Carla Monrabal fue designada por el gobernador Axel Kicillof para presidir uno de los puertos más importantes del Río de la Plata y del país, el Puerto de Dock Sud, siendo la primera mujer en acceder a un cargo de esta índole en la provincia y la segunda a nivel nacional.
Cuando llegué, había un 33% de mujeres. Pero cuando lo analizaba en profundidad solo un 3% estaba en sectores masculinizados; el resto estaba en áreas administrativas y no tenían participación en mandos medios ni gerencias, rememora la ejecutiva, la primera mujer elegida para presidir el Consejo Portuario Argentino (CPA), organismo que nuclea a los puertos públicos del país.
Así encaró un proceso de incorporar mujeres a lugares no tradicionales. Cuando uno sale a buscar un determinado perfil, no existe. Pero tal vez porque no se visibilizó. Desde los roles que ocupamos tenemos que trabajar en visibilizar, y si no existe hay que capacitarlo y crearlo, asegura la ejecutiva, que cree en apostar por la inclusión y trabajar junto al género masculino.
En el puerto nos pasa que encontrar ingenieras no es tan difícil, pero cuando vamos a soldadoras o electricistas es más complejo, describe. Cuenta que trabaja con algunos programas de política pública, como Sello de Igualdad, que es una combinación entre 3 ministerios: Género, Trabajo y Producción; y que crearon el programa Formar para trabajar, donde se analiza la necesidad del recurso humano que se necesita en las empresas y con ese insight se forman.
Estamos capacitando un 80% mujeres. Son 8 meses de oficio y de ahí deberían salir con un trabajo: electricidad, albañilas, entre otros. En este sentido, Monrabal cuenta que trabajan con entidades gubernamentales y sindicatos para formar e incorporar mujeres en el sector. El cupo hace falta, es una herramienta útil para lograr la equidad. Tenemos artículos de una ley de 1927 que impiden por ejemplo que una mujer con hijos pueda trabajar en nuestro sector, dice. Para la ejecutiva es clave trabajar en el desarrollo de carrera. En el Puerto, por caso, trabajan para que hombres y mujeres pueden capacitarse en mandos medios.
Es un proceso. A futuro, implica no llegar a un lugar por ser mujer, pero que tampoco sea una condición de exclusión, destaca.