Desde el pequeño y pintoresco pueblo de Valle María, ubicado en la provincia de Entre Ríos, la emprendedora argentina Carolina Kranewitter lanzó hace seis años su marca de cosmética natural, Juní Perá.
La historia del emprendimiento comenzó cuando Kranewitter, tras obtener su título en Bioquímica en la Universidad Nacional del Litoral, decidió aplicar sus conocimientos en la creación de productos para el cuidado de la piel, utilizando ingredientes naturales y biodegradables. ”Quería aplicar mis conocimientos sin renunciar a la vida en armonía con la naturaleza", detalló a Forbes Argentina. Esta convicción la llevó a desarrollar su primer producto: un limpiador en polvo hecho en su totalidad con ingredientes vegetales, marcando el inicio de un camino que pronto capturó la atención de un público cada vez más consciente del impacto ambiental de sus elecciones de consumo.
El arranque de Juní Perá fue austero, con Kranewitter vendiendo sus productos a familiares y amigos. “Invertí el 20% de mi sueldo como bioquímica en el hospital donde trabajaba. Esta inversión inicial reflejaba mi compromiso y mi creencia en el potencial de mi idea”, recuerda.
El buen resultado, combinado con la credibilidad que brindaba su formación científica, facilitó una aceptación rápida y un crecimiento orgánico. "Llegué a un punto en que mi capacidad individual se vio desbordada para atender la demanda", comenta quien entonces decidió expandir el equipo, incorporando a profesionales que compartieran su compromiso con la calidad y la sostenibilidad.
Hoy, Juní Perá cuenta con un equipo de más de 10 personas, incluyendo científicos, especialistas en marketing y ventas, y colaboradores externos. La empresa sigue las estrictas normas Ecocert de la Unión Europea, utilizando ingredientes naturales certificados, tanto de origen local como importado. El modelo de negocio de Juní Perá se apoya en una estructura sólida que abarca desde la investigación y desarrollo de productos, hasta la comercialización y marketing, con un fuerte énfasis en la educación del consumidor y la responsabilidad ambiental.
"Nuestros productos están formulados con ingredientes naturales y biodegradables, y nos comprometemos a prácticas sostenibles en todas nuestras operaciones", subraya Kranewitter. Este compromiso fue reconocido con el sello de Empresa Verde Nivel 2, otorgado por la RAMCC y financiado por la Unión Europea, que avala el alineamiento de la empresa con los estándares de conservación del planeta.
En términos de crecimiento, Juní Perá proyecta un aumento del 100% en ventas para el segundo semestre de 2024, con una meta de facturación de $ 200 millones al cierre del año. Esta proyección se sustenta en una creciente demanda de productos naturales y en una estrategia de expansión de su red de ventas, que incluye tanto una plataforma de comercio electrónico como una red de dermo consultoras, quienes asesoran de manera personalizada a los clientes.
Kranewitter destaca que, en sus primeros años, la empresa triplicó el número de dermo consultoras y logró un aumento del 400% en las ventas. Además, la marca está en proceso de lanzar nuevas líneas de productos, incluyendo una dedicada al cuidado de la piel masculina y otra orientada a tratar necesidades específicas como arrugas, pigmentación y problemas dermatológicos.
Con la vista puesta en el futuro, Juní Perá planea expandirse internacionalmente, con Paraguay y China como primeros mercados objetivo para 2025. "Queremos ser la opción preferida por los profesionales de la piel, como dermatólogos y cosmetólogos", afirma la emprendedora, subrayando la importancia de consolidar la presencia de la marca en el sector profesional.
Además de su enfoque comercial, Juní Perá se distingue por su compromiso con la responsabilidad social y ambiental. La empresa participa activamente en proyectos de reforestación y conservación de especies autóctonas, destinando un porcentaje de sus ventas a estos esfuerzos. "La naturaleza es nuestro hogar y necesitamos cuidarla", enfatiza la emprendedora, reflejando una filosofía que va más allá de los productos, abarcando una visión integral de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.
“Así como en la fábula del colibrí (que es la insignia de su marca), en donde la diminuta ave con su pequeño pico es capaz de transportar, una y otra vez, una gota de agua para apagar un incendio en la selva, el espíritu de la marca está en brindar su pequeño aporte al cuidado del planeta”, concluye Kranewitter.