Florencia Villamil Delfabro e Ignacio Conde comandan Boti-k Puro, una empresa argentina de cosmética e higiene natural y vegetal que acaba de cumplir sus primeros 10 años y que compite con firmas globales de la talla de Welleda y L'Occitane. Con 200 productos de fórmulas exclusivas desarrollados, la firma consiguió un crecimiento del 200% en la facturación en los últimos dos años. En 2020, generó $ 40 millones.
El proyecto surgió a partir de una búsqueda personal: el hijo de la pareja, Santino, diagnosticado dentro del espectro autista, tiene intolerancia extrema a los productos de origen sintético. Ante la falta de opciones en el mercado local, Villamil Delfabro y Conde decidieron crearlos ellos mismos. Con una inversión inicial de US$ 150.000, tras la venta de un inmueble más ahorros, empezaron el camino que los llevó a desarrollar fórmulas con activos naturales, extractos botánicos y aceites vegetales y esenciales, y que dio origen a productos como su bio champú, los bálsamos labiales y el jabón vegetal.
De Los Cocos a Taiwán
Fundar y comendar una empresa no es fácil. Entre las piedras que los socios encuentran a diario en su camino emprendedor, destacan la falta de crédito real, la devaluación, la inflación y las trabas a la importación, ya que la mayoría de los insumos y materia primas vienen de Brasil, China o Europa.
La llegada de la pandemia de COVID-19, encontró a los socios de Boti-K Pruo organizados. Un par de meses antes, habían decidido cerrar los puntos de venta que tenían en Unicenter, Dot y otros locales propios, dado que la caída del consumo los hacía insostenible, para invertir y concentrarse en la venta online. "Eso nos permitió estar preparados en marzo 2020, además de viajar menos porque nuestra empresa está a 1.000 km de casa", recuerdan los socios, quienes residen en Los Cocos, Córdoba.
Hoy, la compañía opera a través de la tienda online -con envíos gratuitos a todo el país- y cuenta con presencia en más de 300 comercios. "Nuestra empresa está en Martínez, partido de San Isidro; vendemos a través de todos los canales porque consideramos que lo saludable debe estar al alcance de todos; estamos haciendo experiencia en grandes cadenas de farmacias y supermercados", comparten los socios, al frente de un equipo de 28 personas.
Hace cinco años, Villamil Delfabro y Conde comenzaron a pensar en cruzar fronteras. Se capacitaron, estudiaron las posibilidades de comercio exterior y empezaron a trazar un plan que les permitiera conquistar otros mercados. Inicialmente, pensaron en América Latina. Pero la experiencia los fue llevando por otros rumbos.
"Después de tres años, nos dimos cuenta de que la región es el peor mercado para productos premium: lo registros son más caros que en Rusia o Taiwán y cada trámite es individual por país; en cambio, uno registra un producto en una plaza de Europa y es válido para la Unión Europea o registra un producto en los Estados Unidos y puede venderlo en Canadá y México", sostienen.
Recientemente, la firma comenzó a exportar a Rusia y a Taiwán y tiene un plan estratégico para llegar a otros países a mediano plazo. "Estas experiencias son incipientes y demoradas por la pandemia y la situación sanitaria internacional. Estos mercados nos contactaron después de haber hecho un estudio de mercado local. Para ambos hicimos nuestro primer envío de US$ 5.000 para probar el mercado", dicen.
Entre los productos que comercializan en Rusia y Taiwán, están los de higiene (jabones vegetales, jabones fluidos sin sulfatos, bio desodorantes, bio cremas dentales, línea capilar sólida, eco champús, eco acondicionadores); cosmética (bálsamos labiales, eco leches balsámicas, aguas micelares, bio crema antiedad, bio serum facial, cremas faciales, cremas corporales, Oleum vegetales orgánicos); y aromaterapia (línea oleum 33, oleum essential premium).
Todos los productos de la marca cuentan con el aval de Anmat. Son libres de petrolatos, testeo animal, derivados de origen animal y TACC. Son aptos para piel sensible, bebés, embarazadas, veganos, vegetarianos, celíacos, y aquellos consumidores que, por necesidad o elección, buscan un consumo saludable. Utiliza conservantes, detersivos y emulsionantes de origen natural y en armonía con el medio ambiente.
"Con inversión, el modelo crece un 100% anual; sin ella, un 35%, pero esa es la proyección en un territorio sano; aquí, en la Argentina, hay que mutar día a día; quien se aferra a una proyección o es una multinacional o va a estrellarse al final de la pista; nuestro éxito está marcado por 10 años de crecimiento consecutivo, aunque no siempre se cumplieron las proyecciones, la mayoría de las veces, por factores coyunturales", dicen.
Esta no es la primera vez que Villamil Delfabro, quien estudió diseño textil, y Conde, formado en Comunicación y artesano en diferentes técnicas, emprenden juntos: en un comienzo diseñaban ropa artesanal de alta costura.