Cada emprendedor tiene diferentes historias sobre cómo y por qué comenzó su negocio. Empecé mi negocio por accidente. Para resumir, no planeé comenzar uno. Por esa razón, no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, es un sentimiento que estoy dispuesto a apostar que tienen muchos emprendedores, independientemente de su experiencia.
Estas son algunas de las lecciones que aprendí que habrían sido inmensamente útiles si las hubiera sabido cuando comencé:
1. Es difícil
No hay forma de endulzarlo: iniciar un negocio es difícil. Mantener y hacer crecer un negocio es difícil. Hay numerosas noches de insomnio que se pasan trabajando y preocupándose. Hay desánimos y dudas constantes. No rendirse es la clave.
Buscá persistentemente las soluciones en lugar de insistir en los problemas. Si solucionás los problemas a medida que surgen, se vuelve más normal y, poco a poco, se vuelve más fácil.
2. Nunca dejas de aprender
En cualquier etapa del negocio, siempre hay cosas nuevas que aprender. Lo que aprendo cada año mientras intentamos pasar al siguiente nivel o simplemente mantener el nivel actual es que siempre hay formas nuevas y mejores de manejar las cosas. La cantidad de nuevos conocimientos que tengo que absorber es indescriptible.
Como una persona a la que le encanta aprender cosas nuevas, es una bendición y te animo a pensar en ello de la misma manera. Tener curiosidad por buscar formas más efectivas de hacer funcionar las cosas puede convertirse en una gran ventaja.
3. En algún momento, hay que ejecutar
Muchos empresarios predican sobre esto y estoy totalmente de acuerdo en que es uno de los rasgos más importantes que se deben tener al administrar y hacer crecer un negocio. Ejecutá lo que aprendiste. Ejecutá lo que decidiste. No hay otra forma de averiguar qué funciona o qué no funciona a menos que ejecutes y recopiles datos para evaluar el éxito.
4. Sé flexible
Hay muchos factores que no son controlables: la economía, los empleados, los clientes o incluso asuntos personales que pueden ocurrir en cualquier momento. Sin mencionar que tus creencias iniciales también podrían ser incorrectas. Debés tener la mente abierta sobre los cambios cuando sean necesarios y estar dispuesto a ser lo suficientemente flexible para aceptarlos.
5. Está bien cometer errores
Nunca aprenderás a menos que cometas errores. Cómo lidiás con tus errores es lo que hace la diferencia. Reconocé tus errores y pasá a corregirlos. Aprender cómo te ayudará a tomar mejores decisiones y cometer menos errores en el futuro.
Por supuesto, estas no son las únicas lecciones que he aprendido. Hay tantos otros que pueden ser más importantes o valiosos para diferentes personas. Pero espero que mis experiencias puedan ayudar a quienes están iniciando o considerando iniciar su negocio.
*Nota publicada en Forbes US