cliente en definitiva nos dio mucha marca para poder después apalancarnos”, añade.
También, Marcolongo, de Incluyeme, recuerda que se contactaron con varias empresas grandes que tenían problemas de diversidad, de inclusión. “Tuvimos muy buena recepción en Accenture, IBM y Banco Galicia. De hecho, Galicia fue nuestro primer cliente y hoy, once años después, seguimos trabajando y aprendiendo juntos”.
Desde Jara Taller de Pelo entienden que toda mujer que llega a su espacio “es una primera gran clienta”. Por otro lado, consideran que si bien las redes sociales son una gran ventana para darse a conocer, es el boca a boca, según su punto de vista, la mejor publicidad. “La experiencia que esta clienta vivirá por primera vez será crucial y la compartirá luego con su círculo y esto nos traerá potenciales nuevas clientas”, sostiene Jara.
A su vez, Schirmer (Hardem) asegura que han logrado construir una marca que establece “una conexión emocional con sus clientes, forjando una identidad sólida que refleja sus valores, respaldada por un servicio de postventa excepcional”. Desde ese lado, su CEO entiende que la experiencia del cliente “no termina con la compra” y, por eso, brindan un servicio que incluye “soporte, garantías y asistencia”.
Perspectivas para 2024
Desde Un Mate observan que si bien el contexto general en el que está inmerso el país es complejo, el escenario los empuja a buscar diferentes alternativas y modelos de negocios. En ese sentido, consideraron una buena opción "empezar a vender mates tanto en Shop Gallery (Aeroparque), que es el punto de conexión con las provincias, como en el Duty Free de Ezeiza. Esto nos permite ser el punto de conexión hacia y desde Argentina, y hacia y desde Buenos Aires con el resto de las provincias”.
Por otro lado, revelan que sumaron un aliado en el mercado local, Shell, para vender a través de exhibidores en las diferentes estaciones de la marca que se encuentran en las rutas y en las entradas a los pueblos y ciudades.
TGA Entertainment, que actualmente tiene casi 140 personas distribuidas en distintos países y apuesta a seguir revolucionando la forma en la cual las organizaciones se conectan con sus audiencias, está en un proceso de una ronda de inversión privada. “Tenemos un objetivo muy ambicioso de ventas en el cual estamos trabajando y que tiene que ver con hacer el deployment de operaciones en Estados Unidos, haciendo mucho énfasis en los productos que nosotros llamamos off the shelf o enlatados, que vienen siendo alianzas. Por ejemplo, la de Cibersecurity que tenemos con Deloitte en Latinoamérica, donde ellos comercializan soluciones para ayudar a las empresas a capacitarse en esta materia”, explica Giovanetti.
Por su parte, en Go Doctor proyectan crecer mucho más. “Aún no recibimos inversión”, comenta Massotti. “Es seguir creciendo con la facturación de nuestros clientes y nuestro talento. Eso lo reinvertimos en nuestra compañía. Por suerte llegamos a una facturación que muy pocas compañías startups dentro de Argentina logran”, asegura. A su vez, Massotti anuncia que abrieron mercado en EE.UU. y México, y cierra: “Si te digo que quiero ser el Uber de la telemedicina te estoy mintiendo, porque solamente es uno de los objetivos. Sí quiero ser la empresa que cambie el mundo en su totalidad, pero sé que no lo voy a hacer solo y que van a haber otras compañías que puedan hacerlo. Nosotros, en particular, tenemos un valor agregado enorme”.
En lo que respecta a The Food Market, este año trabajan en completar la evaluación de Sistema B. “Es una gran ambición”, reconoce Wolman. También, apuntan a revalorizar todo su negocio corporativo. En ese sentido, señala que hoy están en alianza y forman parte del ecosistema de Farmacity. Por otro lado, adelanta que tienen en mente otras próximas tres aperturas, mientras observan cómo sigue el panorama este año, y apuestan, además, a que el 30% de su población de tiendas “venga de diversidad (especialmente de vulnerabilidad)”. Para cerrar, Wolman tira una primicia: están avanzando en su marca propia para hacer alianzas con productores que les interese y compartan sus mismos valores.
El presente y futuro de Treggo también son prometedores, aunque incluye varios cambios . Tal como adelanta Lonardi a Forbes Argentina, la compañía acaba de ser adquirida por Carrit, un jugador de logística muy importante de Colombia. “Ahora estoy en una nueva posición, apoyando toda la transición de la venta y sumándome al equipo de ellos como director de nuevos negocios”.
“Vemos una perspectiva de crecimiento bastante agresiva, operando en los tres principales mercados de Latam (México, Colombia y Brasil). Este año, también, buscaremos levantar una Serie A de capital. Se viene un 2024 desafiante y, en lo personal, de mucha transición”, concluye Lonardi.
Desde Incluyeme imaginan “un año desafiante”. Especialmente en la Argentina, hoy dominado por un contexto económico bastante adverso. Por otro lado, Marcolongo destaca: “Incluyeme.com está presente en 14 países de América Latina y, la verdad, es que nunca hay un año fácil o un país que sea más simple. Cada uno tiene sus particularidades y tratamos de, en base a la realidad de cada uno de los países, ir ajustándonos en el medio. En el caso de Argentina creemos que hay muchísimo por hacer en lo que implica mejorar la vida de las personas con discapacidad, y ahí es donde tenemos que seguir trabajando”, suma.
Max Jara (Jara Taller de pelo) cuenta que, considerando la situación del país, se mantienen enfocados en cuidar y respetar su filosofía creando pactos con sus proveedores para poder mantener la calidad y el valor de su servicio. “Confiamos también que la educación es un camino para la formación de nuevos profesionales y por eso creamos nuevas unidades educativas (workshop, Masterclass), que son de interés de profesionales tanto nacionales como del extranjero”, expone. Por último, adelanta que abrirán un nuevo espacio en Nordelta.
A su vez, Hardem planifica su expansión a nuevos destinos: países de la comunidad europea, Sudamérica, Centroamérica y Norte. “El objetivo es que nuestra experiencia en España, donde empezamos a comercializar desde el año pasado, sirva como portal para aterrizar en nuevos lugares”, confiesa. También, piensan en redoblar la apuesta en términos de marketing y comunicación para que su propuesta de valor crezca aún más. En esa línea, buscarán la participación de la marca en exhibiciones/ferias internacionales para ampliar su red de networking en la industria.