Cuando Marina Damil se graduó como licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires se encontró con un gran sentimiento de frustración. Sentía que había estudiado mucho como para no saber hacia donde apuntar su vida profesional. Solo tenía en claro dos cosas: que no quería trabajar en relación de dependencia y que las redes sociales eran la apuesta del futuro.
Aunque en ese momento no pudo verlo, aquellas dos ideas fueron los cimientos de todo lo que vino después. Hoy como consultora de comunicación es dueña de Pixel Digital Marketing, una escuela y agencia de marketing digital que tiene como objetivo formar a emprendedores para volver exitosos sus negocios. También fundó su propia marca personal en Instagram, donde administra la cuenta @marinadamil y tiene una comunidad de más de 17.000 seguidores con la que comparte estrategias y consejos de marketing.
“Empecé trabajando como Community Manager (CM) freelance y luego me di cuenta que yo tenía que ser la CM de mi propia marca personal y delegar todo lo demás en otros CMs. Mi escuela fue mi propio proyecto”, le cuenta Marina a Forbes acerca de sus inicios.
En la formación de ese proyecto al que nombró igual que a su perro, Pixel, la ayudó mucho intercambiar experiencias con otros emprendedores como Alejandro Sangenis, especialista en Comunicación y Neuroventas, Belu Barrague, fundadora de Sofía de Grecia; Vilma Nuñez, Directora de Convierte más; y también la lectura autodidacta de libros sobre emprendedurismo y desarrollo personal. Y en ese camino encontró la clave que unía todas las piezas, propias y ajenas, del puzzle de su carrera.
“Entendí que para que una empresa tenga éxito si bien es importante el modelo de negocios es mucho más importante la persona. Destinamos muchos esfuerzos a que tanto nuestros alumnos como clientes, entiendan y sean partícipes del proceso, evaluando todas sus potencialidades. No nos interesa tener un millón de alumnos o clientes, sino que buscamos casos de éxito personales”, cuenta Marina.
Y agrega: “En los servicios que brindamos de Marketing Digital busco meterme dentro de cada empresa o proyecto como si fuera mío, y hacer que tenga mayor rentabilidad. En las personas que trabajan conmigo busco esas características también: la curiosidad ante todo, el sentirse parte e ir a fondo con lo que se muestra. La comunicación es el capital más importante de nuestra época, y quienes no sepan cómo trabajarlo, se quedarán afuera de muchas cosas”, sostiene Marina.
¿Cómo se enseña a tener éxito?
Cuando Marina comenzó a publicar en su marca personal consejos de marketing digital y de buenos usos y prácticas en las redes sociales, le llegaron sus primeros consultantes y de a poco fue armando un equipo y una plataforma donde hoy hay varias carreras de marketing, cursos y capacitaciones.
“Llegué a capacitar a más de mil personas en esto en diferentes provincias y países y creo que el valor agregado es que siempre intenté enseñarlo como emprendedora y no como empresaria. Creo que enseñar es algo increíble, porque te potencia como pocas actividades y te hace crecer de forma continua. Las redes sociales son un punto de partida para muchas personas y es la capacitación más requerida. También es mi área de expertise, y es el core del negocio de Pixel. Sabemos exactamente cómo generar resultados a través de redes sociales, y es por eso que muchas personas se acercan a nuestra comunidad”, resalta.
Para hacer que un negocio gane escalabilidad y éxito es fundamental meterse en él y armar procesos continuos de comunicación, porque cada cosa a comunicar es una oportunidad de venta. Lo principal, cuenta la experta, es lograr posicionar a los emprendimientos de manera orgánica en las redes y luego generar anuncios competitivos.
“No nos gusta que las empresas desperdicien sus recursos, sino que nos basamos en KPI (Key performance indicators), para medir el rendimiento. El KPI más importante es la venta. Por lo general el servicio se termina pagando solo a largo plazo, y los propios clientes empiezan a entender que el asesoramiento permanente es importante”, explica Damil.
Los clientes que llegan a las clases, cursos y capacitaciones de Marina Damil tienen casi todos las mismas dudas: si es necesario aumentar la inversión en publicidad de su emprendimiento o no. “Y la respuesta que más me gusta dar es depende. Depende de las búsquedas, la competencia, el CPC y otras variables. Por eso es que muchas veces hacemos una consultoría previa a trabajar con la marca, para conocer a fondo su situación organizativa, de stock, y luego tomar acción por un tiempo”, relata.
Be to Be
Durante este 2022, Pixel dio un giro en su dinámica y se propuso que sus servicios sean “be to be”, es decir, ya no vender cursos al público en general sino a trabajar con empresas o instituciones proveedoras de servicios para capacitar a sus propios empleados o externos.
“Estamos trabajado con el Gobierno de Rio Negro, a través del Ministerio de Desarrollo Productivo, y Punto Pyme Bariloche, para capacitar a emprendedores de toda la provincia. En ese caso ganamos la licitación y estamos capacitando a dueños de pymes, emprendimientos y microemprendimientos de toda la provincia”, añade.
Con respecto a la venta de cursos para el público en general, Marina decidió hacer solo uno por mes. “El que tenemos actualmente está dirigido a nómadas digitales que quieren organizarse mejor en su trabajo o quieren formar un proyecto propio viajando, como lo hice yo a lo largo de todo este tiempo, usando las estrategias de Marketing Digital”, sostiene.
Enfocarse en la persona
Marina vive en Buenos Aires pero todos los meses- o a lo sumo cada dos- elige un nuevo destino para conocer. En cada lugar que visita, le gusta quedarse el mayor tiempo posible, porque considera que así es como realmente lo conoce. “He llegado a trabajar en lugares insólitos: estaciones de servicios, arriba de micros, aeropuertos, barcos, hoteles de lujo, hoteles low cost y no sé donde más”, cuenta.
Como su trabajo se basa en el diseño de estrategias para que otros las ejecuten, Marina puede compatibilizar su trabajo de agencia con su carrera docente y también con su regla personal de no trabajar a la mañana. “Aunque todas las mañanas intento compartir algo en mis redes sociales para iniciar el día, me gusta no pautar reuniones de trabajo hasta después del mediodía”, sostiene.
“Cuando no estoy nomadeando por algún lugar, busco intentar de adelantar todo lo posible mi trabajo. Trabajamos con metodologías ágiles y para mi ritmo de vida es necesario tener pausas y desconectarse unos días al mes. Mis clientes lo entienden, y confían en mí y en las personas que trabajan conmigo. El tema está en ponerle corazón a lo que haces y darlo todo. El corazón es único jefe”, concluye.