Cómo es la estrategia que convirtió a Colorshop en la cadena de pinturerías más federal
Cecilia Valleboni Forbes Staff
Cecilia Valleboni Forbes Staff
En 1999, la familia Rodríguez, fundadora y dueña de Sinteplast, encontró la oportunidad de crear una nueva unidad de negocios a través del retail. Con ese objetivo, les propuso a las pinturerías de barrio y ferreterías -que eran clientes- reconvertir su negocio en una cadena, con el respaldo de Sinteplast, que siempre tuvo como objetivo mantener su enfoque en la producción de pinturas, un rubro en el que está presente desde 1959. Tiene tres plantas de producción en el país (Buenos Aires, San Luis y Córdoba), cinco centros de atención al cliente (Neuquén, San Luis, Córdoba, Tucumán y Chaco), y plantas en Bolivia, Uruguay, Paraguay y Brasil. Así nació Colorshop, la cadena de pinturerías que en 2024 celebró sus 25 años de historia.
"Colorshop fue la solución para que las pinturerías tradicionales o ferreterías de barrio pudieran competir con las grandes cadenas multinacionales que estaban llegando al país. Sinteplast les propuso, primero, un formato de comercio adherido, y luego fue incrementando un abanico de herramientas que permite a cada uno de los franquiciados hacer del negocio un éxito, como acuerdos con bancos, campañas y promociones, redes y venta online", explica Ezequiel Reilly, gerente de Retail de Colorshop. A través de los años, la marca se convirtió en una de las empresas más fuertes del mundo del franchising y ocupa el puesto número seis del ranking general, de acuerdo con datos de la Asociación Argentina de Franquicias, que nuclea a las franquicias registradas en el país.
Con 300 locales y presencia federal, Reilly destaca que son "la única cadena de pinturerías que tiene presencia en todas las provincias del país" y asegura que fue un gran hito para la compañía. Reilly recuerda que cuando ingresó a trabajar en la empresa, hace 20 años, tenía 68 locales y presencia en seis provincias. "El federalismo fue un desafío pero también un orgullo. Hoy tenemos más herramientas para conectarnos virtualmente y mantener la cercanía, pero dos veces por año nos juntamos con todos los asociados y hacemos reuniones para que todos se enteren al mismo tiempo de los desarrollos y propuestas", cuenta. Y añade: "Además, nos nutrimos de la cercanía que tienen con los consumidores, y muchos de los desarrollos e innovaciones vienen por ese canal".
El negocio de las pinturerías está compuesto por un mix de grandes cadenas de home centers, pinturerías tradicionales o ferretería y hasta corralones. "En Argentina, el consumo per cápita de pintura es bajo comparado con otros países de la región. No llega a 5 litros por persona por año. Hay muchas oportunidades para que el rubro pueda crecer", cuenta Reilly, que estima que Colorshop tiene un 30% de market share en el negocio de pinturerías. Además, como tendencia, la venta a través de home centers ronda el 15 o 20% y la venta online no llega al 10%.
Colorshop abre en promedio 20 nuevos puntos de venta por año. La inversión inicial para abrir una franquicia es de $ 86,5 millones más impuestos, con el stock inicial incluido. Con una facturación promedio de $ 120 millones (más impuestos) en su primer año, desde la empresa estiman que el tiempo de recuperación de la inversión inicial ronda los 12 a 18 meses. "Tenemos la política de que vendemos pintura, no vendemos pinturerías. Además, no vendemos productos de otros rubros", asegura.
El modelo de franquicias, que ayudó a que la marca conquistara el país, también le permitió ir más allá de las fronteras e inaugurar 50 franquicias en el exterior, incluyendo Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Brasil. El primer país al que llegó fue Bolivia, donde no existía el concepto de pinturerías; luego se expandió a los otros territorios donde Sinteplast tiene operaciones y en los últimos tres años comenzó el desarrollo en Chile, a través de un distribuidor.
Para asegurar el éxito en el negocio, Colorshop aconseja a sus franquiciados prestar especial atención a variables clave, como los costos operativos, una estrategia de marketing efectiva para mantener y expandir la base de clientes, y una buena gestión del inventario para garantizar la disponibilidad de productos en todo momento. "Tenemos un contacto muy estrecho con los asociados, estamos muy cerca de su día a día para acompañarlos. Buscamos que ellos también estén cerca del negocio, aunque no es necesario que trabajen de eso", cuenta.
Respecto de los cambios de comportamiento del consumidor, Reilly asegura que año a año se van aggiornando: "Lo vemos en el do it yourself, en las promociones bancarias -que le pusieron mucho dinamismo al sector-, o quién compra la pintura, ya que antes lo hacía el mismo pintor, pero también en materia de los colores en tendencia". Además, resalta las acciones que Colorshop realiza en materia de responsabilidad corporativa. A través de "Colores que Suman" busca generar cambios en las comunidades en las cuales impacta, llegando a quienes más lo necesitan con el objetivo de transformar y renovar distintas instituciones y ONG de la mano de Julián Weich, actor, conductor, embajador de Unicef y creador de la marca social "Conciencia", la cual comercializa su pintura exclusivamente en tiendas de Colorshop. "Nuestra presencia nacional nos impulsa a desarrollar una iniciativa federal que busca sumar a través de los colores y colaborar con quienes colaboran", destaca Reilly.