La desregulación del mercado aéreo ya había mostrado sus primeros efectos en lo que tiene que ver con la prestación del servicio de rampa, y ahora dio un paso más allá. Flybondi ya había autorizada a incursionar en ese terreno y JetSmart cerró un acuerdo con Aerohandling -de Aerolíneas Argentinas- para que le prestara ese servicio, aunque ahora aparece en escena el primer operador privado por fuera de las aéreas, y de capitales nacionales, con intenciones de atender las necesidades de algunas de las empresas de primer nivel.
El miércoles pasado la Secretaría de Transporte anunció que se había habilitado a la firma Fly Seg para sumarse a este negocio, lo que le permitirá ampliar sus operaciones en los 16 aeropuertos locales en los que ya trabaja. Hasta ahora, la empresa desarrollaba trabajos de todo tipo en las terminales -como checkin, embarque, desembarco o seguridad, entre otros- pero ahora se comenzará a mover en un nuevo terreno.
Fly Seg será la primera compañía de capitales nacionales en ingresar a este terreno y la segunda en general, ya que en enero pasado la uruguaya Air Class Cargo había recibido la autorización oficial, y luego del anuncio del Gobierno de que se desregularía el negocio.
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"Hace 10 años que estamos en el negocio aéreo pero ahora, con la desregulación, entendimos que era un buen momento para ampliar nuestro negocio", explicó a Forbes Matías Barrios, Director Regional de Fly Seg.
La autorización del Gobierno para explotar este servicio es por 15 años.
Hoy la empresa, que emplea a 226 personas, ya tiene como clientes a Iberia, Aireuropa, Copa Airlines, JetSmart, Sky, Level, American Jet y Paraná Air, además de atender a vuelos privados.
Si bien la idea de Barrios es sumar la mayor cantidad de estos clientes al nuevo negocio que pondrá en marcha, la realidad es que hoy no hay nada definido. "Venimos hablando con todos desde hace un par de meses, cuando presentamos todos los papeles para lograr la aprobación de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC)", explicó el ejecutivo.
Ante esto, hoy las cuentas que hace la empresa están basadas en una hipótesis de máxima, es decir la de sumar a todos sus clientes actuales. Si se diera esa situación, la idea sería duplicar tanto el nivel de facturación como el de empleados. Es decir que pasaría de $ 600 millones a $ 1200 millones, y de 226 trabajadores a unos 450.
Dentro de los cálculos, además, no se deben dejar de lado posibles contingencias que aparezcan entre las aéreas que hoy operan con la estatal Intercargo, que en los últimos tiempos tuvieron inconvenientes con el servicio.
La otra cuenta que hacen en Fly Seg es la de la inversión que le demandará este crecimiento. Siempre partiendo de la base de un piso determinado de futuros clientes, la empresa entiende que deberá desembolsar entre US$ 15 millones y US$ 20 millones para sumar todo el equipamiento necesario para comenzar a operar en el negocio de las rampas.
Al operar ya todo el resto de los servicios aeroportuarios, la empresa también apuesta a lograr un mayor argumento de ventas con la implementación de "paquetes" donde se incluyan las diferentes propuestas.
Para la compañía esta actividad será nueva, aunque en la Argentina, ya que presta este mismo servicio en algunos de los principales aeropuertos de Brasil, como el de Rio de Janeiro, San Pablo y Floranópolis. Además opera en otros seis países.
El servicio de rampa incluye tareas clave como el empuje de aeronaves, la colocación de escaleras para el embarque y desembarque de pasajeros, y la gestión de carga y descarga de equipaje, entre otros.
Más de una década
Fly Seg nació en 2014, con 10 empleados y una pequeña operación el aeropuerto de Ezeiza, y en 2015 logró su primer cliente, que fue creciendo y eso les sumó posibilidades. Luego fueron sumando a algunas firmas lowcost.
El salto de la ampliación del negocio que está dando ahora la empresa lo tenía previsto en 2018. Por ese entonces intentaron obtener la habilitación para operar el servicio de rampa en el Aeropuerto de El Palomar. Se iniciaron los trámites correspondientes y hasta se compraron algunos equipos, pero con el cambio de Gobierno todo dio marcha atrás.
La idea del oficialismo de abrir el juego a más participantes tiene que ver con una cuestión de plan de gestión, pero también con la idea de terminar con el monopolio de Intercargo, la firma estatal de handling que el Gobierno pretende achicar lo más posible, y hasta si es posible cerrarla.
Como parte de esto, además, el Gobierno dispuso que la tarifa está desregulada, por lo que cada aérea debe negociar los precios con el prestador del servicio.
"Está visto que se trata de un negocio que interesa a privados, por lo que perfectamente pueden llevarlo adelante. Este es uno de los casos en los que queda claro que la presencia del Estado no tiene ningún sentido ya que solo genera un gasto innecesario. A esto le tenemos que sumar todos los conflictos gremiales que terminaron por perjudicar a las aéreas y a los pasajeros", sostuvo una fuente del Gobierno a Forbes sobre la estrategia que hay sobre este caso en particular, pero que también sirve para ilustrar el futuro de las empresas en manos del Estado en general.
Con esto, y a partir del decreto 500/24, Intercargo perdió parte de las operaciones, ya que se le abrió la puerta a Flybondi para darse el servicio a si misma, y JetSmart ahora contrató a Aerohandling.
Según lo que se indica en la normativa vigente, hoy, cualquier empresa, sin necesidad de ser aerocomercial, puede acceder a la posibilidad de ofrecer el servicios, algo que desde ya podrá hacer una vez que cuente con la autorización de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).