Una diseñadora gráfica de 31 años está investigando un asesinato. Junto con un amigo cercano, busca en una caja de recortes de periódicos viejos, registros financieros e informes policiales mientras intenta resolver la espantosa muerte de Jake Morgan, el cantante principal de Just4fun, una banda de chicos ficticia.
Cada mes, Nicole paga alrededor de US$ 30 a la startup Hunt A Killer con sede en Baltimore para recibir una nueva entrega del juego. Se necesitará una "temporada" completa de seis cajas, con un costo de US$ 180, para llegar al fondo de la muerte de Morgan. No pierdo el tiempo cuando se trata de resolver estos casos, dice Nicole, quien sigue sus resultados con un lápiz en una carpeta. "Soy completamente adicta a investigar cosas ahora".
Hunt A Killer se juega casi en su totalidad sin conexión, y ése es en gran parte el punto. "No hay un mejor momento para dejar el teléfono, salir de Twitter y desconectar todos estos otros dispositivos", dice el director ejecutivo, Ryan Hogan, de 36 años, ex oficial de la Marina de los Estados Unidos en servicio activo. Nos estamos volviendo locos ahora mismo. Todos necesitamos poder desintoxicarnos".
El año pasado, la compañía de Hogan, que cofundó con su amigo de la infancia Derrick Smith, de 37 años, generó US$ 27 millones en ingresos vendiendo suscripciones, ediciones premium "todo en uno" y colecciones de entregas anteriores (desde US$ 140 por seis cajas). La pandemia está dando un gran impulso: este año, Hunt A Killer debería registrar alrededor de US$ 50 millones en ingresos y espera obtener ganancias por primera vez. Los dos fundadores poseen el 85%, con un valor estimado de 68 millones de dólares.
Hunt A Killer se remonta a una empresa de ropa fallida llamada Warwear que Hogan comenzó con su esposa mientras aún estaba en la Marina. Atascado con camisetas sin vender por valor de US$ 100.000, en 2011 Hogan se asoció con Smith para organizar una serie de carreras de 5K con temas de terror llamadas Run for Your Lives (los participantes huyeron de los zombis plantados alrededor del campo). Esa empresa quebró, pero la experiencia hizo que el dúo tomara un camino empresarial que para 2016 se había transformado en las primeras entregas de Hunt A Killer.
Trabajando desde el sótano de Smith, los cofundadores hicieron todo ellos mismos, desde diseñar los juegos hasta empaquetarlos y enviarlos. Para 2017, la compañía tenía 25.000 suscriptores y seguidores de culto en Facebook. "Covid ciertamente aceleró nuestro camino", dice Hogan, "pero no somos una empresa basada en Covid".
"Si podemos hacer estas experiencias increíbles que brindan ese escapismo y te sumergen en una historia", dice Hogan, "simplemente no hay nada más grande".
Autor: Elisabeth Brier
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