Son las 12 del mediodía y decenas de personas se agolpan en la esquina de Humboldt y Cabrera, barrio de Palermo. Todos miran concentrados lo que ocurre detrás de un gran ventanal, ubicado justo en el punto donde ambas cuadras confluyen. Del otro lado, Migue Granados, Gimena Accardi y Lucas Fridman hacen Soñé que volaba, el programa insignia de Olga, un canal de streaming que en poco meses logró gran popularidad en el país y la región.
Desde el 12 de junio, fecha en la que arrancó oficialmente el canal, Olga lleva 43.371.848 visualizaciones y 431 mil suscriptores. Aún falta para que cumpla su primer año y entre el programa conducido por Granados y Sería Increíble, realizado por Nati Jota, Eial Moldavsky, Leticia Siciliani y Homero Pettinato, ya logran que decenas de miles de personas vean el contenido que realizan.
“Nos llama mucho la atención que sea un producto consolidado y se vea así desde afuera en tan pocos meses. Es algo muy nuevo que vivimos con felicidad y también con intensidad”, explica Bernarda Cella, una de las fundadoras de Olga. Y resalta: “Desde que lanzamos los dos primeros videos para presentar el canal algo pasó. Esa semana nos dimos cuenta que algo había gustado y antes de los seis meses ya habíamos superado las expectativas que teníamos para los suscriptores de youtube”.
Bernarda y su hermano Luis, ambos hijos de Luis Cella, histórico productor de Susana Giménez, fueron quienes tuvieron la idea de hacer un canal de streaming que ofreciera algo distinto a lo que había. “Cuando empezamos a armarlo, nos estaba llamando mucha gente para que armemos canales en otros medios. Yo veía que creía que era algo fácil, de juntar cuatro streamers o tiktokers en una mesa y ya está. Hasta que un día le dije a mi hermano que teníamos que ver otra película. Que había mucha gente 'huérfana' de otro tipo de contenido”, recuerda Bernarda. Y agrega: “Tenemos columnistas de política, economía, de ciencia, filósofos, actrices y artistas y hablamos de todos los temas. Pero también hacemos concursos de eructos. Olga reúne la mezcla de esas dos cosas”.
- ¿Por qué decidieron sumar a Migue como socio?
- Migue es la cara de todo lo que representa Olga. A Luis y a mí se nos ocurrió la idea y nos asociamos con Migue porque nos interesa su lado de conductor, que para mi es el mejor, su línea artística y su filosofía. Su figura es como la del director artístico y nadie que está al aire en Olga puede estar sin el ok de él. Para nosotros eso es importante porque tiene un criterio excepcional. No se nos ocurría otra persona que no fuese él. De hecho tardó seis meses en atendernos el teléfono y nunca hubo una opción B.
- ¿Vos y tu hermano qué roles cumplen?
- Con Luis también participamos de la parte artística y en paralelo nos ocupamos de la producción, de las áreas digital, comercial y técnica. Armamos todo el estudio, las cámaras, la estética. Estamos acá todos los días y súper encima porque es nuestro trabajo.
Las entrevistas en Olga
La corta existencia de Olga no condice para nada con los logros que ha logrado. Desde tener a Susana Giménez y Ricardo Darín en el piso, hasta entrevistar a Lionel Messi en su casa de Miami. Y en el medio decenas de artistas, músicos, celebridades, deportistas y gente relacionada a la política que ha pasado por los programas.
- ¿Por qué crees que tantas personas quieren estar en Olga?
- Desde el principio pasó que la gente viene y la pasa bien. Son charlas buena onda donde nadie quiere sacar un título o algo. Acá vino la China Suárez, que se acababa de separar, y jamás nadie le preguntó por eso. Después la primera figura fuerte que vino fue Susana, que se lo vamos a agradecer para siempre. Ella es una persona muy importante para mi hermano y para mí y vino 100% para hacernos un favor porque nos quiere mucho. Eso abrió una puerta porque si viene Susana, el resto quiere venir. Y después con lo de Messi ya se terminó de consolidar el canal. Hoy nos pasa de que llama gente súper importante que no va a otros lados y que quieren venir.
