Cuando uno inicia un negocio normalmente lo hace con capital genuino y empieza a financiarlo con ahorros de toda su vida o con algún préstamo doméstico. Luego se pasa a una segunda etapa en la que entran los bancos para finalmente llegar al mercado de capitales, cuenta José Luis Dassie, quien reconoce que esta trayectoria fue la que siguió Metalfor, una empresa de capitales nacionales con 47 años de trayectoria que se dedica a la fabricación de maquinaria agrícola. De hecho, es la única firma de capitales nacionales que produce pulverizadoras, fertilizadoras y cosechadoras.
Este año, la firma lanzó una nueva cosechadora con la que espera alcanzar un 10% del mercado local en el mediano plazo. El de las cosechadoras es un mercado de 1.000 máquinas por año, del que apuntamos en el mediano plazo llegar al 10%. En el segmento de pulverizadoras abastecemos al 32% de market share, similar al porcentaje que tiene la empresa en el segmento de fertilizadoras automotrices, cuenta Dassie.
El empresario detalla que la producción de una cosechadora necesita de 3.000 horas de trabajo de mano de obra directa, lo que implica que, si queremos llegar a un 10% de mercado, vamos a generar más de 150 puestos de trabajo de manera directa y más de 600 de manera indirecta.
Metalfor tiene en Argentina tres plantas en Marcos Juárez y Noetinger, una de ellas inaugurada este año para el desarrollo de la línea de producción de cosechadoras. Cuenta con más de 700 empleados en el país y además posee una planta en Ponta Grossa, Brasil. La firma fue adquirida en 2017 por Bertotto Boglione, que se especializa en brindar soluciones de almacenaje a escala internacional y provee a algunas de las firmas más importantes a nivel nacional relacionadas con la industria del Oil & Gas, minería y agroindustria. Recientemente, el grupo incorporó a PRATS, una empresa que supo ser un ícono en la fabricación y comercialización de radiadores, hoy en proceso de reconversión.
Después de haber salido al mercado de la mano de Sociedades de Garantía Recíproca, ahora se prepara para aterrizar en el mercado con una ON pura para cuyo paso ya están tramitando la calificación Leed.}
-¿Cómo fue el proceso de apalancamiento que siguieron en el mercado de capitales?
-En Metalfor logramos consolidar fideicomisos financieros que nos permitieron, por un lado, darles financiamiento a nuestros clientes y, por el otro, con el cúmulo de créditos de esos clientes, darlos vueltas, unificarlos y a posteriori colocarlos en el mercado.
-¿Cómo llegan a los inversores?
-A las empresas que no estamos en Capital, la virtualidad de la pandemia nos acercó la posibilidad de tener reuniones con inversores, pero para el primer fideicomiso que lanzamos en 2019 tuvimos que hacer una presentación en vivo en Buenos Aires con un road show de 20 inversores que estaban tratando de entender cómo en Metalfor financiábamos en pesos, en dólares y en granos, y cómo hacíamos para que esos granos se conviertieran en pesos para que el crédito que ellos estaban comprando fuera satisfecho.
-¿Por qué desembarcaron en el mercado con fideicomisos?
-Por el modelo de negocios que tenemos. Metalfor tiene una estructura comercial con más de 20 locales propios que en algunas oportunidades, por la máquina nueva que vende, recibe una usada, y en el sistema financiero bancario no está previsto financiar usadas, es más restrictivo, así que las usadas las financiamos desde fábricas. Entonces, cada maquinaria usada que ingresa es de la fábrica, tengo que salir a venderlo y solo es posible con crédito, dado que el porcentaje de incidencia de compra de contado es bajo frente a las necesidades financieras. Armar un fideicomiso financiero nos da la liquidez de unos créditos que antes eran ilíquidos, flexibilidad financiera. Además, nos permitió unificar monedas porque teníamos créditos en pesos, en dólares y en gramos (kilos de soja entonces).
-¿Siempre que fueron al mercado fue para financiar capital de trabajo?
-Sí, siempre fueron para capital de trabajo para seguir financiando las ventas de nuestros clientes. Los bancos están acostumbrados a financiar la inversión, pero no el financiamiento para el capital de trabajo, y muchos proyectos se terminan cayendo porque no tienen capital de trabajo.
-¿Qué proyectan a futuro?
-El mercado es un camino de ida. Es difícil pensar la estructuración financiera de la empresa sin contar con el mercado de capitales. Nos preocupa cuando no tiene la suficiente profundidad o que se sale de la categoría pyme, como le sucedió ahora a Metalfor. Hoy una ON nuestra no es más elegida como un instrumento pyme. El fideicomiso sí puede seguir siéndolo porque estoy financiando pymes. Hacia el futuro imagino seguir profundizando el nexo con el mercado a partir de cada uno de los instrumentos, pero sin profundidad en el mercado es complejo pensar en crecimiento para las empresas.
-Además de los fideicomisos, ¿buscaron otras herramientas?
-Sí, ya emitimos dos ON, pero sobre el régimen pyme. El problema de las SGR es el límite que tienen para avalar. Cuando quisimos salir con una ON tuvimos que hacer un pool de SGR. El mercado exige balances trimestrales con balances auditados bajo normas NIIF. Ya dejamos de ser pyme y por eso estamos planificando la salida al mercado genuino con una ON pura, ya trabajando para tener la calificación de la empresa.
-¿Cómo es ese proceso?
-Ya hablamos con calificadoras de riesgo. En esa evaluación lo primero que te castiga es el riesgo Argentina, luego si se es una pequeña empresa, y por último se observa la flexibilidad financiera. O sea que venimos haciendo los deberes para tener una buena calificación. La calificación está influida positiva o negativamente por el contexto; hay un contexto favorable micro y uno macro no tan favorable.
-¿Ese micro está impulsado por factores externos?
-Tenemos un microclima en el sector agroindustrial, que hoy es el sector que está empujando la economía. En este sector, las variables externas empujan mucho, como el precio de los commodities por encima de la media. Pero también existen factores locales como el buen nivel de cosechas y líneas bancarias acordes con la inversión de bienes de capital con tasas y plazos favorables. Todo esto en contexto del que se venía, por distintos factores, con un atraso en la compra y renovación de máquinas que se revirtió y colaboró.