Cuando hace un mes empezó la crisis del COVID-19, la primera reacción de los clientes fue detener los procesos de búsqueda y selección, porque la sorpresa fue muy grande y todas las organizaciones tuvieron que pasar a la modalidad virtual, lo que implicó un cambio significativo en sus operaciones y de liderazgo.

En el transcurso de las semanas siguientes, se terminó de definir el escenario y algunos sectores como Oil&Gas, Consumo Masivo y Retail detuvieron sus procesos. Pero otros vinculados a Alimentos, Logística o Centros de Servicios Compartidos, los aceleraron buscando mejorar costos y oportunidades.

Las empresas se empezaron a dar cuenta de la necesidad de activar búsquedas gerenciales para acompañar este proceso de transformación y sortear de la mejor manera el escenario actual.

Hoy estamos ante el desafío de entrevistar posiciones de dirección a través de llamadas telefónicas o por videoconferencia, donde si bien se pierde un poco lo actitudinal y presencial; el tono de voz, la inflexión y el lenguaje corporal en el caso de las videollamadas, cobran mayor importancia en el momento de revisar la experiencia profesional y competencias de la persona.

Si bien este cambio de modalidad inicialmente tuvo sus complicaciones, cada vez es más frecuente el uso de herramientas como Teams, Skype for Business o llamadas telefónicas. Desde nuestra posición somos conscientes de que debemos crear un espacio de confianza con los candidatos en el que podamos intercambiar información relevante, sin dejar de lado la parte humana.

La modalidad virtual implicó un cambio en la forma de trabajo de muchas empresas ya que, si bien el trabajo remoto se aplicaba en pequeñas cuotas, hoy es prácticamente la única manera de operar y, como consecuencia, ha abierto conversaciones al respecto.

Tal es el caso de los sectores más tradicionales, quienes tuvieron que acelerar su proceso de transformación digital y adaptarse a una nueva forma de trabajo donde los equipos no están físicamente en un mismo lugar; escenario muy distinto al de las FinTech y empresas de IT, quienes ya estaban más acostumbradas al home office.

Esta adaptación fue mucho más fácil para las empresas multinacionales y algunas PyMEs que contaban con un equipo de IT robusto. Pero no es el caso de las empresas medianas y más chicas que están experimentando más dificultades en esta etapa, ya que incluso algunos de sus empleados no cuentan con computadoras personales.

Por otro lado, en lo que se refiere a los espacios de networking, muy útiles en los procesos de búsqueda y selección de mandos jerárquicos, las cámaras de los distintos sectores empiezan a organizar eventos online, donde se tocan diversos temas y se puede establecer contacto con personas de diferentes empresas que tal vez antes no tenían visibilidad.

En definitiva, estamos en una etapa de exploración, en la que vamos a seguir aprendiendo y mejorando día a día, teniendo en cuenta el contexto en el que nos toca vivir. En ese sentido, las primeras empresas en reaccionar, serán las que mejor se sobrepongan.