En 2003, el difunto escritor y banquero de inversiones Matther Simmons predijo que, con "certeza", en 2005 Estados Unidos entraría en una crisis de gas natural a largo plazo para la que la única solución era "rezar". T. Boone Pickens y una serie de expertos en energía de alto perfil estuvieron de acuerdo.
ConocoPhillips y ExxonMobil hicieron grandes adquisiciones de empresas de gas natural, apostando por un futuro con precios del gas natural mucho más altos. Se estaban construyendo terminales de importación de gas natural licuado (GNL) para ayudar a hacer frente al déficit de suministro previsto.
En 2005, la producción estadounidense de gas natural había empezado a desplomarse. Los precios al contado del gas natural subían regularmente por encima de los 10 dólares por millón de unidades térmicas británicas (MMBtu), y a veces hasta 15 dólares/MMBtu.
Lo que ocurrió a continuación fue imprevisto. Los productores de gas natural estaban experimentando con una combinación de fracturación hidráulica ("fracking") y perforación horizontal. Su éxito lo cambiaría todo.
En lugar de seguir desplomándose, en 2007 la producción de gas natural de EE.UU. estaba aumentando considerablemente. La industria se encontraba en las primeras fases de la mayor expansión de la producción de gas natural estadounidense de su historia.
Una década después, la producción de gas natural era un 50% superior al nivel de 2007. Hoy, es un 86% superior y sigue subiendo. En el camino, las terminales de importación de GNL se convirtieron en terminales de exportación de GNL, y se construyeron muchas más.
La expansión del gas natural fue tan espectacular que, en 2016, Estados Unidos comenzó a aumentar bruscamente las exportaciones de GNL. Al principio, las exportaciones eran una gota en el océano comparadas con las de Qatar y Australia, los dos mayores exportadores de GNL del mundo. Pero el aumento fue vertiginoso, y para 2022 parecía una posibilidad que Estados Unidos pronto superara a esos países como el mayor exportador mundial de GNL.
Eso ha ocurrido ahora, según los datos recopilados por Bloomberg. Los datos hasta finales de diciembre de 2023 mostraban unas exportaciones estadounidenses récord de 91,2 millones de toneladas métricas. Estados Unidos se convirtió en el primer exportador mundial de GNL en 2023, superando a Qatar y Australia.
El aumento de la producción se atribuyó a la vuelta de Freeport LNG a pleno servicio, que añadió 6 millones de toneladas métricas, y a la producción de todo el año de la planta de Calcasieu Pass de Venture Global LNG, que añadió 3 millones de toneladas métricas más que en 2022.
Se trata de un logro extraordinario para los productores estadounidenses de gas natural, pero es aún más impresionante si se tiene en cuenta el estado de la industria en 2005. Resulta que predecir el futuro es difícil, incluso para un supergrande integrado como ExxonMobil.