A contramano de la euforia del mercado, los socios de Delphos esperaban un mal resultado electoral para Macri y evitaron pérdidas a sus clientes. Ahora cuentan lo que viene.
El viernes 9 de agosto, el día en que el mercado celebraba por anticipado y con euforia desmedida un gran resultado para Mauricio Macri en las PASO de ese domingo, no fue un buen día en las oficinas de Delphos Investment.
Los socios de la consultora financiera que, a contramano de todos los analistas y assets managers del mercado, aconsejaban a sus clientes huir de los activos locales se hundían en la desazón a medida que se acentuaba el rally alcista al que los primos Leonardo y Nicolás Chialva, Santiago López Alfaro, Roberto Planas y Esteban Benegas Lynch no le encontraban fundamento. Estaban convencidos de que el supuesto buen resultado electoral de Macri no sería tal ?preveían una diferencia de al menos 7 puntos entre Alberto Fernández y el Presidenté y por lo tanto no había motivos para asumir riesgo argentino. Hasta perdimos un cliente por sostener eso, cuenta Leonardo Chialva.
A partir del lunes 12, en cambio, empezó la otra locura, acota López Alfaro. Desde entonces, los teléfonos de los Delphos boys queman. Del reperfilamiento soft de vencimientos a una reestructuración más agresiva de la deuda, controles de cambios y quién sabe qué más mientras se imprimen estas páginas, los nuevos gurúes de la City cuentan qué ven ahora: Alberto Fernández, bonos y acciones locales y, sobre todo, quiénes son los que pueden ganar en este contexto.
Con la perspectiva de que Macri no haría una buena elección, ustedes recomendaban enfáticamente a sus clientes salir de Argentina. ¿Tan grave es Alberto Fernández?Nicolás Chialva: Es una cuestión de riesgos: básicamente un mercado comprado a un escenario de bajas probabilidades y con poco upside, en lugar de estar vendido o neutro, apostando a un escenario mucho más probable y con grandes chances de controlar la magnitud del impacto. Todas las cuentas daban mal y, aun si nos equivocábamos y a Macri le iba bien, quedaba mucho margen para entrar.Leonardo Chialva: En absoluto, no es que Alberto sea malo. El problema es que la gente que entró comprada no es la gente que tiene que estar comprada por el contexto que viene ahora. Dicho de alguna manera, entró comprado el inversor sofisticado, el banco que les presta a las grandes multinacionales. Hoy el que tiene que estar comprado es la cueva, uno que se embarra más.
¿Solo para ellos están las oportunidades?S. López Alfaro: Sí, solo para aquel que tiene el bonete, la cintura, el bolsillo y el coraje para aquel que se comporte como un fondo distressed. Acá no está el que mira el cuponcito y compra porque el bono rinde un 20% o 40%. No importan los rendimientos de los bonos sino qué valor de recupero hay. Si yo compro a US$ 35 y se repite la experiencia en el mundo, esto lo vendo a US$ 60. La pregunta del millón es en cuánto tiempo. Aún no lo sabemos. LC: Como los acontecimientos siguen siendo malos, los únicos que están para Argentina son los distressed, aquellos inversores que lidian con carteras en precios de reestructuración. Ese inversor entra a US$ 35, a menos de US$ 40, que es donde estamos ahora. Es una nueva zona que abre una gama de oportunidades impresionante para el que maneje su cartera con esa mirada. Solo bonos. Tal vez el día de mañana se puedan empezar a mirar otros activos como bancos o petróleo.
¿Qué impacto produce el regreso del control de capitales?NC: No cambia la mentalidad con la que hay que operar hoy activos argentinos, entendiendo que hay una zona en la que puede haber valor, aun con oscilaciones de precios significativas dentro de esta zona y en la que hay que invertir con paciencia, no buscando hacer trading de un día para el otro. Cuando se anuncia el reperfilamiento de la deuda de corto plazo, se admite un problema de liquidez y se deja entrever un problema de solvencia. LC: Ahora empiezan a aparecer reconfiguraciones porque aparece la oportunidad. Entonces está el tipo que dice: Yo ya zafé y no quiero tocar un bono de Argentina, tenías razón, y están los pocos que empiezan a entender que se abre un nuevo juego que no cambia con las nuevas regulaciones del BCRA.
¿Eso quiere decir que ya se tocó el pisóSLA: La historia en estos casos te dice que estás en la zona de US$ 35 de paridad, y estamos ahí. Los bonos en Nueva York están en US$ 42. NC: Es crucial entender que estamos en un escenario sumamente inestable, con un mundo que una semana se comporta más estable y la otra menos, lo mismo que la política argentina, con el candidato de mayores probabilidades de ser Presidente diciendo que tiene financiamiento de China si necesita. Eso es una volatilidad enorme. Si hacemos piso o no en un determinado nivel es cuestión del día a día.
No me animo a preguntar cómo ven la película hacia fin de año. Hace poco más de un mes, un default era una idea algo extraviada; hoy parece inevitable. ¿Es inevitabléSLA: No, es evitable. Hay vencimientos por US$ 10.000 / US$ 12.000 millones de acá a fin de año y tenés reservas para pagarlos, más los US$ 5.400 millones del Fondo Monetario Internacional que tienen que llegar en algún momento. Ahí el tema es que el Gobierno actual o el que viene va a tener que entrar en algún tipo de canje, con algunos vencimientos, porque los números están muy, muy justos.
Hablemos de la inquietud más básica y elemental de los argentinos: el dólar.LC: El dólar es todo mala praxis. Si no se encara esto con un plan de fondo y en serio, que implica cortar de cuajo con todo el tema de los pasivos remunerados del Banco Central (Leliqs, Lebacs, entre otras), reforma de la carta orgánica del Banco Central, jurar y perjurar que no vamos a usar nunca más al Banco Central para nada raró
Proyectemos la película: una de las últimas ilusiones del mercado es que Alberto Fernández haga un giro a lo Carlos Menem. ¿Qué Alberto compran ustedes?LC: Acá me parece que hay otra fantasía, que es querer que Alberto Fernández aplique las medidas de Mauricio Macri. Macri perdió y Alberto ganó. Y ahora quieren venderle a Alberto el programa ortodoxo de Macri. Yo creo que compraría el Alberto peronista.