Los entornos de trabajo distribuidos se convierten en la nueva norma y se está experimentando un aumento de la demanda de propiedades en áreas de vacaciones de lujo, como Lake Tahoe, a unas 200 millas de San Francisco, o The Hamptons, a 100 millas de Nueva York. Se trata de personas con buenos sueldos que escapan de la ciudad en busca de propiedades con más espacio.
Cada vez son más las empresas que dejan claro que los entornos de trabajo distribuidos son el futuro. Empezó con empresas como Square o Twitter, que poco después del encierro anunciaron que su plantilla no tendrá que volver a la oficina a menos que lo desee expresamente, y ahora gigantes como Google, Facebook o Apple, que ya no tienen prisa para que su personal regrese a la oficina y no espere que la situación vuelva a la normalidad hasta mediados de 2021.
Cuestiones a revisar
Estas son algunas de las empresas más innovadoras del mundo, que marcan tendencias de gestión: trabajar desde casa requiere repensar muchas cuestiones que se ofrecen a los trabajadores distribuidos, rediseñar los procesos de incorporación para los trabajadores que son contratados en procesos remotos, reducir y reutilizar el espacio de oficina, y sobre todo, repensar las políticas y la cultura empresarial: si quieres verla deletreada, consulta la nueva política de trabajo distribuido de la multinacional alemana Siemens, expresada en unas pocas frases:
"La base de este modelo de trabajo con visión de futuro es un mayor desarrollo de nuestra cultura corporativa. Estos cambios también estarán asociados con un estilo de liderazgo diferente, uno que se centra en los resultados en lugar del tiempo que se pasa en la oficina. Confiamos en nuestros empleados y capacitarlos para que den forma a su trabajo ellos mismos para que puedan lograr los mejores resultados posibles. Con la nueva forma de trabajar, estamos motivando a nuestros empleados mientras mejoramos las capacidades de desempeño de la empresa y afinamos el perfil de Siemens como empleador flexible y atractivo".
Este es el final del estar en la oficina para ser visto, para mantener un asiento caliente, o para no irse a casa antes que el jefe. Vestigios de una cultura absurda e irracional que simplemente trasladó el modelo de taller de la Revolución Industrial, con la supervisión constante del capataz, a tareas en las que no tenía ningún sentido. Cada vez más empresas se suscriben a modelos totalmente distribuidos, para brindar a sus trabajadores las condiciones adecuadas para ser productivos desde donde lo consideren oportuno, y para poder atraer y retener talento sin restricciones geográficas.
Autor: Enrique Dans (Forbes España).