La mitad de año ya llegó y comienzan a notarse los casos de estrés laboral. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el síndrome de burnout -o síndrome del trabajador quemado- afecta a un 10% de la población mundial. Su origen antecede la pandemia, pero los expertos coinciden en que con la llegada de la COVID-19 se acentúo aún más.
En el caso de Argentina, según diferentes estudios, aproximadamente el 80% de los trabajadores lo padecen. Esta situación hace que uno de los desafíos del área de recursos humanos sea generar políticas y beneficios para mantener contentos, felices y contenidos a los colaboradores.
Una de las estrategias más utilizadas para contrarrestar este síndrome del trabajador quemado son los programas de beneficios, con descuentos en gimnasios, cursos, clases de yoga o mindfulness dentro de la empresa, promociones de entretenimiento, entre otras actividades.
“Es de suma importancia poder empatizar con los colabores de una empresa, mejorando su bienestar, sobre todo en estos momentos tan difíciles para el país”, comenta Javier Ailbirt, creador y CEO de TheEye, la única plataforma de automatización de procesos con Inteligencia Artificial y metodología propia que garantiza un repago menor a 6 meses. “Las empresas tenemos un rol clave, no solo para brindarle a las personas una retribución económica, sino también un bienestar mental y emocional. Estos son aspectos fundamentales para retenerlos y satisfacer sus necesidades”, añade.
Si bien con el cambio tecnológico cada vez se está más alejado de las líneas de producción fabriles, pasando de utilizar máquinas industriales a computadoras, el trabajo repetitivo y monótono está más presente que nunca. Este tipo de tareas que son necesarias, tienen algo en común: suelen ser sencillas, repetitivas, monótonas y no requieren talento humano.
Por estos mismos motivos es que, quién realiza dichas actividades tiene tendencia a no sentirse identificado, a frustrarse y sufrir burnout. Tareas como descargar o subir información a sitios web, realizar conciliaciones, cargar facturas, armar reportes, validar información, son algunos de los cientos de ejemplos que se pueden encontrar.
A estas tareas administrativas, propias de la organización, se suman tareas con organizaciones externas que surgen como parte de la regulación impositiva y trámites como por ejemplo los cálculos de percepciones y retenciones, información de DDJJ, entre otros.
Hoy en día la tecnología permite desarrollar robots de software, quienes tienen una gran capacidad para resolver tareas de esta índole. Entre estos robots está la automatización de procesos de negocio que consisten en un conjunto de algoritmos de software encargados de realizar tareas siendo muy eficaces en lo que hacen, debido a que poseen una mayor velocidad de cálculo, mayor memoria y pueden comunicarse en el lenguaje de los sistemas.
Un proceso que podría llevar entre 10 y 20 minutos de forma manual, un robot de software es capaz de resolverlo en segundos. Entre las ventajas de la automatización se puede mencionar que son robots que no se equivocan, que pueden funcionar 24x7, aceleran los tiempos de proceso generando más oportunidades, reducen costes y lo más importante es que liberan tiempo, para que el talento humano pueda utilizarlo en actividades de mayor valor, importancia y sentirse más satisfechos con lo que hacen.
“Según informes mundiales, del total del tiempo empleado en una compañía, en promedio, un 53% se utiliza en actividades administrativas y de control. Con la automatización de procesos se puede liberar hasta un 30% de esas actividades. Si bien por lo general, abundan en los sectores administrativos, todas las áreas poseen operaciones que son automatizables”, alerta Ailbirt.
Una persona motivada y feliz es el mejor recurso de cualquier compañía, y la colaboración de los robots de software ayudan a que esto suceda.