Daniel Saramaga nació en una familia de trabajadores. De clase media a media baja, le cuenta a Forbes Argentina. Durante su infancia, sus padres se encargaron de inculcarle el hábito de la lectura y actualmente asegura haber terminado más de mil libros.
Sin embargo, ya de pequeño también demostró interés por otra actividad: la aviación. Siempre tuve el sueño de volar pero para eso se requieren de ciertos recursos, comenta el fundador y CEO de Patagonia Flooring, la empresa argentina líder en la fabricación y colocación de pisos, escaleras y decks de madera.
Para sus 30 años, Saramaga pudo cumplir con su sueño de volar. Fue con la moda de la ultraliviana, famosos por ser livianos y bastante peligrosos. Por suerte sobreviví porque era una cosa muy precaria. Eran aviones como los de los hermanos Wright y pesaban 100 kilos, señala el empresario y recuerda que en esa época voló con personalidades como Daniel Hadad, Reina Reech, Nicolás Repetto y Carlos Menem, cuando aún no era presidente.
En los '80 pude comprar mi primer avión, un Piper. Y me hice amigo de Willy Trufó, quien hoy es padrino de uno de mis hijos. Él tenía una escuela de pilotos en el viejo aeródromo de Don Torcuato, que ahora es un country, y compartíamos la pasión por volar, recuerda Saramaga.
Para los '90, su amor por volar lo llevó a comprarse un helicóptero y desde entonces se dedica prácticamente a ellos. Tanto, que actualmente está desarrollando un helipuerto en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez que cambiará la forma de transportarse en la Ciudad de Buenos Aires.
-¿Por qué un helipuerto?
-Volar siempre fue un hobby que sostuve en paralelo a mi actividad industrial. Argentina siempre nos sorprende con períodos buenos y otros malos así que el hobby a veces estuvo muy presente y otras lo tuve aletargado. Pero en un momento volví con toda la fuerza y cuando uno se maneja en el ambiente aeronáutico y además es empresario, en todo puede ver un negocio. Así que por mucho tiempo pensé cómo podía ser que en Nueva York hay una empresa que para hacer turismo y otros servicios tiene 25 helicópteros, o que en San Pablo hay 2500 helicópteros volando todos los días, y acá en Buenos Aires no hay nada de eso. Fue así como arrancó la idea.
-¿Cuál es el objetivo?
-Como soy amigo de toda la vida del Cocho López (ex piloto de turismo carretera) me reencontré con él para charlar del tema porque colaboró con la Ley de Fideicomiso del Autódromo. En esos encuentros surgió la idea de hacer un proyecto que sirva para la parte privada pero también para lo público. Que la pueda usar la policía, el SAME, que haya una escuela de pilotos, etc. Una puesta en valor en un lugar en el que lo importante es el ambiente.
-¿Por qué el ambiente?
-La Ciudad de Buenos Aires tiene tres límites. El Río de la Plata, el Riachuelo y la General Paz. Y el valor de la tierra es muy caro. Dentro de la ciudad, el Autódromo ocupa 170 hectáreas y se ubica en un ambiente donde el ruido del helicóptero tiene cero impacto. Además, ya hay habilitaciones para volar con helicópteros por el tema de las carreras así que no había que hacer esos trámites. Ya están habilitados los helicorredores, que son los lugares por los cuales pueden ir los helicópteros, y que son justamente el Riachuelo, la General Paz y el Río de la Plata.
-¿Cuánta es la inversión y por cuánto tiempo tienen la licitación?
-Cuando nos juntamos con la gente del Autódromo nos dijeron que podía hacerse por contratación privada y nos daban un acuerdo por cinco años. Pero la inversión que hacemos es de medio millón de dólares mínimo y necesitamos más tiempo. Eso dio la posibilidad de hacer una licitación por diez años que tampoco nos alcanza porque no amortizamos nada pero por 20 años se necesitaba más aprobaciones. Así que nos quedamos con 10 años por licitación. Nos presentamos con la propuesta y la ganamos como marca la ley.
-¿Cuándo fue eso?
-Hace unos meses. A mediados de año más o menos.
-¿Ya están construyendo?
-Ya tenemos todo listo para arrancar pero nos falta la parte burocrática para realizar la construcción dentro de la Ciudad de Buenos Aires. Tenemos todo permitido pero falta eso y creemos que en no más allá de los próximos 30 días empezamos a construir. Ya tenemos todo vallado incluso pero ellos quieren terminar de corroborar que el proyecto es serio.
-¿O sea que el próximo año ya estaría en funcionamiento?
-Lo aseguro. Vamos a estar en funcionamiento durante el primer semestre del 2022 porque yo quiero disfrutar en esta vida (risas).
-¿Para cuántos helicópteros será?
-En una primera etapa, que es la más cara por la infraestructura y la implementación de un alambrado que soporte un choque de auto a 250 km/h, va a haber un hangar al que la persona llegue con su auto, saque su helicóptero y estacione allí. Serían un total de 12. También habrá sala de capacitación, oficinas comerciales, taller, terraza para ver las carreras, baños y una habitación con dormitorio VIP para descansar en caso de ser necesario.
-¿Y a futuro?
-La idea es que haya tres puntos de contacto que permitan operar tres helicópteros a la vez. Tenemos habilitadas dos etapas más que nos llevaría a poder albergar entre 40 y 50 helicópteros en total.
-¿Cuál es el sistema de negocios?
-Lo único que va a dejar plata ahí son los viajes. Ponele que alquilando el hangar como cochera pueden llegar a entrar mil dólares oficiales. Pero hay que pagar canon al fideicomiso todos los meses, gente que opere, el mantenimiento, etc. El motor que va a mover todo no es ese sino el hecho de poder contactar a todas las agencias de turismo para que vendan tours en helicópteros y paseos.
-¿Cómo serían?
-Hay varias opciones. Podemos pasar a buscar a las personas por el centro, por Ezeiza, San Fernando, zona norte o salir desde el Autódromo. De ahí hacer una visita guiada por arriba de la ciudad, siempre respetando el perímetro. Podemos volar por Puerto Madero que es hermoso y después combinar con un asado en una estancia por ejemplo. No hay que olvidarse que por el aire recorrer Buenos Aires puede llevar tres o cinco minutos.
-¿Y los helicópteros que usarán?
-Hay muchos en San Fernando que están ociosos y cuyos dueños los quieren alquilar. Tiene que haber un sistema para que siempre haya helicópteros disponibles. Algo así como el Uber de los helicópteros.
-¿Será un buen negocio?
-La idea es armar una unidad de negocios con la que tampoco vamos a facturar un montón. Lo que quiero es no perder plata. Son negocios que uno los encara sabiendo que no va a generar una fortuna pero que si se arma bien por lo menos no habrá que poner plata encima. También pensá que nadie quiere hacerlo y estamos rompiendo paradigmas con esto. Willy Trufó lo quiso hacer dos veces y no pudo. Me decía que no me lo iban a aprobar pero le puse el pecho y pudimos sobreponernos a muchos obstáculos. Lo saqué porque se hizo todo por derecha y por tenerlo al Cocho López como socio.