- ¿Ese es un tono pensado y buscado por ustedes?
- En Olga tomamos la decisión de estar en las conversaciones de la gente. No hablamos solo de nosotros o lo que nos pasa. Siempre desde el humor, con alegría y tranquilidad y desde nuestra visión, optamos por estar en temas como la política, que venga un bombero a explicar cómo se apaga un fuego, etc. De hecho luego de las elecciones vinieron figuras como Rodolfo D´onofrio y Carlos Maslaton y Nati hizo que personajes que no parecen encajar con Olga en un principio, lo hagan de forma natural. Eso también nos alegra porque confiamos mucho en ella y su talento y creemos que acá está demostrando todas las facetas que tiene.
- ¿Qué tipo de público tienen?
- Tenemos un equipo digital y una persona específica que estudia las métricas. Ella sabe exactamente cuánta gente nos ve en vivo, cuanta lo hace en otro momento y quienes unos días o un mes después. Son todos públicos distintos y el equipo digital toma decisiones sobre el contenido en base a la información que tenemos y la verdad que fueron todos aciertos. Eso es lo que te permite Youtube, que te vean en vivo pero también un mes después y a nosotros nos interesa hablarles a todos, a los que nos ven en vivo, a los que consumen nuestros tikloks o nuestros reels, que en general son recortes de lo que pasó en el vivo. Le damos la misma importancia a todos. Así que tenemos data certera de quiénes nos ven, que en su mayoría es gente entre 24 y 35 años. También tenemos de 18 a 25 pero en un porcentaje menor. En cuanto a geografía, tenemos espectadores de todo el país y de otros países también. Esa es otra ventaja del streaming.
La competencia interna y con otros medios
Como formato de transmisión popular, el streaming recién transita sus primeros años. Eso genera una competencia entre los propios canales pero también con otros formatos tradicionales, como pueden ser la televisión y la radio.
- ¿Qué tienen de distinto con la radio?
- La radio tiene la necesidad de siempre tener algo al aire. O un programa, un periodista, locutor o simplemente música. Acá, prendemos y apagamos cuando queremos y eso nos da una libertad que, para nosotros, es muy buena. Decidimos arrancar chiquitos, con dos programas y siempre intentamos ir subiendo la vara desde ahí. Para lo que es el streaming tenemos equipos grandes de producción y técnica, somos 35 en total. El streaming no es radio pero algunas cosas similares hay.
- ¿Y con la tele?
- Hay algo de querer enfrentar a la tele con el streaming. Yo amo la tele y veo todo. Pero el streaming es otro formato distinto, con un tono distinto y en nuestro caso con Migue conduciendo, que tiene su propia forma de llevar el programa. Incluso dentro del streaming hay distintos tipos de tonos y de conductores. Nosotros tenemos el nuestro, que no es ni mejor o peor que el resto, es el que decidimos tener. La televisión va a seguir y sigue siendo el medio más masivo. Todo lo que pasa en la tele, te lo vas a enterar. Por ahí no viendo en vivo pero en las redes, en la calle o en algún lugar. No creo que la tele vaya a morir ni que sea la tele o el streaming. Son cosas distintas para momentos distintos. Sí hay hábitos que cambiaron y que la gente quiere decir cuándo y cómo ver algo, sobre todo en la gente más joven.
- ¿Cómo ves los intentos de la tele de hacer productos digitales?
- Me parece bárbaro que la tele busque nuevos públicos y le de a nuevas figuras la oportunidad de estar. Para mí es espectacular. Lo que sí creo es que cuando la tele quiere meter algo de lo “digital” y “joven” a veces terminan llamando a un pibe joven y pasan unos tiktoks o tweets. Y no va por ahí. Lo digital tiene que ver con otra cosa y requiere de gente preparada que entienda los lenguajes y contenidos de cada plataforma. Creo que tiene que ver más con eso que llevar un tiktoker a la tele.
- ¿Cómo ves la competencia?
