En el panorama empresarial actual, cada vez más impredecible, los propietarios de pequeñas y medianas empresas se enfrentan a una serie de desafíos e incertidumbres que pueden interrumpir sus operaciones e impedir su crecimiento.

Algunas de las mayores exposiciones al riesgo en la actualidad provienen de las condiciones económicas, con una encuesta reciente de nuestra compañía que encontró que dos tercios de los dueños de negocios esperan una recesión en los próximos seis meses, y la mayoría de este grupo espera que sea peor que la Gran Recesión de 2007 a 2009.

Además de estas presiones económicas, los dueños de negocios enfrentan más complejidades debido a la digitalización y los rápidos avances en IA, vulnerabilidades de ciberseguridad, desafíos en la cadena de suministro y regulaciones gubernamentales en evolución. También enfrentan riesgos más nuevos, como la incertidumbre geopolítica, decisiones sobre cuándo (o si) regresar a su fuerza laboral a la oficina y mucho más.

Navegar por el volátil entorno empresarial actual y prepararse para cualquier curva que se presente a continuación requiere estrategias integrales de gestión de riesgos. Es comprensible que muchos dueños de negocios no tengan la experiencia o el tiempo para manejar eso por sí mismos.

Ahí es donde los socios de gestión de riesgos, incluidos asesores financieros, profesionales de seguros, abogados, expertos en seguridad cibernética, socios bancarios y otros, pueden intervenir como recursos críticos, brindando experiencia, orientación y soluciones para ayudar a proteger a las empresas contra posibles escollos.

A continuación, algunas consideraciones clave para ayudarte a identificar e involucrar a socios efectivos de gestión de riesgos.

1. Comenzá con un profesional o asesor financiero de calidad

Si no tenés uno o te preguntás si los socios existentes son los más adecuados para tu negocio, podés comenzar hablando con otros líderes empresariales en tu red. Sus experiencias a menudo te dirán más que cualquier sitio web o folleto de marketing. Una vez que hayas identificado algunos candidatos, recomiendo los siguientes pasos:

• Entrevistas de conducta: esto te ayuda a encontrar el socio que más se alinea con tus necesidades. Podés esperar que te hagan preguntas sobre tus inversiones actuales, objetivos financieros, necesidades de seguro, planes de jubilación y nivel de riesgo de inversión.
• Credenciales: las certificaciones no garantizan la competencia, pero es ideal asociarse con un profesional con licencia. Las designaciones comunes incluyen planificador financiero certificado (CFP), analista financiero colegiado (CFA), consultor financiero colegiado (ChFC), analista de gestión de inversiones certificado (CIMA), contador público certificado (CPA) y asegurador de vida colegiado (CLU).
• Compensaciones: no hay una manera correcta o incorrecta, pero asegurate de que se alinee con lo que te resulte cómodo. A algunos profesionales de la inversión se les paga una comisión, otros cobran una tarifa y algunos cobran una tarifa más comisión.
• Conexiones: un profesional o asesor financiero a menudo puede servir como un "mariscal de campo de gestión de riesgos" al conectarte con otros socios más especializados en su red, incluidos agentes de seguros comerciales, consultores de beneficios, prestamistas, abogados o expertos en tecnología de la información.

2. Concentrate en tus activos más importante: tus talentos

Con muchos temiendo lo peor en términos de condiciones económicas, es fácil dejar que la emoción impulse la toma de decisiones. Sin embargo, es importante recordar que eliminar a tus mejores talentos o no invertir en los beneficios o compensaciones que hacen que quieran quedarse en tu empresa conlleva su propio riesgo.

Cuando las condiciones económicas mejoren, querrás estar listo para capitalizar el medio ambiente en lugar de ver a tus competidores hacerlo mientras reconstruís tu equipo. Si no comprendés tus opciones, podés correr el riesgo de perder tu activo más importante: tu gente.

Cuando busques un asesor financiero, buscá uno con una sólida red de socios clave que puedan ayudar a brindar orientación y apoyo en áreas como la planificación de compensaciones, los programas de bienestar financiero y la planificación de la sucesión. También deberían poder ayudarte a crear un paquete de beneficios de jubilación competitivo. 

3. Pensá en términos generales al planificar el riesgo

La mayoría de las organizaciones se enfrentan a amenazas prevenibles, estratégicas y externas que pueden gestionarse identificando y planificando el riesgo. Cuando golpeó la pandemia, muchos líderes empresariales se vieron sorprendidos por riesgos que nunca imaginaron.

La pandemia sirvió como un duro recordatorio de la importancia de pensar en el futuro y prepararse para lo inesperado. Un buen socio de gestión de riesgos puede ayudar a proporcionar esta planificación con visión de futuro y contingencia.

Cuando involucres socios de gestión de riesgos nuevos o existentes, asegurate de que tu discusión incluya los siguientes tipos de riesgos para identificar posibles brechas en su estrategia:

• Riesgo de personas: ¿tu empresa ofrece los beneficios, recursos e incentivos para atraer, retener y desarrollar la fuerza laboral que necesitás para perseverar y crecer?
• Riesgo financiero: ¿cómo afectaría el aumento de las tasas de interés, una recesión económica, la inflación a largo plazo o las interrupciones en el flujo de efectivo de tu empresa a tu capacidad para satisfacer las necesidades de los clientes?
• Riesgo de responsabilidad: ¿cómo afectaría a tu negocio un evento meteorológico, un accidente o una demanda? ¿Tu póliza de seguro cubre todo lo que creés que cubre? ¿Estás pasando por alto un problema de responsabilidad al no trabajar con un abogado?
• Riesgo de socios: ¿las instituciones y las personas que administran el riesgo de tu empresa tienen el historial o la solidez financiera para demostrar que podés contar con ellos cuando los necesites?

Cuando identifiques las brechas en tu estrategia, podés identificar la oportunidad de aprovechar los socios existentes para abordarlos, o la necesidad de traer un nuevo socio a la mesa.

*Con información de Forbes US