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Cuando el tiempo es oro: la aviación ejecutiva se expande con ofertas y servicios innovadores

Sebastián Chicou

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La rápida expansión de los vuelos privados ya no requiere que los usuarios figuren en la lista de Forbes de las personas más ricas del mundo para alejarse de las masas voladoras.

9 Julio de 2023 13.03

Una tarde soleada de un viernes, los pasajeros Gaby y Alejandro entraron a la terminal VIP del Aeropuerto Internacional de San Fernando. Después de colocar su equipaje, la pareja se sentó a jugar unos minutos con sus dos perros. No había filas ni multitudes de pasajeros y un solo escáner de seguridad no invasivo.

Gaby y Alejandro se encuentran entre un número creciente de viajeros habituales que abordan aviones privados para volar por trabajo o por ocio. Ellos, puntualmente, estaban tomando el vuelo de la empresa Patagonia Chopper que admite mascotas (perros de tamaño medio).

La rápida expansión de los vuelos privados ya no requiere que los usuarios figuren en la lista de Forbes de las personas más ricas del mundo para alejarse de las masas voladoras. Un vuelo en un jet liviano puede acomodar hasta ocho pasajeros. El precio de ida y vuelta de Buenos Aires a Mendoza con un pernocte incluido, para hacer fin de semana de bodegas, tiene un valor de US$ 11.400. No es como volar en una low cost, pero es comparable a las tarifas de clase ejecutiva o de primera clase en aerolíneas comerciales tradicionales por pasajero.

Las compañías de aviación privada como Patagonia Chopper, que se lanzaron en 2002, están reinventando la forma en que vuelan los porteños. Desde que las tarifas de los vuelos comerciales aumentaron bruscamente el año pasado después de que las aerolíneas capearan lo peor de la pandemia de Covid-19, la aviación privada se ha convertido en una alternativa cada vez más accesible y atractiva para más viajeros de todos los días. Según algunos estudios, el mercado mundial de aviación privada estaba valorado en US$ 25.870 millones en 2021 y se prevé que alcance los US$ 38.340 millones para 2029. Los clientes obtienen servicios VIP a precios que rivalizan con los billetes de primera clase y de clase ejecutiva de los aeropuertos comerciales.

Con la internacionalización del Aeroparque Jorge Newbery, se prevé aún más concentración de pasajeros en esa terminal. Así, los operadores de jets privados y los pasajeros dicen que es mucho más rápido el manejo del equipaje y pasar por el control de seguridad en las terminales privadas más pequeñas de cada aeropuerto. Las áreas de espera y los jets privados normalmente no transportan más de 10 pasajeros, por lo que volar de forma privada o semiprivada le da a la gente más espacio y menos estrés. Los clientes utilizan entradas privadas para acceder a sus vuelos lejos de los concurridos estacionamientos y garajes de masivos aeropuertos.

Según Dolores Toranzos, responsable comercial de Patagonia Chopper, a la aviación privada, particularmente en Argentina, se le suma el factor del turismo receptivo, que aprovecha el tipo de cambio oficial para visitar estas latitudes: “Más turistas locales y extranjeros optan por vuelos privados a destinos como Mendoza, Bariloche o Iguazú. Si bien es importante tener en cuenta el tipo de cambio variable, debemos tomar esto como una oportunidad”.

Patagonia Chopper ofrece vuelos chárter privados que permiten a los clientes pagar por el uso de un avión completo, no utiliza un servicio basado en suscripción ni requiere que las personas paguen una cierta cantidad de kilómetros u horas de vuelo. En otros modelos, como vuelos semiprivados, los pasajeros compran asientos en aviones que vuelan desde aeropuertos y terminales ejecutivas, pero comparten el vuelo con otros clientes que no conocen.

Está, por ejemplo, el caso de Carlos, CEO de una compañía constructora, que nunca voló en privado antes de que la pandemia cambiara el mundo en marzo de 2020. Autodenominado “hombre de clase media” que vive en el norte de la provincia de Buenos Aires, ahora vuela de ida y vuelta para trabajar en proyectos de construcción en varias provincias a través de un servicio de alquiler de vuelos privado. Descubrió que tomar vuelos privados le permitía cumplir con los tiempos de finalización garantizados en proyectos con plazos ajustados y mantener contentos a los clientes. 

“Todo es un análisis de costo-beneficio, especialmente cuando se trata de negocios –asegura–. Gasté entre US$ 30.000 y US$ 50.000 en traer a un equipo para un proyecto. Podría pagar US$ 10.000 en vuelos comerciales frente a US$ 40.000 en privado, pero probaría que potencialmente perderías US$ 10 millones de negocios si no se cumplen los plazos para los proyectos", añade el ejecutivo.

Ahorrar tiempo

Cristian Rauld, de la compañía Datalake, que provee escaleras mecánicas, ascensores y montacargas en la región con sede en Chile, Argentina y Paraguay, comenzó a volar privado y, desde entonces, ha estado volando con Patagonia Chopper. Rauld obtiene una tarifa con descuento al planificar sus vuelos por adelantado. Con un horario de trabajo apretado, aprecia el ahorro de tiempo. “Es el hecho de que estoy ahorrando tiempo para volver a las distintas obras y crear valor para Datalake y los inversores –asegura–. En el aire, estoy recibiendo llamadas telefónicas y trabajando, sigo creando valor. Para mí se trata de productividad”, añade.

Como beneficio secundario, disfruta de la oportunidad de volar con otros empresarios y figuras públicas de alto perfil que de otro modo nunca conocería. La última vez que voló compartido, conoció a un pasajero que convirtió en cliente. “Tengo la posibilidad de ampliar mi red”, cuenta.

Citando como ejemplo a la empresa de aviación privada en los Estados Unidos Wheels Up, basada en el modelo de membresías, empresas como ella están ayudando en la “democratización de la aviación”. Esta forma de volar llegará a la Argentina ahora que más personas son conscientes de sus posibilidades, porque el nuevo interés en la aviación privada que se desarrolló durante la pandemia llegó para quedarse.

El uso de la aviación privada por parte de personas que no son usuarios históricos de ella se incrementó significativamente. Seguramente el mercado encuentre su punto de desequilibrio a medida que el fantasma de la pandemia desaparezca definitivamente. Mientras tanto, la aviación privada logra más protagonismo, aportando facilidad, comodidad y conveniencia para los pasajeros, como aquellos que quieren tener a sus mascotas con ellos.

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