- Antes que abra Olga, empezaron los demás y yo deseaba que les vaya bien porque eso significaba que había gente viendo streaming. Abrieron muchos y la verdad es que les fue bastante mal a todos y yo me asusté. Pensé que le iba bien a uno, que es Luzu, pero al resto no estuvieron ni cerca de que les vaya bien. Creo que lo que pasó con Luzu es que la hicieron parecer fácil. Que con cuatro amigos charlando de la visa se lograba un éxito pero luego se demostró que no era tan fácil. Lo que hicieron en Luzu fue espectacular y salieron varios atrás pero no funcionó.
- ¿Crees que todavía hay mucho espacio para crecer con el streaming?
- Nosotros desde ya y en general también. Este formato tiene mucho para crecer.
El negocio del streaming
Es difícil estimar el valor de la industria del streaming porque existen múltiples plataformas, formatos y la monetización varía según los países. Sin embargo, consultoras internacionales como Statista señalan que el sector podría tener una valoración global de 137 mil millones para el 2027, con un crecimiento exponencial desde la actualidad hasta ese año.
En ese contexto, las dos versiones extremas que más circulan son que “triunfar en el streaming te vuelve millonario” y que “en realidad no es buen negocio”. “Ninguna de las dos es cierta. Los números del streaming no tienen nada que ver con los de la tele. Son otros negocios y otras estructuras. Telefé es un monstruo con mucha gente, edificios y demás. Entonces, partiendo de esa base, el segundo de televisión es carísimo y no se compara con la publicidad que hay en Olga”, asegura Bernarda. Y continúa: “Tampoco creo que nos vayamos a caer. Nuestras proyecciones no marcan eso. Nosotros, con nuestra estructura mucho más chica, sobrevivimos y con menos que un programa o canal de tele. Estamos muy lejos”.
- ¿Cómo se monetiza?
- Nosotros monetizamos por marcas que se acercan y confían en el proyecto, desde el principio o que se fueron sumando. El modo es el tradicional de la tele: una marca se acerca porque le interese mostrar un producto o un servicio porque los usuarios están alineados a esa marca. Igual tienen presupuestos distintos para tele y digital y también muestran cosas diferentes según el formato. La misma marca puede pautar en Olga o Gran Hermano pero los objetivos son distintos.
- ¿Por la plataforma no monetizan?
- Argentina tiene uno de los clicks en Youtube más bajos del mundo. En otras partes del mundo sí ganan mucha plata por visualizaciones pero nosotros no tenemos esa suerte. La nota de Messi la vieron casi 10 millones de personas y no nos mueve la aguja esa plata que nos da Youtube.
- ¿Planean nuevos verticales para el año que viene?
- Estamos armando equipos para el año que viene. Lo que nos está pasando es que todos los días el programa de Migue termina con 50 mil personas viéndolo y después no hay nada. Entonces, estamos pensando en sumar programas. Todavía no sabemos con quién o qué horarios pero es la idea.
- Muchos canales lo que hacen es hacer eventos presenciales para generar más conexión con sus audiencias. ¿Ustedes están preparando algo en esa línea?
- Sí! De hecho acabamos de anunciar un Movistar Arena para el 12 de diciembre. Ya hay otros canales de streaming que también generan estos eventos. Luquitas Rodríguez llenó un Luna Park para hacer Párense de Manos en diciembre, por ejemplo. Es otro contenido al de su programa y la gente los va a ver igual. Lo mismo con teatreros o shows. Creo que es similar a la gente que durante el año iba al Bailando y en el verano hacía teatro para que la gente los vaya a ver. Pero ahora, modernizado.
Las oficinas de Olga se encuentran sobre el estudio así que una vez finalizada la charla con Bernarda, ella se dirige a la salida para continuar trabajando. Soñé que volaba sigue al aire y en la calle las decenas de personas siguen firme viendo lo que ocurre en el estudio. Bernarda se dirige hacia allí y se suma al público para observar, escuchar y seguir aprendiendo de quienes, en última instancia, siempre son quienes deciden ser o no espectadores.