Dedicada al cultivo de marihuana, Canopy Growth se instaló en Argentina con fines específicamente científicos. Unas 400.000 personas integran su mercado potencial.
"Es muy amplio el espectro de personas que están aceptando que el cannabis en su forma original es beneficioso para la salud”, dice Marcelo Duerto, hoy Country Manager en Argentina de Canopy Growth Corporation, la compañía de origen canadiense dedicada al cultivo de cannabis. “Existen muchos mitos y es justamente lo que en esta etapa de nuestro desembarco nos interesa despejar: queremos aportar evidencia científica”.
Desde que Duerto dejó Accenture ?la compañía en la que trabajó 26 años? para convertirse en la cara más visible de Canopy a nivel local, y comenzó a empaparse del ecosistema de pacientes que utilizan la medicina cannábica, escucha historias de su uso terapéutico para todo tipo de afecciones: “Dolores, ansiedad y problemas con el sueño son tres de las aplicaciones que sabemos y tenemos evidencia empírica de que ayudan a las personas, además de problemas reumáticos y los efectos beneficiosos que ya se conoce que tiene en pacientes con epilepsia refractaria”, dice. “Lo que necesitamos ahora es tener más data dura”.
La firma, considerada la más grande del continente, llegó a la Argentina con su división médica internacional, Spectrum Therapeutics, para fomentar exclusivamente actividades educativas y de investigación ligadas al uso medicinal del cannabis.
Canopy Growth nació en 2013, en una fábrica de chocolates Hershey?s que había sido cerrada en Smiths Falls, Ontario. En ese espacio, amparado en la regulación de ese país que desde 2001 considera legal el uso medicinal del cannabis, la empresa montó su primer invernadero para cultivar la planta. El despegue de la firma a nivel nacional, sin embargo, ocurrió en 2018, cuando Canadá legalizó también el uso adulto y discrecional (o recreativo) del cannabis.
Su salto se volvió internacional cuando Constelation Brands ?dueño de la cerveza Corona en Estados Unidos? compró una participación en la empresa e invirtió entre US$ 4.000 y US$ 5.000 millones para su expansión a nivel global, que comenzó en julio del mismo año, con operaciones en Colombia, Chile, Perú, Brasil y, ahora, Argentina.
Los resultados de esa estrategia no fueron nada malos. La compañía logró un crecimiento anual de ingresos netos del 191%, alcanzando los US$ 226,3 millones durante el año fiscal 2019. Fue la primera compañía de cannabis en cotizar en la Bolsa de Nueva York, además de haber hecho lo propio en la de Toronto. El valor de la empresa oscila alrededor de los US$ 9.000 millones.
La aventura argentina
Para Duerto, el desafío de integrar el equipo de Canopy Growth a nivel local implicó un trabajo de conocer y diagnosticar cuál es la situación argentina respecto de la legislación y cuáles las necesidades y los usos de los pacientes. “Desde que empecé a empaparme con mi trabajo en Canopy estoy conociendo a todo el ecosistema de pacientes, familiares, médicos, prepagas y reguladores, y creo que hoy ya está instalada en buena parte de la población la idea de que el cannabis medicinal puede ser muy beneficioso para el tratamiento de distintas patologías”. Así, según explica Duerto, el principal desafío para avanzar en la legislación hoy ya no es cierta barrera cultural, como lo fue hace algunos años, sino allanar el camino para su regulación a través de la evidencia científica de sus beneficios.
“Hoy nuestro foco en todos los países es ayudar a evolucionar la legislación vigente a través de dos pilares: educación y ciencia”, apunta el ejecutivo. “Y lo estamos haciendo a través de acuerdos con entidades y universidades para capacitar a funcionarios, periodistas, profesionales de la salud, y todo el colectivo que tenga alguna influencia en el ecosistema del cannabis medicinal”.
El primer paso de la compañía en Argentina se basa en un acuerdo para trabajar en conjunto con UBATEC, Unidad de Vinculación Tecnológica que depende, entre otros, de la Universidad de Buenos Aires. El acuerdo de cooperación incluye el desarrollo de un programa de educación para estudiantes y profesionales de la salud y está en línea con acuerdos similares firmados recientemente en Colombia y Chile. Desde abril pasado, Spectrum Therapeutics firmó importantes acuerdos de cooperación con la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia y la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción, en Chile.
“La cantidad de pacientes argentinos que podrían utilizar medicina cannábica es altísima”, señala Duerto. Canopy Growth, de hecho, calcula que en el país hay unas 400.000 personas que integran el mercado potencial de la empresa. Esto significa la misma cifra de pacientes que utilizan este tipo de medicina en Canadá, donde el 25% de esa demanda es atendida por la compañía.
“Hoy hay muchísimos medicamentos que derivan de plantas, como los opiáceos”, dice Duerto. “Con la regulación correspondiente, muchos pacientes que ya lo necesitan van a poder tener acceso a un producto oficial, que mejore su calidad de vida”, resume.