El vértigo de la transformación digital, la adopción infinita de nuevas tecnologías y el éxito masivo de las plataformas llevó en los últimos años a una puja inédita por el escaso talento digital. Las empresas tentaban colaboradores de sus competidoras con ofertas jugosas y los sueldos del sector comenzaron a ubicarse cerca de las nubes, en consonancia con el crecimiento de la adopción de cloud en prácticamente todas las empresas de todas las industrias.
De pronto, el mercado se desaceleró. La recesión global, el escenario inflacionario con las consecuentes alzas en las tasas de interés y el conflicto bélico en Europa son algunos de los megamotivos por los cuales la atención de las empresas, de los consumidores y, especialmente, de los grandes inversores de capital se desvió de la tecnología. Desde entonces, el modelo de salarios infinitos dejó de ser sostenible y comenzó la era de los despidos masivos.
Elon, el ruidoso
No se trató del más cuantioso, pero sí del que más ruido hizo. Apenas una semana después de haber desembolsado US$ 40.000 millones por Twitter, el excéntrico Elon Musk se deshizo de la mitad de su plantilla global: quedaron afuera unas 4.000 personas de un día para el otro. ¿Qué adujo el creador de Tesla y SpaceX? Que no tenía otra opción, ya que la empresa estaba perdiendo unos US$ 4 millones diarios. Posteriormente hubo nuevas rondas de despidos y, en la actualidad, de los aproximadamente 7.500 empleados que había originalmente quedan unos 1.800.
Amazon, el récord
Nada menos que 18.000 empleados en enero y otros 9.000 en marzo. La inestabilidad global y el exceso de contrataciones en los últimos años empujaron a Amazon, una de las empresas más grandes del mundo, a llevar adelante el plan de reducción de personal más grande de todos los registrados hasta el momento. Representa casi el 10% del total de su fuerza laboral. Meta, por su parte, enfrentó el primer recorte en 18 años de historia. Y lo hizo sin miramientos: 11.000 personas, equivalente al 13% total de su personal, en noviembre pasado, a las que se sumaron otras 10.000 en las últimas semanas. La fallida inversión en el metaverso y la caída drástica de los ingresos publicitarios influyeron determinadamente en esta situación.
De a decenas de miles
Accenture mantiene un para nada envidiable tercer lugar: hace apenas pocos días anunció el recorte de 2,5% de su fuerza laboral, lo que representa unas 19.000 personas en todo el mundo. Esto se debe a que la empresa rebajó sus pronósticos anuales de ingresos y ganancias. Nadie parece salvarse de esta situación: Alphabet redujo un 6% de la plantilla, lo que equivale a 12.000 trabajadores, mientras que Microsoft debió deshacerse de unos 10.000 colaboradores. Ambos hicieron sus respectivos anuncios en la misma semana.
Despidos en salud
Pero incluso empresas que mostraron balances saludables entraron en esta ola: IBM, que viene de dos años consecutivos de ganancias y que no maneja expectativas pesimistas para 2023 -de hecho, estima un incremento en las ganancias del 5%-, se deshizo de 3.900 personas (el 1,5% de su plantilla a nivel mundial), presumiblemente por la escisión de algunos negocios en particular, como Watson Health (Inteligencia Artificial para el sector salud) o Kyndril (servicios de infraestructura empresarial).
Intentar una lista abarcativa es tarea imposible: Salesforce sumó 8.000 despidos, SAP alrededor de 3.000, Snap (dueña de Snapchat) unos 1.300… Apenas un conjunto de números fríos que no logran reflejar la magnitud de lo que verdaderamente significa: una enorme masa de personas altamente capacitadas que se quedó sin empleo en un mercado que continua achicándose.
Y por casa cómo andamos
La Argentina no quedó ajena a este fenómeno. Con pocos días de diferencia, empresas como Kavak (plataforma de compraventa de autos hoy de capitales mexicanos), Ualá (fintech), TiendaNube (comercio electrónico), Etermax (desarrolladora de videojuegos, creadora de Preguntados) o Mudafy (tecnología para inmobiliarias) anunciaron fuertes recortes. Una salvedad: por un tema de escala, estos casos en general se ubican por debajo de la centena de personas.