En medio de la crisis económica del país y de seguridad que arrasa en Santa Fe, hay empresas que apuestan a crecer, a dar empleo pleno y seguir desarrollando para alcanzar el éxito productivo.
Valenziana es uno de esos ejemplos de resiliencia y nacionalismo; con una producción de muebles sustentables y normativa alineada a ese mismo propósito, emplea a 900 personas, la mayoría ubicada en Uranga, una pequeña comunidad con menos de 1000 habitantes en la provincia de Santa Fe y donde la empresa nació, creció y sigue en plena expansión. No sólo apuesta por el desarrollo productivo, sino que además logró el pleno empleo de su pueblo emprendedor.
Del interior del país al mundo, Valenziana está en proceso de expansión a nivel nacional. Con una inversión de $ 150 millones, proyecta abrir 17 locales a lo largo de todo el país, donde ya tienen el 70% de cobertura. Para fin de 2024 se acercan 30 nuevos locales en lugares estratégicos como Quilmes, Villa María, Rafaela, Santiago del Estero, Paraná, Santa Fe, Canning, Río Grande, Carlos Paz, Salta y otros.
Además, la empresa tomó la decisión de volverse internacional y apostar a Uruguay y Paraguay con la reciente apertura en Montevideo. “Esta decisión se basó en varios factores, como la cercanía geográfica, el tamaño de mercado, el idioma compartido y las oportunidades comerciales”, detalla Rodrigo Diaz, Gerente General de Valenziana, y añade: “Además, contar con socios locales en ambos países ha sido fundamental para lograr un rápido y exitoso lanzamiento en estas naciones”.
La planificación del crecimiento de Valenziana para 2024 se vio afectada por la incertidumbre política en Argentina y llevó a la empresa a adoptar un plan multiescenario que ajusta su velocidad de crecimiento según las condiciones cambiantes. Una nueva ola a surfear luego de la que debieron afrontar con la pandemia, cuando entonces tuvieron que cerrar la línea de producción y todos sus locales.
Para afrontar la incertidumbre, la empresa implementó políticas internas para evitar despidos. “Esto incluyó la reducción de costos desde los niveles más altos hasta los más bajos, con todos los cargos jerárquicos, incluidos los socios, renunciando a sus salarios”, recuerda Diaz. Además, se adaptaron a las circunstancias, produciendo elementos esenciales como barbijos, cofias y alcohol en gel, además de crear huertas comunitarias.
De locales físicos a armar una nueva línea de venta, también lograron abrir un nuevo circuito de comercio electrónico. No sólo cumplieron el objetivo de asignar recursos humanos a la atención al cliente, ventas y seguimiento postventa, priorizando la adaptación y la agilidad en las operaciones; sino que además llegaron a vender el 50% de lo que vendían de manera presencial en sus locales.
Con una trayectoria de 30 años, hoy cuentan con empleados de Coronel Dominguez, Albarellos, Acebal, Arroyo Seco, Santa Teresa, Álvarez, Villa Amelia, Coronel Cogado y La Vanguardia, así como personal especializado de grandes ciudades de Argentina y otros países cuando es necesario para puestos específicos.