Primero México, luego España y Argentina, y ahora Estados Unidos. El paddle continúa conquistando mercado tras mercado en todo el mundo a medida que crece su popularidad. En América del Norte, la Pro Padel League (PPL), la competencia profesional del continente, capitalizó recientemente una exitosa segunda temporada al asegurar una ronda de financiamiento inicial por US$ 10 millones, con el respaldo de Left Lane Capital, Kactus Capital, Gary Vaynerchuk y otros inversores.
La liga, compuesta por diez equipos y todavía en una etapa incipiente, cuenta con algunas de las mejores figuras del mundo, como la número uno del ranking femenino, Ariana Sánchez Fallada, y destacados jugadores del circuito masculino como los argentinos Agustín Tapia y Federico Chingotto.
También está respaldada por celebridades como Daddy Yankee, y entre sus fanáticos se encuentran Ella Emhoff y Andrew Schultz. En apenas dos años, la PPL logró establecer una base sólida en todo el continente, con clubes desde Cancún hasta Toronto, y presencia en la mayoría de los principales mercados de Estados Unidos, incluidos Los Ángeles, Las Vegas, Nueva York, Miami y Houston.
La primera inversión institucional en la historia de la liga le permitirá profesionalizar sus operaciones y avanzar hacia el nivel de las grandes ligas deportivas norteamericanas. Se espera que los fondos se destinen a la contratación de un comisionado, un director de ingresos (CRO), un director financiero (CFO) y al establecimiento de una sede permanente.
Harley Miller, CEO de Left Lane Capital, declaró: "Al ver la explosión del paddle a nivel global, reconocimos la oportunidad de asociarnos desde el principio con la PPL para liderar el mercado de uno de los deportes emergentes de mayor crecimiento".
Agregó además que "el formato de la PPL, basado en equipos, permite que tanto los fanáticos como los jugadores se identifiquen con equipos vinculados a ciudades norteamericanas y con talento de primer nivel. Esta es una de las muchas razones por las que estamos entusiasmados en apoyar el crecimiento de la PPL, mientras construyen una nueva era para el pádel".
Por su parte, Mike Dorfman, CEO de la PPL, asegura que la reciente inversión permitirá "acelerar aún más" el ascenso explosivo del deporte de mayor crecimiento en Estados Unidos. En una conversación previa al anuncio de la inversión, Dorfman confesó que se introdujo en el mundo del pádel tras la pandemia de COVID-19. Como muchas otras personas, buscaba una forma de mantenerse activo y socializar respetando el distanciamiento. En Nueva York era imposible jugar al tenis, pero el pádel resultó ser la solución ideal para este extenista. En Padel Haus, el club más conocido de Brooklyn, Dorfman se enamoró del deporte al punto de abandonar la empresa tecnológica que había fundado y asumir como director ejecutivo de la incipiente liga profesional de pádel.
Ahora al frente de la PPL, Dorfman aspira a transformar la liga en un espectáculo deportivo profesional y vibrante. A pesar de la competencia evidente con los deportes tradicionales de América del Norte y con otras competiciones de pádel como Premier Padel y la Hexagon Cup, Dorfman está convencido de que el mercado estadounidense está abierto y listo para recibir al pádel. De hecho, afirma que "el potencial en Estados Unidos es ilimitado".
Con los grandes mercados ya en juego, el próximo paso de Dorfman es avanzar hacia ciudades secundarias y terciarias que están inaugurando sus primeros clubes de pádel. Aunque la expansión del deporte en EE.UU. parece estar casi garantizada —la Asociación Estadounidense de Pádel estima que el país contará con 15 millones de jugadores activos y 20.000 canchas en cinco años—, el lugar exacto donde se establecerán los nuevos equipos de la liga aún no está definido. Según Dorfman, eso dependerá de qué mercados maduren más rápido.
El atractivo del pádel va más allá de lo competitivo. Es un deporte social, que se juega en parejas, y que permite a personas de todos los ámbitos encontrarse, socializar y transpirar un poco. Es más dinámico que el pickleball, pero igual de accesible para quienes no tienen experiencia previa. Además, se convirtió en una fuerza cultural que sigue atrayendo inversores famosos del mundo del entretenimiento y de otros deportes importantes, como el fútbol y la Fórmula 1. Este atractivo cultural es una de las razones por las que Jolene Delisle decidió trabajar con la PPL.
Delisle es fundadora y directora creativa de The Working Assembly, una agencia creativa. Su equipo fue el encargado de diseñar la marca de la PPL. Sin embargo, para ellos se trataba de algo más que simplemente desarrollar una identidad visual: "se trataba de ayudar a construir una comunidad en torno a ella" y de dar forma a la identidad del deporte en Estados Unidos.
El desafío consistía en establecer una identidad norteamericana para la PPL sin dejar de respetar las raíces globales del juego. Según Delisle, la tipografía audaz y la paleta de colores vibrantes simbolizan la velocidad del deporte, sus ángulos marcados y su movimiento fluido. El resultado fue una marca inmediatamente reconocible, con una impronta enérgica, inclusiva y atrevida.
A pesar de su estética cuidada y de la reciente inyección de capital, la PPL sigue siendo una liga emergente en un mercado lleno de tiburones. Para convertirse en un deporte de primer nivel con espectadores fieles en Estados Unidos, el pádel necesita crear vías de desarrollo para los más chicos. Según Dorfman, esto implica infraestructura y programas escolares. Construir más canchas y clubes, además de ofrecerles a los chicos la posibilidad de comenzar a jugar en la escuela y seguir haciéndolo durante la universidad, garantizará que los niños norteamericanos se formen en este deporte. Además, la nueva inversión incrementará la probabilidad de que surjan estrellas locales.
Delisle está convencida de que el pádel se transformará en un deporte y una marca de primer nivel. Dice que "lo tiene todo: es rápido, social, e increíblemente divertido de jugar y de mirar". Sin embargo, para llegar al siguiente nivel, en su opinión, debe convertirse en "una experiencia". Asegura que si la PPL y el ecosistema más amplio del pádel logran contar bien la historia, el pádel puede pasar de ser un deporte global a convertirse en un movimiento cultural y de estilo de vida.
Por ahora, la PPL se concentrará en expandirse a nuevas ciudades y en establecer una nueva sede central. Dorfman adelantó que la temporada 2025 se desarrollará con los mismos diez equipos, aunque la liga ya está analizando una ampliación a doce franquicias para 2026. En 2023, las franquicias se vendían por US$ 200.000, pero a medida que la popularidad del deporte sigue en ascenso, se espera que ese número aumente de forma exponencial.
En 2025, los fanáticos podrán esperar un producto altamente consumible y digital. La PPL continuará utilizando la cámara con inteligencia artificial que probó la temporada pasada para generar mapas de calor de los jugadores. Además, sumará más micrófonos y cámaras alrededor de las canchas para ofrecer una experiencia audiovisual más rica, con más sonidos y ángulos de visión. Dorfman está especialmente entusiasmado con los intentos de la PPL por fusionar el deporte con el arte y la cultura. Para esta nueva temporada, se preparan eventos en vivo, experiencias gastronómicas, uniformes y palas con diseños únicos. Los fanáticos de América del Norte podrán disfrutar de toda la acción a través de más de 16 canales y plataformas de transmisión, que harán que el deporte esté al alcance de más de 300 millones de hogares.
Con información de Forbes US.