Durante siglos, la compraventa de ganado vacuno no cambió demasiado. Se sucedían las épocas de vacas gordas con las de vacas flacas, y las vaquitas ajenas pasaban a ser propias con una operación de intercambio de cabezas por cash.
Pero en 2010 el mercado sacudió la cola y espantó métodos tradicionales. Surgió DeCampoACampo, una plataforma en la cual ya se han concretado desde entonces operaciones por más de 2 millones de cabezas, llevadas a cabo por una comunidad de unos 75.000 usuarios.
Pero ese ecosistema, que mueve más de 35.000 vacas cada mes, rumiaba un nuevo cambio, y en agosto pasado se concretó: se lanzó DeCampoPagos, una herramienta financiera para la ganadería que permite administrar eficientemente la tesorería de cada empresa.
“Es la solución a una ineficiencia financiera que tienen los productores ganaderos: existe un desfasaje entre los saldos generados por las ventas, que usualmente son pocos cobros de montos grandes estacionados a una fecha determinada, contra los gastos operativos que conlleva la actividad, que son muchos egresos pequeños distribuidos a lo largo de todo el año. Ese dinero, que para las empresas es 'plata transaccional', genera altos costos por la operatoria bancaria actual, lo que hace bajar la rentabilidad del negocio", explica el fundador de la compañía, Emilio Herz.
Ingeniero industrial, Herz es hijo de quien está desde 1973 al frente de Pedro Genta y Cía, una de las firmas más tradicionales del mercado ganadero. “Cuando en 2010 entré a la empresa, fue con la condición de cambiar el modelo comercial y transformarlo en online. Por eso presentamos DeCampoACampo. Tres años después, mi padre me cedió el 50% de su empresa consignataria y yo, el 50% de la plataforma. Hoy todas las operaciones que hacemos se facturan a través de Pedro Genta y Cía”, explica.
Cómo funciona
Herz dice no haberse inspirado en ningún modelo extranjero para su plataforma. “El 100% de lo que nos impulsó fue observar la dinámica local. Siempre me hizo ruido la operatoria tradicional, no solo con pagos fijos e inmovilizados frente a gastos corrientes cotidianos y variados sino con algo más importante. Compradores y vendedores nos poníamos de acuerdo en lo más difícil: generar confianza en la transacción, negociar el tema del transporte, discutir el peso de los animales. Y una vez que lo lográbamos, cuando todo el trabajo estaba hecho, le dábamos la plata al banco”.
Ahora, en cambio, queda en el ecosistema de la plataforma. Allí, aunque un vendedor acuerde que el pago se concretará 30 o 60 días después de haber entregado la mercadería, en la mañana siguiente a la de la operación ya puede tener, si quiere, el dinero disponible.
Claramente, no gratis. “Hay un ajuste comercial, un costo que es lo que permite tener a la vista el saldo desde el momento cero. Pero también existe para el vendedor -agrega- la posibilidad de que en lugar de adelantar el acceso a esos fondos, lo atrase y obtenga un beneficio”.
De este modo, el productor puede programar pagos, ya sea a una cuenta propia o a terceros, con importe y fecha exacta, y a través del medio de pago que prefiera: transferencia bancaria, cheque o e-check.
A medida que estos pagos se realizan, se genera un ajuste comercial en contra o a favor del productor según si se está adelantando o atrasando el plazo original. “Nuestra plataforma, que tiene más de 70 empleados, es rentable desde antes de lanzar DeCampoPagos, a partir de las operaciones de compra-venta de hacienda que llevamos hechas en más de una década. El ofrecer ahora ajustes comerciales en torno del 30%, frente al 45% que cobran los bancos, es un beneficio clave para los productores”, dice Herz. De hecho, es el gran imán para aumentar la base de clientes.
Es que, según explica, operan puertas adentro con tasa plana: arbitran lo que cobran como para que las tasas activa y pasiva estén prácticamente iguales.
¿Y qué sucedería si todos los usuarios quisieran retirar el mismo día sus fondos? “Tenemos más de $ 1000 millones en acuerdos de descubierto de nuestras cuentas en los principales bancos del país, y otros $ 500 millones más en cauciones sobre bonos y acciones de patrimonio propio. Si todos nos pidieran cobrar, el ruedo sería de unos $ 850 millones, así que nuestro aforo es más que conservador”, asegura Herz.
No toman depósitos: los fondos son exclusivamente los originados por las ventas de ganado a través de la plataforma. Hasta el momento tienen 700 razones sociales habilitadas, ya que se van generando las altas a medida que cada ganadero concreta su primera venta online en DeCampoaCampo.
En los primeros seis meses de operación, ya han procesado más de 5000 pagos, y estiman para este año generar transacciones por más de $ 25.000 millones. Al cabo de todas esas operaciones, las vaquitas serán ajenas y las penas, de ninguno.