Si mirás alrededor del mundo, verás una mezcla de resultados cuando se trata de personas que intentan lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida. Muchos países europeos han promulgado leyes para definir los límites. Por ejemplo, en Francia, la legislación garantiza que las personas puedan desconectarse y tener un límite claro sobre cuándo termina el trabajo. En Hong Kong, más de un tercio de los trabajadores trabaja más de 10 horas al día, con solo un día de descanso por semana garantizado.
Estados Unidos no tiene tanto exceso de trabajo como algunas naciones, pero el equilibrio entre el trabajo y la vida no está tan arraigado en la cultura como en otros países. En lugar de planes patrocinados por el gobierno que podrían ofrecer protecciones más amplias, hay un gran énfasis en el éxito individual basado en el mérito y el propio deseo de triunfar. Como resultado, la lucha por el equilibrio entre el trabajo y la vida tiene que ser intencional.
Pero es una pelea que se puede ganar. En mi experiencia, la victoria requiere tres componentes clave:
Reconocer el problema
Abordar el equilibrio entre el trabajo y la vida comienza reconociendo y admitiendo que es un problema. Para muchos de nosotros, este reconocimiento suele llegar demasiado tarde. Cuando el equilibrio entre el trabajo y la vida no es bueno, los seres queridos, tal vez tu pareja o tus hijos, ven que no pasás tanto tiempo con ellos, llevando a tus hijos a la escuela, asistiendo a eventos deportivos o conferencias de padres y maestros. Los niños pueden sentirse poco importantes o abandonados, y se puede generar resentimiento cuando los padres no están de su lado cuando se sienten vulnerables.
Parte del problema también es la falta de reconocimiento del valor de las interacciones y tareas cotidianas, como cocinar o cuidar a los niños. Nuestra sociedad tiende a pensar que criar y cuidar a una familia es lo segundo, mientras que ganar dinero es lo primero. Pero cualquiera puede ganar dinero. Si cambiás estas prioridades y te enfocás en tu familia, tus relaciones pueden encontrar una mejor base porque se comparte la responsabilidad de mantener a la familia conectada y cuidada.
Descubrí que una mayor igualdad y aceptación de que el trabajo de uno de los padres es tan importante como el del otro, que las necesidades de tus hijos son tan importantes como el trabajo e incluso que el tiempo personal y el cuidado personal son importantes para tu propio bienestar puede conducir a menos frustración fuera de la oficina. Te permite tener conversaciones y conexiones más positivas con tus seres queridos en lugar de disculparte o resolver conflictos siempre.
Administrar el tiempo y establecer prioridades claras
Si querés igualdad y equilibrio entre la vida laboral y personal, tus acciones deben demostrarlo, que es donde entra la gestión del tiempo y la priorización. Un buen objetivo es dedicar menos tiempo a las reuniones. Lo ideal es limitarse a no más de 15 minutos. Después de todo, es probable que no estés lidiando con una crisis nuclear sino con problemas simples que no deberían tomar mucho tiempo para decidir. La buena comunicación es fundamental para administrar tu entorno y proteger tu tiempo, así que no dudes en insistir en la rendición de cuentas o excusarte una vez que hayas cumplido con tus obligaciones.
Estate dispuesto a establecer límites claros y expectativas sobre con quién te comunicarás y cuándo. Tengo claro con todos que siempre atenderé a la familia primero. También enviá un mensaje claro pero bueno de que uno es confiable. Si alguno de los miembros de mi familia llama mientras estoy al teléfono, le diré a la otra persona con la que estoy hablando que tengo que ponerlo en espera o devolverle la llamada. Cuando establecés y seguís este tipo de reglas básicas, el equilibrio entre el trabajo y la vida es más fácil porque todos saben cuáles son tus prioridades y cómo contabilizarlas.
Ser flexible
A medida que las personas debaten sobre el trabajo remoto y el futuro del trabajo en general, hay una razón por la cual el beneficio clave que la gente quiere es la flexibilidad: la gente sabe que la flexibilidad es fundamental para poder hacer malabarismos con las responsabilidades de una manera menos estresante y más productiva. Pero la flexibilidad también significa que podés mostrar más amor y cuidado.
Digamos que tenés pareja y quiere salir a cenar. Si no te decidís a llegar a casa a cierta hora, es posible que pierdas tiempo con ellos y crees fricciones innecesarias en la relación. Es posible que puedas compartir algunas sobras una vez que llegues a casa, pero eso no demuestra el cuidado y la atención que merece una relación. Estate dispuesto a reorganizar tu horario de vez en cuando. Si tenés trabajo restante que debés terminar, fijate si podés terminarlo cuando llegues a casa o temprano en la mañana. Si sos flexible y constante, las personas te verán como alguien confiable porque has prestado atención a tu pareja sin dejar de cumplir tus promesas de trabajo.
Mi consejo es estructurar tu horario en función de tus personas más importantes, pero no digas que nunca atenderás una llamada de trabajo o que trabajarás temprano o tarde. Como líder, naturalmente tenés responsabilidades hacia tu negocio, pero no permitas que esas responsabilidades se vuelvan más importantes que cuidar a las personas que más te importan. Podés ser flexible como líder, así que utilizalo para cuidar de vos mismo y de tus seres queridos sin sacrificar tu trabajo.
*Con información de Forbes US