Un mercado en crecimiento
A nivel global, la tendencia de sustituir leche vacuna por bebidas plant based comenzó hace varios años. En los Estados Unidos y en los países del continente europeo la categoría cuenta con un gran desarrollo. De acuerdo con datos de la ONG The Good Food Institute, las bebidas hechas a base de vegetales movieron US$ 2.000 millones en Estados Unidos en 2019. Allí, una de cada cinco leches vendidas es una leche vegetal. En tanto, según datos de la consultora Nielsen, en España se estima un consumo de 5 litros per cápita.
En el país, el consumo es una tendencia en alza y hoy ya consumen 3,5 millones de litros por año. Aunque todavía es un negocio de nicho, se encuentra en crecimiento: viene duplicando su volumen año tras año y se espera que para 2026 pueda cuadruplicar su tamaño actual. De hecho, en 2020, pese a la pandemia, registró un crecimiento del 16,6%.
El negocio debutó de la mano de pymes locales, y ahora ya participan grandes compañías como Danone, Coca-Cola y La Serenísima.
No tan pequeños
Impulsada por los nuevos hábitos de consumo que apuntan a una alimentación sin productos de origen animal, la elaboración de leches vegetales comenzó de forma casera y, más tarde, pasó a venderse en botella de vidrio. La corta vida útil de este producto llevó a que, recién en 2018, las empresas del sector decidieran evolucionar hacia el envase en tetra, que le da mayor versatilidad al negocio para expandirse. En total, hay cerca de 15 marcas que participan del mercado y, si bien la de almendras es la más popular, también crecen las opciones de maní, cajú y arroz.
Una de las pioneras en el segmento fue Tratenfu, que lanzó su propia leche de almendras a principios de 2018. La empresa Better Foods, por su parte, puso un pie con la marca Vrink, con también buena presencia en las góndolas; y ArFoods, con su brand Cocoon, que ofrece leche de almendras en tres variedades: original, sin azúcar y chocolatada.
Además, otras marcas son NotCo-con su NotMilk-, Pampa Vida, Amande, Felices las Vacas, Green Food Makers y Pitey. Recientemente se sumó además una leche de quinoa bajo la marca Biba, desarrollada a través de un consorcio entre el CONICET, la pyme Babasal y las universidades nacionales de La Plata (UNLP), Lanús (UNLA), Luján (UNLU) y Quilmes (UNQ).
Pero, en septiembre del año pasado, la firma más importante de la industria láctea se sumó al negocio de las bebidas vegetales. Mastellone Hnos. sacó al mercado las variantes de almendra y de arroz bajo la marca La Serenísima. Danone, por su parte, ya había dado el paso cuando trajo al país a Silk a través de su alianza con Starbucks. El holding francés se hizo con la marca en 2016 cuando compró WhiteWave por US$ 4.000 millones. Además, Ades ?del gigante Coca-Cola? también compite en el mercado de leches veggies.
Uno de los principales obstáculos a la hora de analizar el crecimiento del segmento en el país es el precio: mientras que el precio del litro de leche en una súper ronda los $ 85 o $ 95, las bebidas vegetales superan los $ 200.
En números de litros
3,5 millones de leche vegetal se consumen en el país.
En Estados Unidos, 1 de cada 5 leches vendidas es de origen vegetal.