Cambio climático: la Argentina espera una de las cosechas vitivinícolas más pobres en más de 50 años
De acuerdo al Instituto Nacional Vitivinícola, la cosecha 2023 será la menor en varias décadas. De acuerdo a las estadísticas, la merma de la cosecha será un 21% menor a la de 2022. La escasez de lluvias, la sequía, el granizo y las heladas las causas inmediatas.

Este mes de febrero será difícil de olvidar en Argentina. No solo se registraron las más altas temperaturas -rondaron los 40º- sino que esta semana se registró la temperatura más baja en los últimos 60 años, justo el día que el Instituto Nacional Vitivinícola (INV), anunció la previsión de cosecha de uva más baja de los últimos 50 años, una vendimia que apenas estará por encima de los 15 millones de quintales.

Según el informe del INV, la producción de uva en la vendimia 2023 registra una disminución de 21%, respecto de la anterior -que también fue 13% menor a la anterior, en 2021-, debido a fenómenos climatológicos como las heladas tardías y tormentas de granizo, además de la escasez hídrica que año tras año va convirtiendo el tema en un problema crónico.

Argentina es uno de los mayores productores de vino del mundo. Hay que remontarse a cosechas de hace más de 50 años para encontrar parangón. Fuente INV

La producción total a nivel país se prevé en 15.352.900 quintales (qq) -hay que remontarse a las vendimias de los años 50' para encontrar números similares-, con una disminución de 21% con relación a la producción 2022, que fue de 19.368.030 qq; y lejos del promedio de los últimos 12 años, que abarca desde 2011 a 2022, de 23.410.759 qq.

El presidente del INV, Martín Hinojosa -ahora candidato a gobernador de Mendoza-, explicó que “las contingencias climáticas, la disminución de la superficie implantada de viñedos y la carencia de agua para irrigar nos llevará a tener una de las vendimias más bajas de los últimos años; el clima nos está castigando cada vez con más frecuencia y frente a ello deberemos comenzar a trabajar en defensas efectivas y modernas que nos permitan darle lucha y seguir produciendo”.

 

Para encontrarse con estadísticas como las de este período hay que remontarse a la década del 50 y finales del 40. Por ejemplo, en 1949 la cosecha fue de 14.483.991 qq, la de 1951 de 15.896.166 qq, 1952 de 15.347.017 qq, 1954 de 15.116.121 y 1957, la peor de esos años, de 12.036.058 qq.

“Nuestros productores han hecho, como siempre, todos los esfuerzos para sostener la actividad. La realidad de cosecha 2023 nos compromete, hoy más que nunca, a estar cerca y acompañando a toda la vitivinicultura argentina”, cerró Hinojosa.

Considerando que la localización de las principales regiones productivas determinan distintos momentos de madurez de la uva, se presentaron dos informes de estimación de producción: el primero, publicado la primera semana de febrero, de las provincias de San Juan, La Rioja, Catamarca y Salta, la zona norte; y el segundo, de la zona centro, sur y demás regiones del país.

Estimación INV Cosecha 2023 por regiones. Salta y La Rioja, las menos afectadas.


En Mendoza (que genera aproximadamente 70% de la producción de todo el país), se estima una disminución mayor al promedio, se estima será un 23% con relación a la producción 2022, y se estima una cosecha de 10.138.700 qq. contra 13.243.217 qq. de 2022.

Se ha verificado una gran variabilidad de resultados en cada provincia argentina, con datos muy dispares según el impacto de las contingencias climáticas sufridas por heladas y granizo.

A modo de ejemplo, Mendoza presenta oasis que van desde -1% a -60% en la estimación de la producción con relación a 2022, lo que demuestra lo complejo que ha resultado el trabajo de evaluación en el extenso territorio argentino que tiene viñedos en 19 de las 24 provincias argentinas.

Desde el organismo se informó que por tercer año consecutivo incluye en su metodología para prever la producción de uva 2023 datos aportados por organismos públicos y entidades privadas de todas las regiones vitivinícolas del país.