Guinness es una de las marcas de cervezas premium con mayor renombre a lo largo de todo el mundo. Nació en Irlanda hace 200 años y es la creadora de la categoría Stout, convirtiéndola en el máximo referente de las cervezas negras. Si bien la historia con la Argentina tiene un largo recorrido, desde 2015 dejó de estar presente en las góndolas nacionales, luego de más de 100 años. Sin embargo, hace cuatro años que Diageo Argentina trabaja para que la mítica marca retorne al país, pero de una forma diferente: con elaboración propia.
“Esta es la primera vez que se va a fabricar en la Argentina y en todo Sudamérica. Hay un proyecto en Brasil, pero le ganamos nosotros de mano. De los territorios que Guinness quería conquistar en toda su historia, Sudamérica y Argentina estaban entre sus pendientes”, afirma Gonzalo Aguirre, Gerente General Cono Sur de Diageo. “Para la marca es un hecho muy importante porque Sudamérica es un negocio muy grande a nivel global, pero nunca había puesto un pie productivo”, agrega Aguirre, quien fue uno de los principales actores en esta nueva sociedad entre Guinness y Rabieta, la Cerveza Artesanal Malcriada Argentina.
Según el International Wine and Spirits Report 2020, el mercado de cervezas en el país es altamente competitivo y representa el 64,5% del total de bebidas alcohólicas, con fuerte presencia de marcas nacionales e internacionales. Dentro de la categoría, el segmento de cervezas premium, en el cual se posiciona Guinness, es el de mayor crecimiento en volumen, el cual registra una variación del 7,3% en 2020 en comparación con 2019 y del 6% en los últimos 5 años.
Si bien Guinness se elabora en 49 países, además de su Irlanda natal, es la primera vez que apuestan por un productor artesanal. “Guinness no eligió el primero que vio, sino que fueron tres años de desarrollo, de analizar capacidades y también la fórmula”.
En este sentido, Aguirre apuesta por rediseñar el modelo de negocios. “Queremos salirnos de ese producto unitario y medio de nicho. A nivel global, Guinness empezó a tener acuerdos con partners locales para ir a lo que llamamos cervezas premium, que es bastante más grande. En la Argentina este negocio se redefinió mucho en los últimos años gracias al interés de los consumidores de probar nuevos sabores. En este contexto entra Guinness: el mercado está mucho más abierto para recibir nuestra propuesta”.
En esta primera etapa, elaborarán la Guinness Extra Stout y, en los próximos meses, llegará su cerveza rubia Hop House 13 Lager. En referencia a ese abanico de producción es donde apareció el nombre de Rabieta: “Encontramos un grupo de profesionales que vienen del mundo cervecero que tienen códigos que no son fáciles de encontrar en el mundo de las artesanales. Es una fábrica con una inversión y maquinaria muy buena, de top de línea. Eso fue lo más les sorprendió a los irlandeses: el nivel técnico”, sostiene Aguirre.
De artesanal a premium
“A la categoría artesanal lo que le faltaba era garantizar que el producto sea inmaculado, desde lo técnico hasta el trabajo de distribución y la llegada a los puntos estratégicos”, dice Gustavo Schickendantz, Socio Fundador de Rabieta. “Tenemos que demostrar que no va a fallar, tanto desde la producción como la distribución. Es un avance y un crecimiento absoluto para la categoría. Para nosotros, desde lo artesanal no hay mejor garantía de calidad que incorporar una marca como Guinness; y, para ellos, es que tengan la garantía de que van a estar operados por cerveceros artesanales”, agrega.
“La producción será lo que la demanda exija. Nuestra idea no es venderle 50 cervezas a una persona, sino venderles una cerveza a 50 personas. Con el acuerdo de Rabieta y Guinness buscamos hacer crecer la categoría con variedad y estilos. Pensamos que es mucho mejor crecer más despacio y en continuidad y no en salir a romper el mercado. Hoy podemos cubrir 150.000 hl. en todo el conjunto de Guinness y Rabieta, pero no nos preocupamos por el volumen en este momento”, asegura Schickendantz.
Aguirre agrega: “Cuando esto crezca estamos dispuestos a invertir en cantidad, porque nos da toda la confianza y generamos un contrato a largo plazo: Guinness no vino acá a firmar un contrato con Rabieta por dos años, lo pensó para estar mínimamente 20 años en la Argentina. Y eso tiene que ver con la calidad del producto. No nos interesa ir a toda la Argentina en poco tiempo, porque lo haríamos mal. Queremos ir bar por bar y supermercado por supermercado, como fue hace 200 años, y para eso tenemos que garantizar la consistencia en la calidad del producto”.
El gran desafío de las cervezas artesanales fue dejar de ser una moda para convertirse en tendencia. “Me encantaría que Rabieta y Guinness sean el faro de inspiración de los artesanales, demostrar que se puede ofrecer un producto de calidad artesanal con una llegada mucho mayor. Y los consumidores no son tontos, ya empiezan a descartar esos productos que no tienen calidad. Al mismo tiempo, es un desafío para las industriales para que también levanten la vara”, cierra Schickendantz.